PUENTE NUEVO SOBRE RÍO RUBAGÓN
NESTAR. Palencia
PP-2208 PK 0 Y P-220 PK 5
Además de la joya pontonera
de posible origen romano conocida como Puente de la Perdiz, el pueblo de Nestar
tiene también sobre su río Rubagón un interesante puente de piedra que
presentamos aquí.
Dentro de los conflictivos
momentos que se vivían en España después de la pérdida de las colonias y tras
la Restauración borbónica ocupaba la regencia María Cristina de
Habsburgo-Lorena entre los años 1885 y 1902 por la minoría de edad del futuro rey Alfonso XIII. Para dar cierta
estabilidad al país, previamente se firmó el Pacto del Pardo en 1885 entre
conservadores y liberales-progresistas por el cual existiría un claro turnismo o
alternancia en la gobernanza de España que produjo sosiego, estabilidad, cierto
espíritu de modernización e interés por regenerar el país construyendo
carreteras, canales y puertos. Durante el Gobierno de Francisco Silvela y
teniendo como Ministro de Fomento al ingeniero Práxedes Mateo-Sagasta Escolar (varias
veces presidente del gobierno) se dio un empuje a muchos de los proyectos
carreteriles pendientes a nivel provincial. Aquellos caminos de tierra y barro,
propios para caballerías y reatas de mulas empezaban a sustituirse por otros
bien construidos, con cunetas, terraplenes, firmes de macadam y una anchura
acorde a los nuevos tiempos que para este tipo de vías era la de 6 metros, de
los cuales 4,50 metros se destinaban a firme y 1,50 metro a viales peatonales.
En la Gaceta de Obras
Públicas se publica con fecha 20.12.1899 el anuncio de una subasta de obra
carreteril que tendría efecto el 21.01.1900. Se trataba de construir el primer
tramo de la carretera que desde Aguilar de Campoo tenía su término en
Brañosera. Este primer sector constaba de 9,80 kilómetros, hasta el pueblo de
Cillamayor, se debería de construir en 2 años y tenía un presupuesto de
111.665.- pesetas cuyo desglose aproximado era de 20.570.- pesetas para obras
de explanación con desmontes, terraplenes, apertura de cunetas, apertura de
cajas para el firme así como para el transporte o movimiento de tierras y
rocas. Otras 33.450.- pesetas correspondían al afirmado a base de variedad de
piedra machacada y arenas como capa profunda y otra superior con un espesor de
24 centímetros en calzada y 12 centímetros en mordiente que se hacía a base de
machacar aún más la piedra hasta conseguir tamaños regulares entre 3/7
centímetros que se disponía sobre la anterior. Este recebo mezclado con arenas
se compactaba por medios manuales o rodillos tirados por fuerza animal y
acababa la labor. Normalmente se hacía acopios de varias toneladas de piedra
dispuestas en diferentes puntos del camino para arreglos y parcheos posteriores
pues en el condicionado propuesto se obligaba al contratista a completar estos
acopios para una vida media de la calzada de 4 años lo que supuso un coste de
casi 20.000.- pesetas. Las obras accesorias representaron un coste de 6.500.-
pesetas y se correspondían con gastos varios como podía ser los diferentes pies
de árbol plantados a lo largo del camino y el propio avivado que comprendía
desde el cuidado en vivero hasta el mantenimiento y poda del arbolado junto a
los viales. Cunetas, zanjas de coronación y desagüe, rectificaciones o desvíos
de cauce, rampas de servidumbre, cercas de heredades modificadas o destruidas
que se deberían reponer y en este caso la puesta de 26 guardarruedas, 9 postes
kilométricos y un poste indicador de dirección. Por último, en lo referente a
obras de fábrica, este presupuesto contemplaba la cifra de 11.210.- pesetas.
Sin querer ser arduo o
excesivamente prolijo en esta materia y más bien para el simple conocimiento de
los lectores, detallaré la serie de materiales que podían ser obligados o
pertinentes en la construcción de obras de fábrica y que afectan lógicamente a
todo tipo de puentes, pontones, alcantarillas o tajeas. En este caso y
prescindiendo de los costes unitarios nuestro presupuesto incorporo partidas
necesarias para la construcción de 16 tajeas más 3 pontones y entre las labores
que se detallan figura la excavación de cimientos, rellenos de mezcla común,
rellenos con hidráulica debajo del agua, revoque de paramentos, utilización de
mampostería en seco, mampostería careada, mampostería concertada, rajuela para
bóvedas, hormigones ordinarios, hormigones hidráulicos, fábrica de ladrillo con
mortero así como mortero hidráulico, sillería en muros rectos, sillería
aplantillada para bóvedas, tajamares, molduras así como sillería especial para
bajo agua. Losas de tapa y de escollera, madera de pino para el pilotaje y
emparrillado, andamiaje y cimbras y otras labores como eran el embaldosado,
entablonado, empedrado y enlistonado además de guarnecidos y blanqueos, hierro
fundido, hierro forjado, clavazón y herrajes diversos. Las 16 tajeas tuvieron
un coste total de 5.600.- pesetas y los 3 pontones (o sea, nuestro puente) tuvo
un coste de 5.268.- pesetas.
Características actuales de
la obra. Nuestro puente debió de
construirse aproximadamente entre los años 1901 y 1902 siguiendo el
condicionado de aquella subasta que se publica en la ROP. No daba servicio a
esta nueva carretera hacia Cillamayor o Barruelo pues soslayaba el cruce del
río Rubagón pero sustituía al que debió de existir en madera para entrar en
Nestar y acceder al camino carretero que llevaba a Cordovilla de Aguilar,
entraba en Cantabria y por Reinosilla y Olea conectaba con el camino real de
Palencia-Santander, esto es, la actual carretera nacional N-611.
La obra, de reducidas
dimensiones, tiene un tablero de 16,20 metros de longitud y una anchura
original de 4,50 metros. Dispone de 3 vanos con arcos escarzanos muy abiertos y
luces semejantes de 4 metros cada uno. Los apoyos se producen en reducidos
estribos que se empotran en el talud del cauce de orilla izquierda y un
aterramiento artificial en la contraria. Las dos pilas intermedias son del tipo
tabique cubriendo la profundidad de bóvedas y con una anchura de 1 metro cada
una.
Llama la atención de que por
aquellas fechas no se hubiera levantado en este lugar un puente a base de una
sola viga en hormigón armado con apoyos en estribos, sin pilas intermedias,
pues para luces entorno a los 16 metros ya era una experiencia que se había
practicado con éxito, especialmente en los puentes levantados por José Eugenio
Ribera que eran sensiblemente más económicos y se llegaron a incorporar a los catálogos
oficiales de obras públicas. Por suerte, esta obra civil se realizó en piedra,
probablemente siguiendo las normas y directrices que marcaban los catálogos
oficiales del propio Ministerio de Fomento pues su tipología es bastante
frecuente en otros muchos puentes de la provincia. Puede que todavía estuviera
en vigor la "Colección oficial para pasos sobre corrientes de agua"
que diseñó Manuel Peironcely en 1882. Quizás, sus costes tampoco fueron muy
elevados porque se consiguió la piedra de las propias canteras de Nestar, en
este caso, roca sedimentaria en arenisca de buena calidad. El ladrillo para las
bóvedas de las tajeas a lo largo de la carretera, canalizaciones y paños
internos del puente se obtenía del cercano pueblo de Quintanilla de las Torres
donde existían varias tejeras.
El resultado final es una
obra bella, equilibrada y firme destacando especialmente su cuidada fábrica o
placaje en sillería de arenisca de excelente factura, corte, disposición en
hiladas horizontales y volumetría semejante. Esta calidad en la cantería
también es extensible a los paños de aletas de los que dispone el puente como
refuerzos de estribos aunque en la actualidad algo dañados, abandonados y donde
crecen tupidas matas y arbustos que impiden ver con claridad la sillería de
estas zonas. También dispone de manguardias bajas en sillería aunque muy
ocultas por la vegetación. Con respecto a las pilas cabe señalar su calidad y
decoro. Los cantos se redondean para hacer las funciones de tajamar-espolón y
se coronan con bellos tejadillos semicónicos, todo ello realizado con piedra
arenisca de perfecta talla. También en las bóvedas de arcos rebajados se
aprecia la buena labor de cantería, diría que a corte mecánico por sus
perfectos perfiles con dovelaje en cuña para boquillas y perfecto ensamblado
con las piezas trapezoidales que hacen de salmeres y soportan estos arcos en
una técnica estereotómica muy cuidada.
El tablero original tenía,
como decía anteriormente, una anchura de 4,50 metros, semejante a la anchura de
la calzada, prescindiendo de viales peatonales para economizar costes y su
firme, tras una capa de hormigón ordinario se cubriría con suelos de macadam. Por
aquellas fechas ya se utilizaban petos de seguridad a modo de barandillas a
base de cordón de hierro fundido que desaparecieron con el ensanche del
tablero.
Hay que hacer constar que
este puente o juego de pontones sustituiría al viejo puente tardo-romano o
románico ya mencionado y que, hasta entonces y pese a su angostura pudo ser el
único paso cercano sobre el río Rubagón como puente carretero ya que, de
existir el paso de madera, parece probable que se utilizara como vía peatonal o
para el paso de caballerías o ganado exclusivamente y siempre que estuviera en
uso porque las estructuras de maderamen solían ser efímeras y con continuos
arreglos o rehabilitaciones.
Parece probable que en los
años 80 del siglo XX se decidiera ensanchar este camino carretero hacia
Cordovilla de Aguilar -actual carretera local PP-2208- por lo que, sin
consideración alguna hacia la obra histórica, se decide también el ensanche del
tablero del puente a base de losas de hormigón armado con vuelo de un metros en
cada canto del tablero original. Quizás, ahora y por medio del hormigón pretensado
con losas prefabricadas no hubiera sido necesario destrozar otras zonas del
puente pero desgraciadamente no fue así. Para consolidar esos vuelos se necesitaba
añadir una viga de hormigón armado en lado aguas arriba sobre la que apoya
parte del alero pero que requirió el apaño de formar una serie de plintos o
dados de hormigón sobre los airosos tejadillos de pilas como base de ese alero.
Al mismo tiempo, o quizás más adelante por el deterioro de la viga, se tabica
con ladrillo más cutre todavía, el larguero de esta viga afeando aún más esta
chapuza. Sin embargo, en aguas abajo todavía se pueden observar con más
claridad las bóvedas originales y sus boquillas de excelente dovelaje pues el
vuelo de la losa de hormigón, o bien no ha sufrido daños o fue innecesario más
refuerzos con vigas longitudinales. Lo cierto es que en visión lateral, estas
arcadas quedan disminuidas o distorsionadas debido además, al grosor del nuevo
tablero que por cierto, dispuso de un placaje en impostas a base de losetas de
arenisca en tono o a juego con la fábrica original pero que en la actualidad se
han desprendido muchas de ellas. También influye la suciedad y humedades de estos
cantos de la losa, las manchas o chorretones del cemento que se coló por
extradós de la plataforma y ha deteriorado parte de la fábrica y roscas de
algún arco. Un cúmulo de despropósitos y falta de conciencia en la modificación
del puente o en los mantenimientos que ha sufrido en estos últimos años hacen
que este bello puente se encuentre plenamente disminuido.
El tablero actual se
conforma con una calzada de 4,50 metros y dos viales peatonales de un metro de
ancho cada uno y en cantos se cierra con barandillas de catálogo de obras
públicas metálicas, creo que pintadas de azul aunque muy deterioradas. La
entrada al puente por su cabecera derecha tiene acusada inclinación pues se
conforma sobre un aterramiento artificial. Existe una señal de tráfico con
limitación de velocidad a 30 Kms/hora. Existen rótulos que nombran el río que
cruza. No hay ningún cartel que señalice este puente como obra civil de interés
con más de cien años de historia. El mantenimiento del puente así como del
cauce deja mucho que desear y se ha invadido el sector público de su orilla
izquierda en aguas arriba por lo que tampoco se puede bajar hacia el cauce para
observar con detenimiento los arranques, pilas o bóvedas de esta digna obra
pontonera.
Aguas abajo del puente y
sobre el camino que lleva al Puente de la Perdiz se ha recompuesto el paso de
una arroyada a base de unos caños de hormigón y terraplenes a base de grandes
mampuestos de caliza rematado con barandillas de madera en lo que podría ser un
espacio ajardinado o de recreo pero no consigue integrarse en el paisaje
fluvial y arbolado de ribera por su aspecto desangelado.
Para saber más. Los únicos datos de que dispongo sobre esta obra civil se reflejan en
el artículo de la ROP (Revista de Obras Públicas) del año 1899, tomo II. Esta
obra también se tuvo en cuenta y se revisó cuando la Diputación de Palencia
conformó un catálogo de puentes y pontones en las carreteras de su incumbencia
para lo que encargó a la empresa Alcántara 98, Ingeniería, Puentes y
Arquitectura la recopilación de datos y visitas a todos estos puente. En su
informe del año 2007, ficha 14 se analiza esta obra con inclusión de varias
fotos que también expongo aquí y se dice sobre la obra que fue modificada en
ensanche según un mal criterio de actuación. Su catalogación es la de un puente
carretero singular.
Cómo llegar. La vía rápida para acercarse a esta zona es la autovía A-67 con salida
en el PK 103 a la altura del polígono industrial de Aguilar de Campo para
seguir por la nacional N-627 y CL-626 hasta la nueva rotonda donde nace la
carretera provincial P-220 en dirección Brañosera y Barruelo de Santullán por
cuya vía seguiremos hasta el PK 5 donde se encuentra Nestar y nuestro puente.
Otra salida de la A-67 es la del PK 100 junto al pueblo de Valoria de Aguilar
que nos permite tomar la citada N-611, cruzar la villa de Aguilar de Campo por
su Puente Mayor sobre el río Pisuerga y continuar por la Avenida de Ronda hasta la citada glorieta o
ensanche que no deja de ser la antigua fábrica de Fontaneda, ahora aparcamiento
con un muro de canto rodado que nos sirve como referencia y donde cogeremos la
provincial P-220 hasta el puente.
Tanda de fotos de fecha 02.03.2007. Catálogo de puentes de Palencia encargado por la Diputación a la empresa de ingeniería Alcántara 98.
Tanda de fotos de fecha 26.02.2019
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