CAZANDO PUENTES: PUENTE DE SAN LORENZO. VILLADIEGO. Burgos

PUENTE DE SAN LORENZO SOBRE EL ARROYO DEL JARAMA

VILLADIEGO. Burgos

BU-627 PK 17,500

Entre la variada pontonería de esta localidad presentamos en esta entrada un bello puente carretero decimonónico que nos podemos encontrar cuando accedemos al pueblo desde la carretera provincial BU-627 que viene de Alar del Rey. De hecho, a esta travesía la han bautizado como Avenida de Alar del Rey.

La sensación que nos produce la visión de esta obra civil, al igual que ocurre con el propio Puente Curiela, es de contrariedad y un punto de indignación. Ambas son obras históricas y entran en el catálogo de puentes monumentales por lo que nos sorprende la distorsión que se ha producido en su estructura e impronta. Ciñéndome a este caso, sorprende que junto a la puente de piedra se haya adosado o pegado, más bien, una cutre pasarela de hierro que impide totalmente la visión del puente desde su lado de aguas arriba. Observando la amplia terraza de arenas y lodos que ha ido formando en este punto el Arroyo Jarama, con explanadas a ambos lados del cauce, hubiera sido sencillo y práctico ubicar la jodida pasarela a 20 y 30 metros del puente, especialmente en lado aguas arriba. No creo que a la DPC (Dirección Provincial de Carreteras) o a la Consejería de Infraestructuras de la Junta les hubiera importado mucho construirla o autorizarla un poco más lejos. Más bien, parece una idea o proyecto del propio Ayuntamiento, quizás empecinado por las reivindicaciones de los vecinos a los que, por cierto, debería haber informado de que también es importante y necesario cuidar nuestros puentes, ponerlos en valor y exhibirlos con placer y orgullo.

El proyecto carreteril y la construcción de los puentes necesarios para la carretera que desde Alar del Rey transitaba por Sotresgudo, Sandoval de la Reina y llegaba hasta Villadiego, arranca de finales del siglo XIX y se debe a la iniciativa de varios ministros de fomento entre los que destaca Rafael Gasset Chinchilla, varias veces ministro del ramo en gobiernos presididos por Fernández Villaverde o Segismundo Moret en tiempos de la regencia de María Cristina y los primeros años del reinado de Alfonso XIII. Eran momentos políticos en que, impregnados por el regeneracionismo de Joaquín Costa, se intenta avanzar y progresar en el ámbito de la obra pública con grandes proyectos de canalización, riego y comunicaciones, muy atrasadas o abandonadas, especialmente en el mundo rural. Gasset tuvo algunas iniciativas para la provincia de Burgos y hasta promovió un puente en la capital, construido en 1.926 que llevó su nombre hasta que lo demolieron en el año 2.010.

Este proyecto fue lento pues normalmente la carretera se iba construyendo por sectores de 6 o 7 kilómetros y duración de un par de años, siempre y cuando existiera presupuesto oficial. Es probable que el tramo de Villadiego así como la construcción de su puente se produjera en la primera década del siglo XX. Un buen ejemplo pontonero de esta vía es el que se levantó junto a Sandoval de la Reina, de características muy semejantes a éste aunque con más arcos y luces más amplias dado el caudal que por allí lleva el río Odra. Estos modelos oficiales de puentes y pontones son bastante frecuentes en la provincia de Palencia, bien en piedra caliza, arenisca o ladrillo. En menor medida se dan en la provincia de Burgos aunque cierto es que, no muy lejos de Villadiego, en la actual carretera BU-601 y antes de entrar en Arenillas de Villadiego, subsiste una estructura sobre el río Grande muy semejante, con una bóveda escarzana, fábrica de sillería y soberbias aletas en ambas caras del puente que marca las pautas de lo que en tiempos decimonónicos era la construcción de carreteras y obras pontoneras siguiendo, como digo, los estándares que marcaban los catálogos aprobados por el ministerio del ramo. La brutal solución dada al puente de Arenillas para su ensanchamiento, nos impide poder observar la vieja estructura aunque siempre podremos ver el intradós de su bóveda original y lienzos de estribos interiores y aletas.

Esta comentario que hago sobre la carencia de puentes de estas características en el entorno de Villadiego nos debe hacer reflexionar al respecto y como ya he indicado en otro párrafo, tanto Ayuntamiento como la propia Junta de Castilla y León, además de la Diputación Provincial (que también sabe y debe aportar fondos cuando se le requiere) deberían replantearse lo de la pasarela y aportar soluciones para que este interesante puente se libere de semejante pegote.

Características actuales de la obra. Se trata de una estructura con una longitud de 14 metros, profundidad de bóvedas de 6 metros y baja cota, ajustada a la altura de los taludes que forma el cauce en ese punto. Dispone de 3 vanos con arcos escarzanos rebajados a 1/4 de círculo, de perfecta trayectoria geométrica; luces regulares de 4 metros cada arco y estrechos estribos empotrados en los propios taludes.

Llama la atención la gruesa imposta de piedra caliza que recorre toda la longitud de la obra, con cierto relieve, biselado superior y buena talla. Sobre ésta, se produce el apoyo de los pesados pretiles a base de ortostatos y témpanos intermedios sobre los que discurre una albardilla. Los extremos de estos petos se refuerzan con pequeñas pilas de sección cuadrangular que debieron coronarse quizás, con las típicas bolas de piedra. En cabecera derecha (desde aguas arriba) subsiste todavía un guardarruedas troncocónico de época.

Las dos pilas intermedias se refuerzan con pequeños tajamares-espolones de sección semicircular protegidos por sombreretes. Da la impresión de que los vanos deberían tener mayor flecha o altura hasta lecho del río y puede que lo que ocurra es que hay demasiados arenados depositados en torno al puente y que entierran en parte pilas y tajamares.

Lo más llamativo de este puente es la labor de cantería, hecho bastante frecuente en la ingeniería pontonera decimonónica que trabaja la obra civil con dedicación, esmero y profesionalidad. Si nos fijamos en las entrañas de la obra observamos las solidas basas que soportan los muros de estribos, probablemente sobre un manto robusto de cimentación a base de piedra, canto rodado y hormigón hidráulico; sobre esta placa o solera también apoyan las pilas y tajamares. Sobre estas gruesas basas de sillería bien dispuesta se coloca una hilera de piezas más estrechas o losas tapa en las que apoya todas las bóvedas, bien sobre estribos o en las pilas intermedias. Las bóvedas se componen de una serie de roscas con dovelaje contrapeado, de buena talla, canteado y disposición que dan fortaleza a las arcadas. Lo cierto es que, pese a su largo siglo de existencia, se mantienen firmes ante el envite y presiones de los muchos camiones de alto tonelaje que lo cruzan a diario.

También es significativa la labor o aparejo de las caras exteriores de la obra civil, muy al estilo de época ya sea en la pontonería carreteril así como en la ferroviaria. Sillería regular de cara lisa, con finas juntas entre piezas, hiladas perfectas que en este caso apenas se aprecia porque los tímpanos son mínimos y apenas hay muro y un trabajo de roscas externas o boquillas admirable a base de dovelas de excelente talla, forma en cuña y las que apoyan en salmeres de sección pentagonal para recoger geométricamente las hiladas horizontales exteriores, recordando la buena labor de cantería siguiendo las viejas pautas de la estereotomía propia de un buen alarife o maestro cantero.

Aún quedan retazos de antiguas aletas de piedra, bien en sillería o sillarejo aunque muy disminuidas. Me da la impresión que parte de estas piezas se han reutilizado en el chapado exterior de los estribos de la pasarela aneja. Obviamente y debido a la imposibilidad de observar nuestro puente desde aguas arriba, ignoro el estado en que se encuentra. Ahora bien, en general y aunque nuestro puente se encuentre en un estado óptimo para dar servicio a esta calzada, sería deseable que se acentuara su mantenimiento, ya sea con la eliminación de humedades y matojos que crecen en las juntas, eliminación de arbustos y árboles que medran muy cerca de la obra y cuyas raíces pueden afectar a cimentación o muros y algún dragado que limpie el lecho del río y de mayor esbeltez a la obra.

En este caso, no sólo no hay carteles que nos anuncien la presencia de una obra civil de cierto interés, es que ni siquiera existe un cartel con el nombre del río o arroyo al que atraviesa. Sin embargo, disponemos de bastante espacio para aparcar nuestro vehículo y poder contemplar con tranquilidad uno de los puentes más bonitos de la población de Villadiego.

Pasarela aneja al puente. Se trata de una horrible estructura que semioculta al puente, lo tortura y disminuye su impronta y belleza. Tiene una longitud aproximada de 17 metros y una anchura de 2 metros. Parece que se monta sobre una losa de hormigón armado que apoya en estribos también de hormigón aunque se aprecia un chapado deficiente de mampostería con muchos huecos. Sobre la losa se dispone una cutre cubierta a base de laminados de acero galvanizado con estrías antideslizantes y altos petos a base de tubo de cuadradillo de variadas secciones en una estructura montada y fijada con soldadura autógena. Ni arte y gracia, vamos. No parece muy antigua, puede que tenga 10 o 12 años y su oxidación actual es más que evidente.

Aprovecho esta entrada para meter, ya de paso, las dos pasarelas que salvan este arroyo aguas arriba, entre nuestro puente y el puente de Roma. También incorporo el puente agrario existente aguas abajo del que presento: Una sólida estructura de hormigón armado que da servicio al camino de Grijalba, recientemente consolidado con refuerzos en estribos y tablero, nuevo firme y barandillas de hierro. Pasado este puente me encontré con un paisano, sentado junto a su finca y casa que me informó de un viejo pontón de piedra en la lejanía, por donde está la pinada, pasada la granja avícola y que debe dar servicio a un caminillo de tierra hacia Villahizán salvando el Arroyo de la Lagunilla pero trasteando un rato por esa vía de tierra no pude cazarlo. Otra vez será.

Para saber más. Me remito a lo aportado en el Puente de Roma o en el Medieval, ya sea para conocimiento de esta villa, su historia o monumentalidad como en lo referente a bibliografía utilizada para sus puentes. Específico de este puente no he encontrado ninguna información al respecto. Sobre los inicios de la calzada que desde Alar del Rey se dirige hacia Villadiego existe algunas referencias en la ROP (Revista de Obras Públicas), año 1.896, tomo 23. El trazado carreteril y toponimia queda claro consultando el MTP (Mapa Topográfico Nacional) 1:50000, hoja 166 Villadiego, edición de 1.989.

Cómo llegar. El municipio de Villadiego se encuentra en la órbita de la autovía A-231 (Camino de Santiago) que deberemos seguir hasta la salida 135 en Olmillos de Sasamón para continuar hacia el N por la BU-P-4041 hasta Sasamón y tras cruzar el pueblo seguir hacia el N por la BU-640 hasta Villadiego donde siguiendo por la Avenida de Burgos o BU-627 y cruzando el río Brullés, accederemos a la rotonda de "Me tomo las de Villadiego" y girando hacia la izquierda, dirección Sotresgudo, llegaremos en seguida al puente sobre el arroyo Jarama. La nacional N-627 (que se está transformado en autovía desde Burgos a Aguilar de Campoo también nos permite acercarnos a la zona, aproximadamente en su PK 33 donde podremos desviarnos a la altura de La Nuez de Arriba para seguir por la carretera provincial BU-601 ya mencionada hasta llegar a Villadiego. Otro camino interesante es el que arranca desde la N-611 PK 89 en Alar del Rey como carretera provincial BU-627 que cruza Sotresgudo y Sandoval de la Reina para alcanzar Villadiego con entrada por el S cruzando precisamente el Arroyo Jarama por nuestro Puente de San Lorenzo.