lunes, 10 de julio de 2023

PUENTE DE BÁGUENA SOBRE EL RÍO JILOCA. Teruel

 PUENTE SOBRE EL RÍO JILOCA
BÁGUENA. Teruel
N-234 PK 206

Siguiendo el curso del río Jiloca en aquel viaje que me marqué hace un par de años desde León a Benidorm con pernoctación en Soria pues llegué al pueblo de Báguena, donde como ya dicen algunos autores, me encontré igual que ellos, con una estructura pontonera verdaderamente interesante perteneciente a la cuenca del Jiloca. Bien es verdad que los otros dos puentes de interés monumental relativamente cerca se encuentran en el término de Luco de Jiloca -preciosa estructura en el río Pancrudo, posiblemente de origen medieval imitando algunas obras de raíz romana republicana- así como el que pertenece a Calamocha, éste sobre el Jiloca y de origen romano más genuino. MI periplo mayormente discurre por el viejo camino real que ahora es carretera nacional N-234, cuyo origen está en Sagunto y finaliza en Burgos aunque ya en Sarracín se fusiona con la nacional N-I.

La primera incógnita que se nos presenta con esta obra civil es que no parece que pertenezca al camino real que discurre un buen trecho por la margen derecha de este río precisamente para evitar sobrecostes por fundación de puentes. Algo parecido ocurre con el cercano de Burbáguena, situado extramuros de la vieja población. En este caso concreto lo que si parece que existía desde tiempo atrás es un viejo camino carretero que cruzando el río en este punto se adentraba en una zona de montañas bajas y cárcavas -probablemente estribaciones de la Sierra de Santa Cruz- para llegar hasta Castejón de Tornos e incluso conectar con Berrueco y el complejo lagunar de Gallocanta. En la actualidad existe un estrecha calzada que sigue dando servicio a esos destinos bajo matrícula TE-V-4001. Un camino así, tan discreto y con destinos pobres y despoblados nos inclina a pensar en que nunca debió de existir una estructura pontonera de fábrica, ciertamente costosa de levantar- salvo que fuera de madera pues, al fin y al cabo, parte del año se podría salvar el cauce por un vado anejo a nuestro puente. En épocas de crecidas o avenidas, la fuerza de las aguas se llevaría por medio el tablero o tableros de maderamen y vuelta a empezar, aunque siempre sería barato y rápido reconstruir esa estructura. Parece más lógico pensar en que este puente daba servicio al apeadero ferroviario de Báguena (línea FFCC Calatayud-Valencia) pero entiendo que sería al revés, esto es, la dirección técnica del proyecto ferroviario aprovechó que allí existía un puente para fijar la estación de Báguena pues sólo era preciso cruzar el puente y acceder al recinto de la estación o apeadero. El trazado del ferrocarril por estos lares se produjo a principios del siglo XX mientras que el puente, con todas las dudas posibles, parece que se levantó en el siglo XVIII, según comentar los tratadistas sobre esta obra.

En ocasiones ocurre, diría que con relativa frecuencia, que algún puente de fábrica, esto es, una obra civil soberbia, costosa de levantar o reparar, incluso amplia, de varios ojos, tiene un objeto muy determinado, un origen o destino muy rural, a veces, un convento o monasterio, una finca nobiliaria o se utiliza como acceso a tierras de labor de algún potentado, cacique o Señor del lugar adinerado que corre con todos los gastos de construcción. Diríamos que más que una obra civil pública, ese puente, es particular o se levantó con ciertos permisos de la Administración pero para uso más bien privado. Bueno, también podría ser el caso de nuestro interesante puente de Báguena que, aparentemente, no da servicio a ninguna carretera nacional o de interés general pero sí lo prestaba a alguna orden militar, religiosa o a algún señorío particular.

Siguiendo con mi teoría del puente -algo especulativa- tampoco me convence esa tasación tan generalizada de esta obra -quizás unos autores se copian a otros y así sigue el asunto- en la que hay una coincidencia sobre su levantamiento en el siglo XVIII, incluso se concreta la fecha hacia el año 1739, ya fuere porque existe una piedra en la medianía del puente donde está grabado ese guarismo o bien, porque existen planos del alzado del puente firmados por los maestros de obra que actuaban por aquellas fechas. Es singular y meritorio que haya aparecido una traza o dibujo del puente cuya autoría se debe a Luis y Francisco Sabirón, maestros de obra o alarifes que actuaban en la zona turolense en la primera mitad del siglo XVIII. De acuerdo con la impronta actual de esa estructura parece plausible que coincida con el proyecto de los Sabirón pero también es cierto que los vestigios de parte de la obra civil bien pudieran ser anteriores. Supongamos que la obra civil original era en fábrica, más bien rústica aunque con lienzos de buena sillería, geométricamente algo desequilibrada, con tres vanos probablemente en bóvedas de cañón utilizando el ladrillo tan genuino de la zona y que tendría un tablero a dos aguas bastante patente pues ya se vislumbra en la rectificación o rehabilitación que hacen los Sabirón. Quiero decir que ya a mediados del siglo XVIII no era normal diseñar un puente “en lomo de asno” como parece observarse en la traza de estos que aunque intentan rectificar su tablero, lo hacen a base de alargar las cabeceras en rampa para suavizar éste. La obra de los Sabirón ya es anacrónica pero lo es porque tienen que ceñirse a los restos de un puente diseñado anteriormente que, pese a su posible colapso, todavía se podían apañar las pilas, los contrafuertes, especialmente los tajamares y por supuesto, parte de las bóvedas y muros de acompañamiento. El viejo puente a dos aguas con el vértice superior en su medianía se reconvierte en un tablero más o menos horizontal en la zona de arcadas y se alargan suavizándolas las rampas de acceso por ambas cabeceras. En parte, esta teoría de su reconstrucción me resulta aceptable al contemplar los intradós de las bóvedas de ladrillo que no casan ni se imbrican con el tizón de las dovelas en lo que se llaman boquillas en ambas caras. Diría que hasta es una reparación bastante cutre que a lo mejor ni siguiera hicieron los Sabirón sino que obedece a algún desprendimiento de los lienzos de sillería y dovelaje con que se placó la estructura en algún momento posterior. Así mismo, en parte de los lienzos de fábrica, ya sean los descomunales sillares de sección cuadrada, otros rectangulares, sillarejo, mampostería e incluso ripio, se adivina una mezcolanza de piezas que aparentemente se mezclan, probablemente en alguna de esas reconstrucciones a las que me refiero pero que denotan que la fábrica no es homogénea y quizás, ya no lo era en el siglo XVIII porque se aprovechan -como siempre ocurría- las piezas o sillería caída al lecho del río tras cualquier desastre del puente. En el dibujo de los Sabirón también se hace un trazo más grueso en la parte alta de las bóvedas, donde el dovelaje de arranques y riñones es claramente en sillería pero las zonas altas quedan difuminadas, quizás con intención de su rebaje para minorar el tablero a dos aguas. También se refleja con nitidez un espolón a la derecha en cuña cuando lo realizado parece ser un espolón semi-curvo.

Por todo lo anterior y con las debidas cautelas -esto no dejan de ser conjeturas- me atrevería a datar como original este puente algún siglo antes de lo que se comenta; pudiera tratarse de un puente medieval, como el de Luco de Jiloca (tres vanos y en lomo de asno), estructuras que se siguieron levantando en nuestro país hasta el siglo XIV/XV pues aunque en el Renacimiento es claro que los puentes ya tienden a ser de tablero horizontal, los maestros canteros, muy reticentes a los cambios, seguían laborando y proyectando sus obras a la vieja usanza y si la Administración pertinente, en este caso rural, no ponía objeciones, pues se seguían levantando estructuras repetitivas como ya hacían en el gremio canteríl sus ancestros. Un texto claro que se ajusta a la impronta de la pontonería renacentista y que aporta diferencias, cualidades y detalles sobre la evolución de este tipo de estructuras desde el Medievo lo podemos leer en el blog de Víctor Yepes donde además se añade bibliografía al respecto. 

Recojo a continuación algunos textos sobre el puente que he podido leer: […] Resulta también muy interesante el puente de Báguena, del que dijera Pascual Madoz, en 1850, que era el mejor del Jiloca; se acompaña de una interesante cruz de forja contemporánea a la construcción del puente (1739) […] . También éste otro: […] El puente de Báguena comenzó su construido en el año 1734 por Luis y Francisco Subirón padre e hijo respectivamente. Se encuentra  a las afueras de la localidad en un bello paraje. Levantado con el fin de atravesar el río Jiloca dando servicio a una antigua carretera. Es una construcción de tres ojos, con arco de medio punto, realizado en sillería. Tiene una altura de 2,5 metros. En el centro del puente se puede observar una crucero sin advocación, realizado en forja sobre una base de sillería. En la base de la cruz se puede apreciar la inscripción de "AÑO 1738". Que fue construido al mismo tiempo que el puente, figurando en el proyecto original […]. Por último, este otro texto bastante preciso: […] Puente de Báguena que fue construido por Luis y Francisco Subirón (padre e hijo) en 1734. Presenta tres ojos, con arcos de medio punto cuyo intradós está realizado en ladrillo, empleando sillería para el resto de la construcción. Presenta tajamares triangulares en su frente y espolones semicirculares en su parte posterior. El proyecto original contemplaba la instalación de tres pináculos rematados en bola que irían en el centro y los laterales del puente, los cuales se han perdido en los últimos años. La decisión de hacer este puente fue debida a la constante destrucción de los que anteriormente se disponían en la localidad, realizados con entramados de madera que eran arrastrados fácilmente con la corriente. En medio del puente encontramos incrustado un crucero realizado en forja sobre una base de sillería. En la base de la cruz se puede apreciar la inscripción de «AÑO 1738″, un año anterior a la del soporte de piedra que corona el pretil del puente. Llega a los 2,5 m de altura […]. En el capítulo inferior se reseñan estas fuentes.

Características actuales de la obra. Se trata de un puente ya de por sí curioso en cuento a su disposición y anchura. Tiene una longitud total de aproximadamente 54 metros incluyendo cabeceras. El tablero sobre cauce real no sobrepasa los 28 metros. La anchura regular es de aproximadamente 6 metros que se amplia en los puntos donde hay descansaderos. El del tajamar central se prolonga hasta su vértice en 2,90 metros. También cabe destacar la amplitud de su abocinamiento, especialmente en la cabecera o entrada por la derecha (visión desde aguas arriba) donde la distancia entre pretiles o defensas llega hasta los 22 metros y ello nos indica que, independientemente de la fluctuación de la terraza fluvial aneja, quizás uno de los objetivos de esta anchura en embudo obedecía al continuo o frecuente paso de rebaños por este puente. Cabe señalar al respecto del posible levantamiento original de este puente su disponibilidad, uso y administración por parte de elementos de la vieja Mesta, imitando al Honrado Concejo de la Mesta en Castilla y León, con privilegios reales desde el siglo XIII. Estas poderosas asociaciones de ganaderos solían levantar puentes y administrarlos, muchos de ellos, fuera de la red caminera de época, caso semejante al que se produce con esta obra, que aunque cercano al camino real, evidentemente no parece que perteneciera a él, pero sí a una vía que podríamos considerar pecuaria. Por esta extensa zona circulaba la conocida Cañada Real número 9 que proveniente del Sur en Sevilla y otro ramal de Murcia, cruzaban la Sierra de Albarracín fusionados y tras pasar Zaragoza se asentaban en los fértiles y frescos lugares del Valle de Ansó, en Pirineos -agostaderos- donde desde principios del verano existían pastos suficientes para estos rebaños. Obviamente, insisto en que son conjeturas mías pero refuerzan la idea del objeto principal para que se levantara un puente en tal lugar. A juzgar por la anchura regular en la traza o periplo de este camino, al menos hasta las zonas lagunares de Gallocanta, la tipificación de esta vía pecuaria sería la de cordel o colada, con anchos de plataforma que no sobrepasan los 10/12 metros.

Nuestro puente dispone -por lo menos en la actualidad- de tres vanos de geometría en medio círculo; ahora y debido a los cúmulos de cienos y lodos la flecha de ellos se ha reducido y parecen arcos abiertos. Hay cierto equilibrio o armonía en la impronta de estos ojos, con luces de 5+7+5,50 metros (visión lado naciente desde ribera izquierda) donde algún arco extremo debió de sufrir modificaciones en su luz en algún momento de su historia. Los apoyos se producen en dos pilas intermedias cuyo grueso aproximado es de 2,76 metros, quizás muy pesadas para las luces que proyectan los vanos anejos, otra motivación que nos inclina a pensar en que la obra original -anterior a la intervención del siglo XVIII- pudiera ser más bajomedieval en transición hacia un renacimiento rural que podríamos situar entre los siglo XIV y XVI. Estas pilas se refuerzan en sus frentes con dos tajamares de sección en cuña aguas arriba cuya altura llega hasta la rasante del tablero creando dos descansaderos o refugios en cubierta para protección de transeúntes ante el paso violento o rápido de ganados y vehículos semovientes. Sin embargo, en aguas abajo lo que existen son tres espolones de sección semicircular que también alcanzan en altura la rasante del tablero. El más extremo en orilla izquierda puede obedecer a que existía otro vano ahora desaparecido o bien, que desapareció en la intervención de los Sabirón. En la traza de estos, aparece una amplia pila -más ancha que las del resto- pero el dibujo se corta en ese punto por lo que no podemos asegurar qué había en esa zona pero lo normal y habitual en estos casos -bastante frecuentes- es que los maestros de obra y para suavizar las rampas de acceso al puente, aprovecharan los vanos extremos colapsados o cegados para añadirlos a los estribos y así se aprovechaban los lienzos de sillería o mampostería de esos vanos incorporándolos a los estribos o bien, creando manguardias en aleta como canalizadores del cauce, especialmente cuando el río iba crecido; tal parece el caso que nos ocupa y se abría la posibilidad de que originariamente existiera un cuarto vano.

Los apoyos extremos se producen en los estribos probablemente de rellenos variados con placaje irregular aunque predomine la sillería de piedra caliza y arenisca.

En cubierta cabe señalar un tablero sensiblemente horizontal en su medianía y suaves rampas en las cabeceras. La anchura regular es de aproximadamente 6 metros que deja una calzada libre de 4,50 metros siendo el resto para los pesados pretiles. Estos se mantienen aunque muy reformados en la zona media del tablero con una altura que puede llegar a 1,20 metros y consisten en ortostatos de caliza de buena talla, mezclados con elementos a base de hiladas de sillería y mampostería en otros sectores y hasta hormigones rematados con albardillas convexas. La altura de estos pretiles también nos muestra los rellenos acometidos para intentar dar horizontalidad al tablero, independientemente de los aglomerados asfálticos añadidos como cubierta en el siglo XX/XXI.

Como nota anecdótica cabe señalar los adornos en pretiles, quizás de reminiscencias barrocas como son los pináculos que probablemente no existían en la planta original pero que añaden como decoración los alarifes señalados en el proyecto del siglo XVIII. También se incluye en este nuevo proyecto la señalización como hito o crucero en el tajamar mediano la hinca de una cruz de hierro forjado muy trabajada que lleva una inscripción con el año 1738. En la basa de este término o soporte de la cruz, a modo de témpano, también existe grabado el guarismo 1739 que debe de indicarnos la terminación de los trabajos de rehabilitación o modificación de este puente por parte de los Sabirón. Respecto a los adornos en pretiles, según el proyecto de estos consistían en pináculos estriados de piedra coronados por bolas macizas también de piedra, incluso en el crucero central según se muestra en el dibujo. Desaparecidos no se sabe cuándo, recientemente se han clavado dos, en el vértice de los dos tajamares, con piedra blanca, probablemente mármol, sobre dos basas escalonadas, un fuste cuadrangular y una coronación globosa. Esta solución decorativa podría ser interesante pero creo que se han excedido en la altura de los mismos y no era necesario su enclave ya que no se corresponden con la impronta original.

En general, se observan apaños para fijar piezas de labra, mampostería, pretiles y lienzos de muro con morteros relativamente recientes y cementos mal aplicados y que obedecen a alguna actuación que según algunos autores se produjo a finales del siglo XX.

Quizás lo más interesante de la estructura es su fábrica que, como ya señalaba Pascual Madoz, brilla por su firmeza a base de piedra más o menos de buena talla. Obviamente él se refería a su aspecto exterior ya que formalmente es una obra de fábrica mixta a base de piedra y cerámica. Existen ciertas diferencias en el placaje de piedra entre la cara aguas arriba del puente y la contraria; diría que es más regular y consistente la de aguas arriba. En general, los paños de sillería están bien trabajados con piezas voluminosas a base de paralelepípedos de sección cuadrada y rectangular, de piedra caliza aunque también aparecen piezas muy desgastadas de arenisca, bien imbricadas, respetando las hiladas horizontales, básicamente en tímpanos, cara vista de las defensas y restos en los muros de acompañamiento. Esta sillería, bien escuadrada y dispuesta en cara vista lisa o ligeramente picada bujarda fina se asienta en los muros prácticamente sin llagado de mortero lo que indica cierta maestría canteríl. Sin embargo, en lado aguas abajo se observa una disposición de la piedra más grosera, probablemente debido a que -en algún momento de su historia- se desprendieron estos placajes de piedra y se recolocaron de un modo más anárquico. Hacia los extremos y en algunos lienzos se incorpora mampostería ordinaria, canto rodado e incluso rajuela para tapar huecos, hasta la línea de impostas. En el primer arco y aguas arriba existe un desprendimiento del paramento que en mi visita todavía no se había rehabilitado.

Si nos fijamos en el intradós de las bóvedas observamos que la fábrica es de ladrillo con piezas macizas o en taco, dispuestas estas roscas a soga y tizón para su mejor imbricación y mínimo llagado que sería de morteros livianos pero aglutinantes dado su actual estado en las bóvedas, bien curvadas y sin pandeos. Lo singular de este trabajo en intradós es que no existe buena conexión entre los enjarjes de las roscas con el tizón del dovelaje. El engarce, trabazón  o imbricación del dovelaje con respecto a las roscas interiores de cualquier bóveda de fábrica suele ser preciso para evitar fisuras, grietas o desprendimientos. En este caso, parece que los bordes de estas bóvedas de ladrillo han sido sometidas a cortes en profundidad para permitir la inserción del tizón del dovelaje luego existe un escaqueo en la firmeza del conjunto de las bóvedas lo que nos permite conjeturar con que en algún momento de la vida del puente, lo que existió como daño en la estructura fue el desprendimiento del placaje exterior en ambos lados, quizás por el peso de los rellenos, filtraciones o mal hormigonado en extradós, forzando a la fábrica exterior de sillería e incluso de boquillas a colapsar, al menos en parte de su cara vista. La nueva colocación de las dovelas de boquillas -las roscas externas- quizás por ser de más tizón o profundidad obligó al alarife interviniente a recortar las bóvedas de ladrillo en un modo que, como se muestra en algunas fotografías, es bastante grosero y poco profesional. Obviamente y dada la antigüedad del puente, esta rehabilitación fácil y económica pudo producirse en la segunda mitad del siglo XVIII o en el siglo XIX, siguiendo con mis hipótesis.

Respecto a los maestros de obra o alarifes que actuaron en la recomposición-rehabilitación o quizás obra nueva en este puente y que recogen los historiadores figuran Luis Sabirón ‘Menor’, su hijo Francisco Sabirón ‘Mayor’ y quizás Joaquín Santiber, habitual sobrestante de los anteriores en obra civil.

Para saber más. Es interesante el trabajo divulgado en PDF bajo el título “Sistema de información del patrimonio cultural aragonés”, editado por SIPCA-Gobierno de Aragón en fecha que desconozco y donde se citan fotografías y textos de Francisco J. Martín Domingo y Emilio Benedicto además de Dolores Gracia Sendra y David Barcelona. En este trabajo se citan fuentes al respecto que enumero a continuación: BENEDICTO GIMENO, Emilio; Martín Domingo, Francisco. La Arquitectura del Agua en la Comarca del Jiloca. Inventario inédito, Centro de Estudios del Jiloca, Noviembre 2007. BLAZQUEZ HERRERO, Carlos; Pallaruelo, Severino. Maestros del agua. Zaragoza: Diputación General de Aragón, 1999. BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos. El agua y Aragón. Zaragoza: Prensa Diaria Aragonesa, S. A., 1995. BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos; Sancho, Tomás. Obras hidráulicas en Aragón [En línea]. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1999.[Consulta: 7 de marzo de 2023]. <https://www.fundacioncai.es/portal2006Files/UserFiles/File2/40.%20OBRAS%20HIDRAULICA S.pdf>. BURETA ANENTO, Isaac. Báguena en el siglo XVIII (I): La población. Xiloca. 2000 , nº 26, p. 27-59. MARTÍN DOMINGO, Francisco; Benedicto Gimeno, Emilio. El patrimonio cultural de la comarca del Jiloca [CD-ROM]. Calamocha: Comarca del Jiloca, [s.a.]. De los Sabirón se habla en el tratado titulado “Arquitectos en Aragón. Diccionario Histórico”, volumen IV, obra de Jesús Martínez Verón publicado en el año 2001 por el “Instituto Fernando el Católico-CSIC y la Diputación de Zaragoza. En este vademécum se cita a Francisco Sabirón (página 408) y a un Maestro Subirón (página 441) pero a los que no se les asignan trabajos en este puente. En el tratado "Diccionario Enciclopédico-Estadístico de Pascual Madoz Ibáñez, editado en el año 1846, tomo II, página 298 y en la voz Báguena se hacen referencias a esta obra pero en el Diccionario de Miñano editado en 1827, tomo I, página 359 no se hace ninguna referencia a esta estructura. Para más información en webs o blogs fáciles de localizar en internet y con textos y fotografías del puente quiero citar los siguientes: Rutas con historia, la web del Jiloca, la del SIPCA para puentes zonales y para el puente viejo, la Wikipedia, la de Ansaragón, algunas tomas que exhibe la web de Verpueblos y otra web del Ayuntamiento de Báguena

Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica.



Traza del puente en alzado y base de la planta con pilas y protectores en un estudio realizado por los alarifes Luis y Francisco Sabirón en el año 1734, fecha en la que se puede atribuir el levantamiento del puente o su reconstrucción por colapso del anterior, Dibujo que se exhibe en la web institucional de la SIPCA.


Vieja instantánea del puente desde aguas arriba que exhibe sin fecha las web de SIPCA pero que podríamos datar hacia los años 60 del siglo XX.


Interesante toma algo antigua del puente -es un decir- de fecha marzo-2003  que se muestra en Google Map siendo su autor Javi Desarraigado. Este hombre será un desarraigado del pueblo pero demostró que tiene sensibilidad y cultura y se fijó bien en este monumento civil que pudiera ser el de mayor categoría e interés de Báguena. 


Imagen del puente desde aguas abajo en toma de fecha 01.09.2008 que exhibe la web de Xiloca.org.

                                   

Interesante toma del puente en visión de aguas abajo que firma Dolores Gracía Sendra, probablemente del año 2010 y que se exhibe en la web de SIPCA sin fecha concreta.


Visión del puente desde aguas abajo en toma de fecha año 2010 cuya autora es María del Carmen Díaz Carrera y que se muestra en el blog "Rutas con Historia".



Dos tomas del estado del tablero según visión de Google View en fecha julio de 2012.


Toma de fecha 08.01.2014 cuyo autor es Diego Delso y que se muestra en la Wikipedia.




Bloque de tomas del puente, en cara aguas arriba, aguas abajo y una basa con el guarismo 1739 grabado en su cara vista. Sus autores son Francisco J. Martín Domingo y Emilio Benedicto. Se exhiben en un trabajo en PDF del SIPCA-Gobierno de Aragón con fecha 10.07.2023 bajo el título "Sistema de información del patrimonio cultural aragonés". Es imperdonable que este organismo haya sido incapaz de datar con cierta fiabilidad la serie de fotografías que se muestran. Como quiero seguir un cierto orden cronológico en el asunto les adjudico provisionalmente una antigüedad para el año 2014. 


Otra toma del puente desde aguas arriba en fecha 04.09.2015 que se exhibe en Xiloca.org.





Mostrenca intervención en el puente para colocar un par de pináculos en piedra caliza que poco o nada tienen que ver con los de la traza realizada por Los Sabirón. Tampoco son fotos con fecha pero interpreto que se debieron realizar hacia el año 2016. Se exhiben en la web...


Preciosa toma del puente con un manto de nieve en visión de aguas abajo que ha realizado Pilar P.M. en enero de 2021 y que se muestra en Google Map. 




Cartelería del pueblo y del puente. Tomas de fecha 14.12.2021
























































Tanda de fotos de fecha 14.12.2021 en secuencia consecutiva del puente en aguas arriba, aguas abajo y bóvedas, tablero, cauce, lavadero y vista del pueblo de Báguena. 


Sección del mapa IGN, hoja 465 de Daroca, edición de 1939, donde se refleja claramente la anchura de la zona de inundaciones a ambos lados del cauce del Jiloca en el entorno del puente. La anchura de éste y la prolongación de estribos y aletas obedece a las repetidas crecidas del cauce en épocas de lluvias y deshielos que causarían daños o colapsos en la obra civil a lo largo de su historia. En círculo marrón la posición del puente. También se citan los nombres de algunas riveras, arroyos, ramblas y acequias que confluyen en esa zona como son la Rambla del Anento, Barranco del Valdeburrey, la Acequia de Gracialcaire, el Barranco del Val, Barranco de la Falcona o la Acequia Gabacha, entre otros regatos. 


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