Es la obra más emblemática del viejo
ferrocarril de Alar-Santander que construía la compañía Ferrocarriles de Isabel
II y fue el primer viaducto de grandes dimensiones construido en España ya que
mide 123 metros si bien es cierto que, unos años antes, en la línea
Barcelona-Mataró se levantó en 1847 un puente de fábrica de 26 vanos aunque de
menor longitud (104 metros) y cota más baja que el de Celada.
Este viaducto dispone de 10 vanos con
geometría de medio punto muy peraltados hasta la base de las pilas. Sus luces
son muy regulares midiendo 9,70 metros cada una de ellas. La altura máxima
sobre el lecho del arroyo es de 25 metros. Tuvo serios problemas en su
construcción y se tuvieron que reconstruir las pilas 5,6 y 7 por falta de
estabilidad.
Toda la fábrica es de sillería de gran
volumen con predominio de areniscas y esquistos y los estribos se apoyan en
roca madre de calizas grises blanquecinas de tiempos del cretácico inferior. La
disposición de las piezas, la horizontalidad de las hiladas, la trabazón y su
colocación prácticamente a hueso así como la concreción de las bóvedas hace que
la labor de los canteros, alarifes y peones de esta obra haya sido de gran
profesionalidad.
La obra civil fue solemnemente terminada
con fecha 10.11.1856 estando presente el inspector del distrito ferroviario
Antonio Arriete y el ingeniero jefe de la línea Martín Ucearte que colocaron
las dovelas clave para cerrar la estructura, evento que también realizaron en
el cercano puente sobre el río Izarilla. Es tal la altura del viaducto y
su vuelo sobre este valle que debido a los fuertes vientos que allí imperan
habitualmente, las livianas vagonetas sin carga de los primeros convoyes tenían
que amarrarse por medio de clavijas corredizas a los rieles para no volcar
cuando se producían estas ventiscas. Muchos toldos de los vagones abiertos mal
construidos solían arrancarse y volaban hasta el fondo del barranco o bien, más
adelante, en los vagones cerrados del tipo "J Americano" el viento
era capaz de arrancar alguna puerta mal cerrada que el propio vendaval hacía
chocar sobre la propia chapa del vagón destrozándolo o bien, volaba hacia
arriba y rompía la catenaria. Era una auténtica aventura el viaje ferroviario
por aquellos andurriales.
Cubre la vaguada del Arroyo de Marlantes
poco antes de que éste vierta sus aguas en el río Izarilla en Matamorosa, cerca
de Reinosa, donde se hermana al río Ebro. Se encuentra en la carretera
local CA-733 dirección Celada. Se accede desde la N-611 (Carretera de
Palencia-Santander) a la altura del PK 130,500. También es visible y accesible
desde la autovía A-67.
Para más información, visitar en este
blog el Puente FFCC de Alar del Rey, el Puente del Conjuradero o el Pontón de Quintanilla de las Torres, todos
de la misma línea férrea y donde existen más detalles, especialmente en el de
Alar del Rey se profundiza en el tema y existen enlaces a la mayoría de los
pasos, puentes y pontones de esta histórica línea del ferrocarril.
Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica.
Toma desde el camión, circulando por la autovía A-67. Fecha 23.01.2010
Tomas desde la carretera local CA-733 de fecha 17.03.2010
Toma desde la N-611 de fecha 26.08.2010
Tomas desde la autovía A-67 de fecha 25.12.2015
Llantén mediano, Alpiste borde (Plantago media L. Plantaginaceae).
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