TÉRMINO DE ARBAS DEL PUERTO. León
N-630 PK 89
A veces, no siempre, este lobo amante de la
caminería se lleva sorpresas agradables. En este caso vengo siguiendo el
itinerario del viejo camino real desde León hacia Asturias, calzada cuyo origen
pudiéramos adjudicar a época barroca aun cuando existen vestigios en algunos
puentes del camino que podría pertenecer a tiempos medievales. Lo cierto es que
gran parte de la calzada hasta Pajares se reformó en el siglo XVIII y por lo
tanto muchas estructuras pontoneras de obra nueva o rehabilitación son de
tipología clasicista. Se aconseja consultar las entradas en el blog para los
puentes de Vega de Gordón, El Tornero o Puente de Alba donde se aporta amplia
información sobre esta vieja calzada, fuentes, bibliografía y material gráfico.
Para el caso que me ocupa siempre consulto el
impagable contenido del “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936”, obra
editada en el año 1988 por el CICCP y el CEDEX-CEHOPU donde minuciosamente
aparecen la mayoría de los puentes y pontones históricos de la provincia
leonesa. Pero no todos, pese al gran esfuerzo realizado por los técnicos que
visitaron el terreno y ejercieron una auténtica labor de arqueología de campo. En
otros tratados sobre la pontonería leonesa no es que aparezca esta digna obra
es que olvidan otros muchos ejemplos históricos de pasos sobre el río Bernesga
y es que el cómodo estudio de gabinete tiene esas lagunas pues no se puede
abarcar todo el territorio si no te esfuerzas en andar el camino por abrupto o
incomodo que sea.
La pontonería sobre el río Bernesga y arroyos
tributarios que han pertenecido al ancestral camino real nos depara la sorpresa
del puente que ahora presento así como otros varios de los que no se tienen
noticias, ni siquiera una triste fotografía que sirviera para documentarlo y
observar su evolución en el tiempo tras las varias reformas que todos han
sufrido al ensanchar esta calzada para adaptarla a los estándares de carretera
nacional. Ya he subido varios ejemplos de obras prácticamente desconocidas como
son los viejos puentes de La Faya en el término de Santa Lucía de Gordón o el
de La Vid de Gordón, ahora con sencillos tableros horizontales pero que
pudieron ser estructuras vetustas cuyo origen es más o menos remoto; algo
parecido ocurre con el de Villamanin o el de Villanueva de la Tercia, mejor
documentos pero que por su antigüedad nos hacer pensar en la utilidad de esta
ruta hacia Asturias desde tiempo inmemorial. Otros puentecillos desconocidos en
la historiografía pontonera son los de Arbas del Puerto, muy cerca de las
fuentes nacientes del río Bernesga ya sea el que salva el Arroyo de Valle Madera, el que salva el Arroyo de Los Pozos o el que podríamos considerar
primer puente de fábrica de este río, ubicado también en Arbas del Puerto a
pocos metros de su conjunción con el citado arroyo de Los Pozos.
Características actuales de la obra. Por lo que respecta al genuino puente podemos
decir que era una obra plena de fábrica a base de roca caliza ferruginosa bien
despiezada en excelente sillería de larga soga, escuadría, disposición casi en
seco con hiladas plenamente horizontales, solapamiento en esquinas para su
mejor trabazón y fuertes estribos con gruesos muros de contención que evitarían
daños en la estructura por las violentas crecidas que lleva este cauce en
momentos de deshielos rápidos y lluvias copiosas en estas faldas de Pajares. Existía
un largo encauzamiento a base de manguardias de mampostería tanto en aguas
arriba como en abajo aunque ahora quedan solo testigos en el lado muriente del
puentecillo.
También ha sufrido modificaciones su tablero;
originariamente tenía aproximadamente 11 metros de longitud y recogía el cauce
de modo esviado con respecto a la perpendicular del cauce existiendo una
pronunciada curva en el camino, insignificante para el tránsito lento de
caballerías y carros pero más peligroso para los vehículos a motor que
empezaron a cruzar por él desde principios del siglo XX. Para suavizar el giro
de entrada y salida por cabeceras se procede al ensanche por medio de
tornapuntas de hormigón armado y losas del mismo material de plano triangular
engarzadas a los tímpanos y estribos del puente, actuación que perjudicó
bastante la impronta original de esta obra civil. Esta actuación puede que se
produjera en los años 50 del siglo XX. La anchura original del tablero era de 6
metros y con este apaño se llega a los 9 metros de ancho que posee en la
actualidad.
Dispone de un solo vano con bóveda en geometría de
medio punto con luz aproximada de 7 metros por lo que entraría en la categoría
de pontón carretero y como decía, la obra original es de una primorosa cantería
que podríamos datar entre época clasicista y retoques decimonónicos hasta la
extravagancia contemporánea que perjudicó este curioso pontón por ser renuentes
a levantar otro como así se ha hecho recientemente aunque eso sí, demasiado
pegado a la vetusta obra por lo que ambos se estorban y el pontón histórico
pierde encanto y visibilidad. Destaca sobre todo el tono variado de la
sillería, su volumen, con piezas que son prácticamente opus quadratum
isódomo y prácticamente sin morteros, al mejor estilo de ingeniería romana.
Algo parecido ocurre con su esbelta bóveda, plenamente regular conformando las
roscas con dovelaje homogéneo y bien trabado con abundantes piezas que llegan
al metro de soga y quizás, debido al buen trabajo original, aún permanece
sólida pese a cierta humedades, musgos y eflorescencias, estas, probablemente
por las reacciones químicas producidas por las filtraciones de los hormigones.
También el trabajo de boquillas, especialmente la de aguas abajo que es más
visible, presenta un trabajo del arte de montea peculiar pues si bien es cierto
que no se logra -al menos en lo que ahora vemos salvo que haya existido una
rehabilitación- el recurso exacto de montacaballo entre el dovelaje y la
sillería de las hiladas que convergen con el arco, su aspecto decorativo es
innegable. Originariamente dispuso de una completa y bien tallada imposta de
caliza rosa con la incorporación de algunos imbornales de buena talla; subsiste
el central en ambas caras con acentuadas curvas en su traza y queda perdido
algún otro más sencillo en los muros o aletas de aguas abajo, producto de los
deficientes arreglos del puentecillo tras la incorporación de la losa de
hormigón. Esta horrible losa, precisamente, queda disminuida con tanto
desconchón donde hasta se aprecia su endeble armadura en el mallazo de acero,
con gran oxidación.
Debió de poseer buenos y lucidos pretiles de piedra
tallada a base de sillería u ortostatos pero en alguna rehabilitación
desaparecieron. Lo que queda actualmente y en consonancia con las defensas de
parte del camino viejo son pretiles de mampostería con mucho mortero y
albardillas convexas de cemento, en general, bastante completas salvo un lienzo
que ha caído al río en zona de aguas arriba. El viejo firme de cascajo y
arenas, repuesto más adelante con macadam queda subsumido bajo las actuales
capas de asfalto que se debieron de ir reponiendo hasta los años 70 del siglo
XX en que probablemente entró en funcionamiento el puente nuevo y que, ahora
están rehabilitando.
Como ya indicaba, además de la obra del pontón,
fue necesario canalizar en lo posible el cauce para lo que se refuerza la obra
con pilastras sobresalientes junto a estribos con sillería semejante a la del
resto de la fábrica y una larga continuación a base de mampostería variada en
forma y volumen cuyos lienzos, especialmente en aguas abajo, subsisten en su
totalidad pese a algún desprendimiento puntual. En lado aguas arriba, el desvió
de la trayectoria del camino así como el levantamiento de la obra nueva han
desvirtuado estas manguardias.
Dado que el puente nuevo cubre las necesidades de
tráficos de esta nacional, salvo que existan otras servidumbres de paso que
afecten al vetusto pontón, sería conveniente una actuación en la vieja obra
para restituirla a su estado original y exhibirla como un hito pontonero
histórico de lo que fue el antiguo camino real hacia Asturias. Como parece que
existe espacio para crear algún aparcamiento o zona de descanso anejo al
puente, pues se debería de llevar a efecto esa iniciativa para que el viajero,
turista o curioso pudiera aparcar su vehículo en la zona, descansar y visitar
esta vieja gloría del histórico camino. Hasta donde yo conozco y en el tramo
leonés de esta mítica vía no existe ningún cartel o señal de tráfico que
advierta al conductor (turista, viajero, curiosos o estudioso del tema) que se
encuentra o va a cruzar uno de sus puentes históricos y grosso modo,
puedo calcular que existen aproximadamente una treintena de obras civiles
carreteriles de cierto interés histórico que ya deberían formar parte del
catálogo de patrimonio lineal de esta calzada nacional en territorio leonés.
Tanda de fotos de fecha 13.09.2021 del puente en secuencia desde aguas arriba, aguas abajo, tablero, camino viejo carretero y ruinas de edificaciones anejas.
Saltamontes verde o común también llamado Langosta verde (Tettigonia viridissima (Linnaeus, 1758). Tettigonidae).
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