SALAS DE LOS INFANTES. Burgos
N-234a PK 438,600
En este extraño viaje que me monté hace un par de años
desde León a Benidorm con ciertas paradas intermedias y a través de la digna y
cómoda carretera nacional N-234 (en parte del periplo) pues llegué a Salas de los Infantes, así como suena, la vieja y mítica localidad algo legendaria,
reflejo de un poderío aristocrático bajomedieval que acabó en tragedia, como
todos sabemos, si es que no es historia apócrifa que sería algo parecido a un
cantar de gesta o mero folclore pero que en esta villa o al llegar a ella, nos
envolvemos de aquellos hechos míticos propios de la vetusta Castilla que nacía.
Cabe señalar que en la zona, menudean carteles con la leyenda de “Alfoz de Lara” que nos recuerdan los amplios dominios de la Casa de Lara en esta zona
burgalesa.
Lo cierto es que mantuvo su pujanza y poderío hasta
época clasicista y si nos fijamos en el gran nomenclátor auspiciado por el
conde de Floridablanca, en tiempos de Carlos III y que se llevó a cabo entre
los años 1785 y 1789, titulado “España dividida en Provincias e Intendencias”
pues se observa que Salas tenía jurisdicción propia con rango de villa y era
administrada como AMS (Alcalde Mayor de Señorío) por el poderoso duque de
Frías. En la actualidad, esta villa es cabeza de partido judicial y capital de la
amplia comarca llamada Sierra de la Demanda, paraje de gran belleza que
mantiene todavía una impronta natural, sin ruidos, solitaria, donde te puedes
perder buscando ríos y puentes, ya sea en el Arlanza, el Pedroso, el Neila o ya
en La Rioja, el Najerilla, por poner unos pocos ejemplos.
La Wiki nos dice que está al SE de la provincia de
Burgos, ocupando parte de lo que se denomina “Valle del Alto Arlanza” y que su
municipio incluye aldeas y pueblucos como son Arroyo de Salas, Castrovido -con
un puente interesante-, Hoyuelos de la Sierra y Terrazas. Destaca como
población más que rural -que también- , comercial e industrial y según la
citada Wiki y como anécdota cabe decir que se encuentra exactamente a 530
kilómetros, tanto de Barcelona como de Santiago de Compostela. Bueno, el
trayecto hacia el NW se ajusta más a la realidad actual de Google Map que el
trayecto a Barcelona que difiere lo suficiente como para que no sea ni anécdota
ni coincidencia.
Como Salas de los Infantes es población antigua, muy
antigua, ya que allí hubo presencia de tribus autóctonas como los pelendones,
más adelante se romanizó y entró en el Medievo como pueblo libre y con
privilegios, deberemos de creer que gozaría de puente para salvar el cauce del
Arlanza, al menos cuando éste llevaba caudales altos aunque en el resto del año
y con largos estiajes, sería vadeable por puntos naturales cercanos, bien para
ganados, caballerías y carruajes de todo tipo. En base a ello podríamos
conjeturar que tendría algún puente de madera para conectar el casco antiguo
con la barriada de Costana y al mismo tiempo, acceder a viejos caminos
carreteros que se orientaban hacia Burgos, Soria o La Rioja. A juzgar por lo
que cuenta el historiador Aramburu-Zabala debió de existir un puente de fábrica
hasta el siglo XVII que se pretendió reparar en el año 1638. Sobre este hecho
documentado, se sabe que la traza, condiciones y presupuesto (131.328.- reales
de vellón) de los maestro de obra Pedro Díaz de Palacios y Bartolomé de la
Sierra para los reparos fueron puestos en cuestión por el inspector de obras
Pantaleón Pérez de la Riva que apuntaba
a la conveniencia de levantar otro como obra nueva en las cercanías del anterior.
Según el propio Díaz, había que reparar completamente la bóveda del arco
central, pero las decisiones no se tomaban por lo que como apaño, se tiró un
tablero de madera para salir del paso y así permaneció el puente durante otros
seis años (solución bastante común en todos los puentes semiarruinados por la
geografía española durante siglos). Siguiendo al historiador Cadiñanos hubo
otras pujas para reparar el puente, entre las que destaca la del cantero Juan
Gallo que lo presupuestó en 88.000.- reales y más adelante, el cantero
vallisoletano Juan Vélez que aún lo rebajó más. Como las obras seguían
paralizadas fue la propia municipalidad la que eleva quejas al Consejo Real
solicitando que se construyera un nuevo puente a unos 30 pies más lejos, en
zona donde parece que era más propicia por disponer de suelo de roca madre más
compacta. Aquí entra en acción Pedro Díaz que tuvo que hacer nuevos planos evaluando
su coste en 88.450.- reales y parece que el puente nuevo se empezó a construir
en 1641 bajo la dirección de los maestros canteros Tomás y Juan de la Riva
Ribero, terminándose en el año 1646. Cadiñanos nos cuenta que en 1641 la obra
se adjudicó a Pedro de Sarabia por 87.500.- reales, fondos que se consiguieron
por repartimiento en un radio de 15 leguas de contorno, difiriendo como se ve,
de la información de Aramburu-Zabala que, con respecto a este cantero, al que
cita como Pedro de Saravia de origen trasmerano y que por aquellos años trataba
de pujar para el puente de Huérmeces sin otros registros que lo sitúen en
Salas. Por otra parte, algún autor cita a Tomás Rivera como actor del pilotaje
del puente entre los años 1641 y 1644 pero interpreto que se refieren a Tomás
de la Riva Ribero. Conviene señalar que todos los citados eran maestros
canteros trasmeranos que solían actuar como un pool en las pujas y
adjudicaciones, muchas veces porque eran un grupo familiar con intereses
comunes y diferentes obras en las cercanías. Respecto a los nombrados, canteros
de reconocido prestigio y muy activos en la provincia de Burgos, llama la
atención que en el puente de Salas de los Infantes, Pantaleón actúe como
inspector de obra y presupuesto y en otras actuaciones, como por ejemplo, el
puente de Covarrubias -hacia el año 1639- forme equipo con Tomás de la Riva o
bien, que también formen equipo para las reparaciones del puente de Lerma en
1640. Con Juan de la Riva tuvo obras en el puente de Oña, Quintanadueñas, San Millán de Juarros, Trespaderne y Tordómar, entre los años 1645 y 1647. Por su
parte, también veremos actual por aquellos años en el Puente de Soria o en los
tres puentes históricos de Aranda de Duero a Pedro Díaz de Palacios.
Obviamente y desde su levantamiento en 1646, nuestro
puente sufriría desperfectos o incluso algún colapso parcial pero no tengo información
de ello. Las riadas más dañinas en las cuencas burgalesas se produjeron en los
años 1758,1762,1769,1775, 1900 y 1960 y probablemente causarían daños en esta
estructura. Cadiñanos nos refiere la avenida de un siglo posterior que
podríamos asociar a la del año 1758 cuando el Arlanza iba desbocado e inundó la
villa. Se evaluaron los costes de arreglos, supongo que incluyendo el puente,
manguardias y calzada, en 150.000.- reales de vellón. El Intendente burgalés
informó que existían dos puentes, uno sobre el Arlanza y otro sobre el Ciruelos
que dividían al pueblo en dos partes, la de Barriberas y la de Costana. Eran
paso real y preciso para merinas, comercio y cabaña real de carreteros. El
puente antiguo de cinco ojos tenía su arco más oriental desplomado y el anejo
en muy mal estado. Todo estaba maltratado, faltaban los antepechos y era
necesario construir algunas manguardias y calzadas llevadas por el agua. El
puente del Ciruelos, más pequeño, era de madera. Será en el año 1759 cuando los
maestros canteros Francisco de Bastigueta y Diego de la Riva, éste último
proveniente de realizar obras en el puente de Haro sobre el Ebro, reconocen la
estructura y sus daños, levantan nueva traza, planos y presupuesto de 117.800.-
reales para nuestro puente. Actuando como inspector de la obra pública por
aquellos años Fray Antonio San José Pontones, en el año 1760 estudia el
presupuesto y proyecto de Bastigueta dándolo por bueno aunque rebajando su
importe a 138.000.- reales y aconseja su recaudación entre pueblos y villas en
un contorno de 25 leguas. También aconseja que se otorgue jornal completo a Diego
de la Riva y así se aprobó.
A los pocos años, en 1764 ya existían quejas por parte
del municipio sobre esta reparación pues la violenta avenida en mayo del año
1762 había desmantelado parte de lo arreglado. Esta información del trabajo de
Cadiñanos proviene de documentos en el AHN, legajos 2053 y 31595.
Parece más que probable que existieran otras
actuaciones de reparos en nuestro puente pero no tengo información. Será ya en
el año 1944 cuando se decide actuar en esta obra, bien por su deterioro, daños
en bóvedas o pilas o vaya Usted a saber aunque me inclino a pensar que sería la
presión popular o del ayuntamiento con vistas a mejorar el tránsito en una
calzada ya tipificada como carretera nacional que incrementaba sus aforos a
gran velocidad y el puente era un punto negro de retenciones o incluso de
accidentes, especialmente por el tránsito de vehículos pesados.
La solución más inteligente o lógica hubiera sido la
de hacer ya la variante diseñando un puente nuevo o bien, levantar otro en las
cercanías del actual pero no, quizás por ahorro de costes, se decidió
incomprensiblemente anular la impronta de esta obra civil ya entonces de
carácter monumental, con un proyecto de ensanchamiento de pilas y bóvedas,
decisión que es cara y difícil de ejecutar, y como digo, anula o modifica drásticamente
la estructura histórica, además de que resulta irreversible. Otra cosa hubiera
sido la colocación de un gran tablero de hormigón armado que ya por aquellos
años se utilizó como recurso en múltiples puentes históricos, algunos de ellos
revertidos en la actualidad a su impronta original. Por desgracia, en el puente
de Salas de los Infantes, prevaleció la idea del ensanche por corrimiento de
paramentos y así se hizo. Se ensanchó hacia lado aguas arriba, desapareciendo
la vista de pilas y tajamares, embutidos en los hormigones que presenta esa
cara del puente y rematando la cara vista de paramentos con sillería recuperada
de la anterior y nuevas piezas labradas, quedando el hormigón visualmente en
boquillas, bóvedas y se incorporan como tajamares unos pequeños pináculos
semiesféricos y con tejadillo del mismo material. Probablemente, en esa
actuación, se reparan zonas de sillería, pilas y espolones de la obra original
bien visibles ahora en lado de aguas abajo. Los viejos pretiles de piedra
caliza se sustituyen también por otros de tipo murete en hormigón (o ladrillo
enfoscado) que se refuerza con témpanos intercalados del mismo material para
darle consistencia. Con el ensanche desaparecen las balconadas o apartaderos en
ambos lados del puente. El tablero original -semejante a la profundidad de
bóvedas- era de 6 metros aproximadamente y tras esta actuación se agranda hasta
los 8 metros, resultando insuficiente como se demostró recientemente.
En el año 2007 se detectan lienzos en los paramentos
muy dañados e incluso desprendiéndose parte de una bóveda, por lo que se
procede a una nueva intervención en nuestro puente en el año 2008.
Probablemente y a juzgar por el nuevo proyecto, es posible que las pilas
sufrieran también fatiga, incluso mínimos deslizamientos debido a la enorme
carga que soporta la obra por el paso de vehículos pesados. La información de
esta nueva actuación la recoge la prensa y agencias de información por lo que sabemos
lo siguiente: […]
Las obras de rehabilitación del puente de Costana de Salas de los Infantes
(Burgos) y la construcción de la pasarela peatonal comenzarán en los primeros
días de julio de 2008 y serán llevadas a cabo por las empresas Tebycon y Sedesa
Obras y Servicios, por un importe de 2.097.557,61 euros y un plazo de ejecución
de 10 meses. El puente de Costana tiene 5 bóvedas de sillería con una longitud
de 123 metros y una anchura media de 8 metros. Uno de los arcos sufrió un
desprendimiento en el año 2007 lo que obligó a efectuar obras de emergencia y a
establecer tráfico ligero alternativo. El tráfico de larga distancia ya no
atraviesa el puente con la puesta en servicio de la variante de la N-234. La
reparación se llevará a cabo desde unos andamios provisionales sobre
micropilotes que permitirán vaciar el relleno, consolidar la estructura de
piedra y construir la nueva losa. El nuevo puente se diseñará para dos carriles
de 3,25 metros cada uno y dos aceras de 1,50 metros cada una rematadas con un
murete de hormigón al borde y barrera protectora. El alumbrado constará de doce
luminarias y 8 proyectores focales en las bóvedas de tipo ornamental. Para
garantizar el cruce peatonal sobre el río Arlanza durante la remodelación del
puente se construirá una pasarela peatonal acorde con las directrices de la CHD
respecto a la zona de inundaciones durante las crecidas del río. Se trata de
una estructura metálica con un vano de 35 metros de luz. Los caminos de acceso
a la pasarela se alumbran con luminarias y numerosos puntos de luz […]. La información es de Europa
Press en un artículo de fecha 25-06-2008. La misma agencia da por concluidas las obras
en otra información de fecha 09-10-2009 donde nos cuenta: […] Con fecha de hoy, 09-10-2009 quedará abierto al
tráfico tras la conclusión de las obras de rehabilitación que han durado algo
más de un año. Según fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Burgos la
apertura del puente permitirá el paso de nuevo de todo tipo de vehículos aunque
al estar en uso ya la variante de la N-234 desde el año 2007, se evitará el
paso de un buen número de ellos por este puente … /… Los trabajos realizados
incluyeron la construcción de una pasarela peatonal. El presupuesto ascendió a
algo más de 2 millones de euros […].
Características actuales de la obra. Se trata de un puente con una longitud total de 91
metros incluyendo muros de acompañamiento en cabeceras. Su anchura actual es de
10,50 metros, siendo la anterior de 8 metros y la original de 6 metros. La
flecha en su medianía hasta lámina de aguas es de 6,70 metros. El tablero es
perpendicular al cauce del río y no es plenamente horizontal. Mantiene cierta
curvatura hacia la medianía de la obra que se ha querido corregir en cabecera
izquierda con la amplitud de ese arco rebajado mientras que en la cabecera
contraria, al parecer, se alargó el muro de acompañamiento hasta la curva de la
calzada adyacente. Esta peculiaridad me hace pensar en que, a lo mejor, lo que
llamamos “nueva planta” del siglo XVII no deja de ser una drástica
reconstrucción de lo que se cita como puente de época anterior. Dispone de 5
vanos de geometría variada pues hay arcos de medio punto y otros, especialmente
el primero por cabecera izquierda (visión desde aguas arriba) sensiblemente
abierto. Sus luces oscilan entre los 15,90/13,20 metros. Respecto a su fábrica
deberemos fijarnos en su lado de aguas abajo que es el original aunque con
reformas. Prevalece un estilo barroco por su austeridad y fortaleza de los
paramentos. Se utiliza una sillería de piedra arenisca bastante regular en
volumetría, escuadría y talla en cara vista lisa. Hiladas horizontales que
además casan bien con las roscas exteriores a base de sillares trapezoidales y
buena imbricación con los espolones, del mismo material y cantería, que son de
sección rectangular y llegaban hasta la rasante. En bóvedas se disponen las
roscas pertinentes a base de un dovelaje regular, de buena talla, bien
imbricado en sus tizones para hacer las roscas más sólidas y en boquillas o
cara vista, bien rematadas, con poco llagado de mortero. No obstante, en la
última restauración, como suele ocurrir, se ha abusado de estos aglutinantes
que además, se les colorea de blanco con los que el contraste dorado de la
piedra y la blancura de los morteros se acentúa innecesariamente. En el
interior de alguna bóveda, especialmente la quinta, aparecen marcas de cantería
con diferentes motivos o signos así como otros probablemente contemporáneos.
En la cara de aguas arriba, hemos de suponer que el aparejo sería igual, de
gran calidad, incorporando unos tajamares de sección probablemente ahusada o en
cuña de bella estampa. Con el ensanche por corrimiento de muro se amplían las
bóvedas un par de metros, se varía también la geometría de las bóvedas
-obsérvese alguna fotografía- donde se
amplían algunos grados los arcos en su base, decreciendo hacia riñones e
igualándose en sus claves mientras que en otras, es al revés, se separan más en
claves. Estos alargamientos se hacen con hormigón armado en tongadas in situ,
como se aprecia por las marcas de las cerchas de madera. De todas las maneras y
a juzgar por las fechas de la modificación -gran carestía de hierros y aceros-
pudiera ser probable que la armadura metálica sea escasa en bóvedas y lo que
existan sean buenos rellenos de hormigón con portland y ferralla. Los frentes,
básicamente la zona de tímpanos, se placan con sillería recuperada de la
original y en todo caso, con la incorporación de piezas nuevas. Como la
cantería profesional en aquellos años ya está en declive podemos observar que
la disposición de hiladas y piezas ya no es tan horizontal, cubriéndose los
huecos o rendijas con morteros más gruesos. Se prescinde de un dovelaje en
boquilla externa que hubiera disimulado mejor esta actuación y se conforma el
remate de la bóveda con hormigón dándole un tono parecido al de la sillería.
Tampoco se levantan nuevos tajamares -que imagino están embutidos en el
ensanche- y se procede a levantar pequeños refuerzos de sección semicilíndrica
con un tejadillo semicónico sobresaliente en cemento portland que ni siquiera
cubre la anchura de pilas. En cubierta, se prescinde de los anchos pretiles, se
incorporará un firme asfáltico, aceras elevadas con bordillos y unos muretes
sencillos de hormigón que actúan como pretiles. En las fotos de época se
observa que existían postes de madera de telegrafía y luz, posteriormente unas
farolas demasiado modernas y últimamente farolas de globo se tipo isabelino.
Tras la última reforma del puente en el año 2008 se consolida toda la obra.
Como viene ocurriendo en múltiples intervenciones en puentes históricos se
decide levantar el extradós totalmente o en parte para acceder directamente al
dovelaje externo y al cenit de pilas donde se hacen perforaciones hasta la base
de estas e incluso profundizando sobre su fundación y se clavan una serie de micropilotes
de acero que actuaran como refuerzos de las propias pilas. Al mismo tiempo y si
es necesario se actúa así en las bóvedas, incorporando mallados y cables de
acero tensado que inmovilizan estos arcos para evitar roturas futuras o
grietas. Una vez completados los nuevos rellenos de hormigón, resinas y
varillas de acero a nivel de rasante se procede a colocar la nueva plataforma o
cubierta que en este caso es de losas de hormigón armado o pretensado en
disposición perpendicular al tablero con la peculiaridad de que para conseguir
más anchura, reposan en aguas abajo sobre los espolones, creando un vuelo que
quizás, no tenía el anterior puente. Los cantos de estas losas se cubren con
chapas de acero que ya presentan óxidos. También se repara el aparejo viejo y
se dan nuevas imprimaciones sobre el hormigón cara vista de la reforma
anterior, ya muy deteriorado según se aprecia en algunas tomas de época. Con
estos nuevos vuelos se consigue una plataforma que llega a los 10,50 metros
distribuidos en dos carriles de 3,50 metros cada uno que permiten la
circulación cruzada, dos aceras de 1,50 metros cada una y bordillos donde se
hincan las nuevas barandillas de acero algo historiadas con la incorporación de
escudos de España soldados a la red metálica. Las aceras se protegen con
bordillos y se añaden una biondas tubulares de acero. El firme de se aglomerado
asfáltico algo viejo y las aceras se conforman con baldosas prefabricadas
antideslizantes, destacando algunas donde figura grabado el emblema del CICCP.
Subsisten las farolas sencillas de largo fuste cilíndrico que requieren una limpieza
y pintura para adecentarlas.
La estructura, pese a la última reforma reciente, ya se mantiene en cierto
abandono. Proliferan los grafitis por doquier, ya hay óxidos en algunos
elementos, suciedad y residuos sólidos en los caminos de tierra que circulan
bajo las arcadas 1 y 5. Se debe cuidar el arbolado del entorno, eliminado el
más cercano a la obra civil que impide la observación y el fotografiado de la
estructura plena. No he visto señales de tráfico (las de fondo rosa) que
adviertan al viajero o visitante de este monumento ni tampoco existe un panel
informativo sobre la historia y avatares del puente hasta nuestros días.
Para saber más. El trabajo que recoge más información sobre esta obra es el de Inocencio
Cadiñanos Bardeci titulado “Los puentes del sur de la provincia de Burgos durante
la Edad Moderna”, obra publicada por el Ayuntamiento de Aranda de Duero y la
“Biblioteca de Estudios e Investigación”, tomo XI, año 1996, páginas 38/39.
También en el trabajo de Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera titulado “ La
arquitectura de puentes en Castilla y León entre 1575 y 1650”, obra editada por
la Junta de Castilla y León en 1992, página 129 aunque el autor es más
prolífico en la información de este puente en su trabajo como tesis doctoral
inédita titulada “Las obras públicas en la Corona de Castilla entre 1575 y
1650. Los Puentes” en tres tomos, presentada en la UAM (Universidad Autónoma de
Madrid) en 1989. También se le presta atención en la obra titulada “Puentes
singulares de Burgos” obra de varios autores coordinada por el ITOP Miguel
Ángel Moreno Gallo, editada por la Diputación de Burgos en el año 2018, página
281. Para conocer a algunos maestros de obra o alarifes cántabros que actuaron
en este puente conviene consultar el nomenclátor titulado “Artistas cántabros
de la Edad Moderna”, obra de María del Carmen González Echegaray et al. editado
por la Institución Mazarrasa y la Universidad de Cantabria en el año 1991. En
cuando a las agresivas restauraciones o modificaciones de puentes históricos a
los que ya aludí cuando subí el cercano Puente Mayor de Soria quiero citar el trabajo
de Leonardo Fernández Troyano que se titula “El patrimonio histórico de las
obras públicas y su conservación: Los Puentes” que se publicó en la revista
“Informes de la construcción”, volumen 37, número 375 de noviembre de 1985,
perteneciente al CSIC y donde pone ejemplos de recrecidos de puentes históricos
que no de debieron de llevar a efecto. El otro trabajo al respecto se titula
“Restauración de la obra pública” en la revista “Ingeniería y Territorio”, número
92, año 2011, editada por el CICCP donde un compendio de ingenieros y técnicos
reflexionan sobre la conservación, restauración y puesta en valor de la obra
pública. Entre las referencia de época decimonónica cabe mencionar la que hace
Pascual Madoz Ibáñez en su famoso “Diccionario Geográfico-Económico”, editado
en 1846, volumen XIII, página 566, voz “Arlanza” donde nos dice: El río
divide a la población en dos barrios que con frecuencia se inundan con sus
crecidas, particularmente en invierno, por las muchas aguas que toma con las
lluvias y nieves, rebasando el puente por sus dos extremos, no obstante su
mucha altura y desbordándose un regular espacio por calles, plazas y campos
inmediatos. No hace otros comentarios del puente salvo el que es de piedra.
Por su parte, Sebastián Miñano en su “Diccionario Geográfico-Estadístico”
publicado en 1827, tomo VII, página 408, nos dice al respecto: Salas de los
Infantes tiene dos ríos, uno el Arlanza que pasa por el medio de pueblo y otro,
el Ciruelos, que lo hace por las inmediaciones, ambos con buenos puentes. Emilio
Valverde Álvarez en su interesante “Guía por el Antiguo Reino de Castilla”,
editado en el año 1886, páginas 362/363, ejemplar para los turistas de época,
cita la población de Salas -sin mención de puentes- en un itinerario al que
llama ruta 46 que se corresponde con la carretera regional de Soria a Santander
por Salas de los Infantes, Burgos, Sotopalacios, Masa, Cabañas de Virtus,
Puente Viesgo, Bargas, Zurita y Santa Cruz. En cuanto a lo que podemos
consultar en la red destaca la web de COES con un buen estudio del puente. La
web institucional del Ayuntamiento y su galería de imágenes. Sobre las noticias
de su rehabilitación se puede leer información en Europa Press, edición del
25-06-2008 y 09-10-2009, también en El Correo de Burgos en su edición de fecha
10-10-2009. Respecto a los arreglos en la variante el Diario de Burgos de fecha
28-01-2023 y Burcosconecta de fecha 11-12-2019. En cuanto a la carretera
nacional N-234, su lugares, paisajes y patrimonio lineal ya le dediqué un par
de artículos que se publicaron en la revista Solo Camión, números 280 y 281 de
junio y julio del año 2013.
Misma fotografía que la anterior pero con una peculiaridad, aquí sí se comprueba que los tajamares llegaban hasta la rasante del tablero y que eran en cuña o ahusados. En este caso la foto es más amplia o no se ha recortado tanto y se exhibe como carátula en el blog "Tu Voz de Pinares", relacionada con un artículo titulado "Memoria emparedada" relacionado con la II República.
Fotografía parcial del puente en una toma que se exhibe en un cartel informativo junto al puente de la "Mancomunidad Alfoz de Lara" aunque sin fecha. Podríamos datarla a finales de los años 90 del siglo XX, años antes de su última modificación.
Otra toma de Maoa del año 2016 y que se exhibe en la web de Ver Pueblos.
Imagen del puente desde aguas arriba en una toma probablemente del año 2016/2017 que se exhibe en el libro "Puentes singulares de Burgos" ya referenciado.
Tanda de fotos de fecha 13.12.2021 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, tablero, cabeceras y entorno carreteril.
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