PONT VELL DEL BARRANC DEL MASCARAT
T.M. CALPE-ALICANTE
N-332 PK 165
Entre las joyas pontoneras que menudean en esta carretera nacional N-332
a lo largo de su amplio recorrido de 386 kilómetros, que son los que hay desde
su origen en el núcleo almeriense de Vera y la ciudad de Valencia, como digo,
podemos fijar la atención en este punto espectacular, llamado Barranc del
Mascarat o Barranc Salat, angosto paso natural por el que -en su momento- se
decidió construir este sector de la calzada real que debería conectar Alicante
con Valencia por el litoral mediterráneo.
Previamente a los proyectos carreteriles por el litoral, se habían
estudiado rutas alternativas entre Alicante y Valencia por tierras interiores
que alcanzaban Alcoy y Xátiva a través de un camino de herradura. Juan
Subercase estudió dos trazados, uno que pasaría por Ibi y San Vicente del
Raspeig y otro que podría ir por Xixona habilitando el puerto de La Carrasqueta, que aunque más largo y costoso, prevaleció y se terminó de
construir en la década de los años 70 del siglo XIX. Fue el camino real que
posteriormente se integró en la actual N-340, la carretera más larga de nuestra
península. También allí fueron necesarios algunos puentes interesantes como son
los de La Petxina y el Pont Nou de Sant Roc en el núcleo de Alcoi o los de Sant
Antoni en el Barranc de la Batalla y un par de puentes en Xixona.
Respecto al camino litoral, señalar que en el mismo PK 165, ya que ahí se
encuentra el mojón correspondiente a ese guarismo, podemos observar el viejo
puente ferroviario que utiliza el TRAM hasta Denia, construido con viga de
acero en celosía del tipo Pratt, recientemente reformado. El puente carretero
que en la actualidad da servicio a esta calzada, acotado entre dos túneles y
que sigue siendo una interesante obra en hormigón armado a base de un vano
bi-arco de directriz escarzana y una serie de arquillos de aligeramiento que
acentúan la belleza y prestancia de esta obra civil. El tercer elemento
pontonero ubicado en este cañón es nuestro puente, el más vetusto e imponente
de ellos. Se construye por necesidad, buscando el recorrido más corto del nuevo
trayecto hacia Valencia por la costa, evitando adentrarse en el corazón de la
propia Sierra de Aitana.
El ingeniero vasco Agustín Elcoro Berecibar había diseñado este proyecto carreteril hacia el año 1.844
por encargo de la Diputación de Alicante para la que éste trabajaba. Aunque
lentamente, el sector hasta Altea se consideró terminado en 1.860 y hacia el
año 1.889 se da por concluido el trayecto desde Altea hasta Valencia, donde se
construyeron varios puentes y túneles, entre los que sobresale el que ahora
presentamos. Elcoro fue un profesional muy activo en la provincia de Alicante
con importantes proyectos en su historial, destacando el del ferrocarril de
Almansa-Alicante para la Compañía del Ferrocarril de Almansa a Alicante (más
adelante MZA) redactado en el año 1.853 por Ángel Retortillo Imbrets con el que
colaboró para el diseño de todas las estaciones de esta línea. También hizo obras pontoneras en la ciudad de
Alcoy, que daban servicio al camino real hacia Valencia y Barcelona, actual
N-340, algunas de ellas ya presentes en este blog como el Pont Nou de Sant Roc.
En el área marítima trabajó con Juan
Subercase para la draga y mejora del puerto de Alicante. Ante el grandilocuente
y faraónico proyecto de hacer navegable el río Tajo, fue muy escéptico y
realista -incluso para llevarlo sólo hasta Alcántara- como se explica en sus
artículos para la ROP del año 1.864, número 14 a 16. Previo a su trabajo como ingeniero, Elcoro se
había licenciado como maestro arquitecto en la RABASF (Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando) según se recoge en webs de la Biblioteca Nacional o del
Gobierno Vasco, citándose en ésta su intervención en la Alhóndiga de Bilbao.
Bien, independientemente del proyecto carreteril por el litoral
mediterráneo de Elcoro, las obras efectuadas se hicieron lentamente y cuando se
decide acometer el sector del cañón del Mascarat, este ingeniero ya había
fallecido. El proyecto, como ya he dicho, era del año 1.863 y Elcoro fallece en
1.867 a la edad de 55 años. No se sabe si el diseño original de esta curiosa
obra es de su factura o bien, se modifica en años posteriores. Lo que sí parece
claro es que el puente se levanta entre los años 1.875 y 1.880 siendo el
director de obras el ingeniero Antonio María de Jáudenes, en época del reinado de
Alfonso XII, tiempos inestables tras el fracaso de la I República, siendo los
ministros del ramo en aquellos años Manuel Orovio Echagüe, Cristóbal Martín de
Herrera, Francisco de Borja Queipo de LLano y Fermín Lasala Collado, en el
tramo final de este proyecto carreteril y cuando ocupaba la presidencia del
Gobierno Antonio Cánovas del Castillo. Tras Jáudenes, el facultativo que siguió
como director de estas obras fue el ingeniero Enrique Guillem.
Las obras de este sector de calzada, incluyendo el puente y túneles, las
llevó a cabo el cacique local, diputado a Cortes y contratista de la
Administración Juan Bautista Thous Carrera. Previamente al alzamiento del
puente y dada la dificultad para el acarreo de materiales, se abrió un camino
interino de herradura llamado Del Collado, por donde se llevaban materiales y
piedra hasta la base de operaciones, o acopio. Aunque hay relatos que nos
hablan de un posible derrumbe del puente debido a la violenta riadas de junio
de 1.877 o en el año 1.886 a juzgar por el aspecto del puente, no se observan
modificaciones en paramentos que puedan adivinar esas actuaciones. Más bien,
parece claro que fue el contratista Thous quien ante la calamidad de las
riadas, que se llevaron por medio gran parte de los acopios, solicitó
indemnizaciones a la Diputación por causas de fuerza mayor, no imputables a su
buen hacer constructivo así como ampliación de plazos de entrega de obra.
Características actuales de la obra. Esta curiosa obra civil, encajonada en el angosto cañón del Mascarat, se
construye a 57 metros de altura sobre el lecho de esta arroyada, en el punto
donde el estrechamiento es más evidente y donde el tablero puede embocar aunque
oblicuamente con los dos túneles practicados en las montañas de La Bernía
(estribaciones de la Sierra de Aitana). Son obras admirables, desde el punto de
vista de su dificultad en los diferentes trabajos realizados ya sea al horadar
estos túneles como en la elevación de los estribos de este puente,
prácticamente en el vacío, aunque solidarios con los taludes verticales de roca
caliza del propio cañón.
Se construye un tablero de aproximadamente 32 metros de longitud y un
ancho uniforme de 6 metros. Dispone de un sólo vano en geometría de medio punto
con una luz de 21,50 metros, ocupando el resto de vacio los amplios y potentes
estribos. Aunque no hay datos concretos del modelo de construcción, debemos
suponer que se utiliza el hormigón en masa en las zonas interiores, ya sea en
estribos, muros de acompañamiento y bóveda a base de morteros de cemento y
añadidos de piedra caliza, margas y los áridos correspondientes para su mejor
fraguado. Lo llamativo de esta obra, circunscrita al ámbito rural, fuera de
cualquier núcleo de población, es su acentuada labor de armonía, decoración y
estética hasta en los menores detalles, poco o nada habitual en la obra civil
carreteril no urbana. Aunque por la configuración del terreno y estrechez del
barranco pudiera parecerse al famoso Puente Viejo de Ronda sobre el río Guadalevín
( salvando las distancias en cuanto a materiales, estilo y época) lo que sí parece cierto es que tiene la
impronta de muchos puentes decimonónicos del catálogo que diseñó por aquellas
fechas Lucio del Valle Arana con estructuras -independientemente de los vanos-
en las que predomina la buena piedra de sillería en pilas, aristones o fajas, mampostería de cuidada disposición y amplios y
potentes estribos.
Todo el chapado de la estructura es en piedra, generalmente caliza,
trabajada con cuidado ya sea en su volumetría o escuadría, disposición de
hiladas, buena talla en las caras vista y fino llagado entre piezas, algunas
verdaderamente grandes. Esta sillería destaca en los arranques de estribos, en
todas las zonas esquinadas de la estructura a base de aristones de gran
belleza, las impostas o fajas intermedias, las caras interiores de las altas
pilas-estribos así como en todo el intradós de la bóveda, incluyendo las
boquillas, donde el dovelaje es de una calidad excepcional. Las molduras que
acotan el semicírculo de la bóveda o la propia clave del arco, con una curiosa
forma en T, nada habitual en el cerramiento de arcos de medio punto. También es
de piedra tallada la imposta y los pretiles a base de ortostatos de caliza
blanca con canto superior redondeado simulando una albardilla.
El resto de paramentos se recubren a base de mampostería en diferentes
formas, tallas y colores, lo cual también incide en la sencilla intención
decorativa de la obra civil: mampuestos irregulares, pequeños y toscos en las
zonas de tímpanos así como en las áreas más altas de pilas y estribos. Bajo la
ménsula en relieve de excelente talla y disposición donde descansa la bóveda,
los lienzos de mampostería son más cuidados, a base de piezas canteadas,
ciclópeas, predominando las pentagonales, con ligero picado en su cara vista, al
modo de la mampostería concertada y careada, aglutinada con cemento o cal hidráulica,
en un trabajo de cantero muy digno y bello.
Es interesante la información que ofrece José Carlos Gómez en su blog "Puentes de Alcoy", sobre la dificultad de los trabajos de ejecución así como de calidades de la piedra y su origen: [...] El proceso de ejecución fue lento debido a la
dificultad del emplazamiento y a la altura, unido a la aparición de dos grandes
problemas durante su factura: la piedra caliza de las canteras del Montgó y San
Julián no servía porque no superaron los ensayos de resistencia necesaria, y
las lluvias torrenciales que acontecieron en varias ocasiones (1873, 1875,
1877, 1883 y 1884) y que se llevaban por delante accesos, acopios, obras
iniciadas y medios auxiliares. Se tardó al final 14 años. La piedra se suministró desde la provincia de
Valencia. Fueron necesarios sillares de 1'80, 1'40 y 0,60 metros de altura. Se
tuvieron que adecuar carros especiales de hasta catorce caballerías para
transportar los sillares a la obra además de ensanchar los caminos existentes
de utilidad pública para permitir el paso de estos vehículos. Se habilitó un
camino exclusivo desde la base del Collado de Calpe hasta los cimientos del
puente por el estrecho barranco del Mascarat. En esta zona también se
acondicionaron zonas para el acopio de la sillería, materiales diversos, taller
de labra...[...]
El tablero original tiene cierto ensanchamiento en cabeceras y se cubre
con un firme de macadam aunque en la actualidad está superpuesto con capas de betunes
o alquitranes en caliente, generalizados en el macro-proyecto de renovación de
calzadas en los años 20 del siglo XX por el Plan CNFE. Jáudenes tuvo que
embocar este puente con un largo túnel de 200 metros horadando la Peña de la
Torreta para continuar su carretera hacia el norte. También acentuó una patente curvatura en el muro-pila del estribo izquierdo (desde aguas arriba) para
marcar la entrada al túnel norte. En el año 1.965 se construyó un nuevo puente
para esta calzada por lo que nuestro puente dejó de estar en uso y hacia los años 80 se cegó la
boca de entrada al túnel. No obstante, sigue siendo una bellísima obra civil, en
buen estado de conservación aunque no se facilite el acceso al mismo desde la
zona de su cabecera derecha. De su categoría e impronta nos da cuenta Navarro
Vera al asociar la imponente belleza del paisaje con la huella humana
constructiva que inspiró a Gabriel Miró para escribir algunos párrafos del
-según el propio Vera- el libro más bello que se ha escrito sobre carreteras.
Copio textualmente el siguiente párrafo: "Llegaban
al collado de Calpe, que se desgarra verticalmente por el barranco del Mascarat.
Se desploman la luz y el silencio que pasan por el filo de los montes. Aunque
se interne allí la carretera, la más vieja de la provincia, por un puente fino,
alto como un ventanal, entre dos túneles, y aunque ahora cuelgue como un avión
aplastado el viaducto del ferrocarril lugareño, el silencio y la luz tienen una
calidad de civilización antiguas, sumergidas en la inocencia del mar, que
aparece entre los cortes de losas, en el sosiego de una cala".
(Gabriel Miró Ferrer, 1879-1930, fragmento del último libro publicado en 1.928
titulado "Años y Leguas", donde describe la zona de la Sierra de
Aitana y dedica algún capítulo a caminos y carreteras del litoral alicantino.)
El estado de la obra civil parece bueno aunque se echa en falta un
mantenimiento del mismo, tanto en tablero, donde proliferan matojos y abundan
rocas y piedras que van cayendo de las propias paredes del cañón, así como en
el cauce donde se asienta la obra, con abundantes desperdicios, plásticos y
otros objetos que parece que han sido arrojados desde la propia cubierta.
Aunque los lienzos de piedra en paramentos parecen limpios, en intradós y
probablemente debido a la falta de mantenimiento al no ser estructura en uso,
se observan muchas filtraciones que producen chorretones y manchas ennegrecidas
que terminarán dañando el dovelaje. Respecto a sus posibles rehabilitaciones o parcheos, ignoro actuaciones y fechas, no obstante, pudiera ser factible un rechapado de mampostería en cabecera izquierda cerca de la imposta por algún desprendimiento a lo largo de su historia; también parece evidente la recomposición a base de mampostería de un par de pretiles de esa misma cabecera según se salía del túnel, claramente destruidos por impacto de vehículos a la salida del mismo por su acentuada curva.
Para saber más. Consultar
la "Guía de puentes de la Comunitat Valenciana", obra colectiva
editada por la Generalitat Valenciana, coordinada por Inmaculada Aguilar Civera
y Miguel Aguiló Alonso y que para los textos de puentes carreteros de Alicante
se encarga el ingeniero Antonio Sarabia, páginas 70 a 73 y ficha número 1. Para
el mejor conocimiento de estos ingenieros decimonónicos conviene leer algunos
pasajes del libro de José Ramón Navarro Vera titulado "El puente moderno
en España 1.850/1.950", tomo I, página 127 y ss. Respecto al contratista de la obra puede ser
interesante el blog lamarinadahir. El blog más fiable y que ofrece una
información más detallada y técnica de esta obra es el del especialista ITOP
José Carlos Gómez bajo el título puentesalcoy. El blog masalladelaciudad es muy
interesante y tiene un video sobre el cañón y puentes del lugar. También es de
gran interés el blog historiadecalp que gestiona Andrés Ortolá Tomás, con una entrada muy pormenorizada para
nuestro puente y otras varias para los túneles, calzada y caminos provisionales
de obra. También recoge este blog la información que los medios de comunicación
de la época difundían sobre esta singular obra civil y destaca, por ejemplo,
crónicas de el periódico El Graduador con fecha 15.10.1876, El Constitucional
con fecha 01.10.1876, la revista Ilustración Hispano Americana en edición de
fecha 30.01.1892 o el diario El Liberal, en crónica de fecha 14.06.1887,
siempre aludiendo a las obras o apertura del puente carretero, la riada de
1.877 o su posible ruina en el año 1.886 no documentada. Otro blog que trata
las vicisitudes del contratista Thous es alicante.blog. La web
aventurasgeológicas nos ilustra en detalle sobre la geomorfología de este
angosto enclave.
Cómo llegar. Nuestro puente
se encuentra -como ya indicamos en el título- junto al PK 165 de la carretera
nacional N-332, visible antes de entrar en el túnel anejo, aunque no hay
ninguna zona donde podamos aparcar para visitarlo y eso que muy recientemente,
se ha reformado este tramo de la calzada y hasta se ha rehabilitado el viejo
mojón del Plan Peña pero sigue existiendo una bionda que impide el paso al
puente. Como digo, por esta calzada sólo es visible fugazmente al entrar al
túnel, independientemente del sentido de la marcha que llevemos. Para verlo con
más calma y atención aunque a cierta distancia, nos deberemos desviar por un
camino que indica "Pueblo de Mascarat" unos cientos de metros antes
de llegar al puente (en sentido creciente) y seguir por el Carrer Freu hasta llegar
al puente nuevo sobre el río Salat o Mascarat donde de nuevo es visible
parcialmente. Tampoco es lugar donde pudiéramos aparcar. Si continuamos -tras
pasar este puente- por el Carrer Llevant camino del castillo, en una dura ruta
en zig zag con grandes pendientes, podemos llegar a algunas balconadas desde
las que se contempla plenamente el cañón, los puentes, la carretera con sus
túneles y hasta el Mar Mediterráneo en panorámicas verdaderamente bellas o
espectaculares.
Dejando nuestro vehículo donde buenamente podamos, lo cierto es que al
llegar al puente nuevo, podemos coger una vereda que transcurre río arriba,
difícil, donde hay que superar tramos de grandes rocas en un corto periplo por
el cauce de esta barranca, normalmente seca, hasta llegar a los arranques de
nuestro puente y del puente nuevo carretero. Cañón, como decía Gabriel Miró, de
quietud y silencio, apenas roto por los graznidos de algún córvido o el runrún
de los motores bien por el paso de vehículos o del Trenet, cruzando estos
puentes. También es un buen nicho botánico para contemplar o fotografiar
algunas plantas mediterráneas que medran entre rocas y grietas de los
taludes. He puesto un par de ejemplos de ellas al final de la serie fotográfica.
Se sigue cierto orden cronológico en la exposición fotográfica.
Fotografía de los años 20 del siglo XX cuando se pone en marcha el programa de adaptar los firmes a los nuevos tiempos con el protagonismo de los vehículos a motor según el CNFE (Circuito Nacional de Firmes Especiales). Se observa en las cunetas los acopios del recebo y otros áridos para el nuevo firme que se completará con las primeras capas de alquitranes en caliente.
Fotografía de los años 20 del siglo XX cuando se pone en marcha el programa de adaptar los firmes a los nuevos tiempos con el protagonismo de los vehículos a motor según el CNFE (Circuito Nacional de Firmes Especiales). Se observa en las cunetas los acopios del recebo y otros áridos para el nuevo firme que se completará con las primeras capas de alquitranes en caliente.
Obra civil poco documentada a nivel gráfico, considero que esta foto pudiera ser una de las pocas en que nuestro puente se muestra en uso carretero. Se exhibe sin fecha en el interesante blog de Historia de Calp. Pudiera ser de los años 20 del siglo XX, posterior a la foto anterior, con el nuevo firme.
Postal del fotógrafo Lucien Roisin Besnard (1884-1943) realizada probablemente en los años 30 del siglo XX cuando estuvo activo en la zona levantina.
Fotografía sin más datos tomada a la entrada del puente, probablemente en los años 40 del siglo XX que se exhibe en las subastas de Todocolección.net
Postal del fotógrafo aragonés Daniel Arbonés Villacampa (1928-1998) que comercializaba con la firma DARVI, activo en esta zona levantina en los años 50 del siglo XX.
Imagen del puente en 1958. Fotograma del reportaje dirigido por Alberto Carlet Plat titulado La Costa Blanca que se exhibió en el NODO. Archivo Filmoteca Nacional de RTVE.
En esta imagen, tomada del blog historiadecap se observa que los vehículos ya llevan la trayectoria del túnel nuevo y la boca del túnel viejo aún permanece abierta. Sitúo la instantánea hacia finales de los años 70 del siglo XX.
Imagen que tomo del blog historiadecalp. Intuyo que es de fecha semejante a la anterior, realizada con el ajuste necesario para que no se vea el arranque de los arcos del puente nuevo. Imagino que también se tomó a finales de los años 70 del siglo XX.
Otra fotografía del blog historiadecalp con detalle del tablero del puente aunque en este caso la boca del túnel ya está cegada. Probablemente la toma es de finales del siglo XX.
Panorámicas cenitales de las obras pontoneras del Barranc del Mascarat en Google View, probablemente del año 2.016.
Tanta de fotografías de fecha 21.11.2018
Mojón del Plan Peña rehabilitado en julio de 2018. Toma de fecha 21.11.2018.
Tomas de fecha 21.11.2018
FLORA QUE CRECE EN EL CAÑÓN BAJO EL PUENTE
Coronilla de hoja fina o Ginestera (Coronilla juncea L. Leguminosae)
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