PORTILLA DE LA REINA. León
N-621 PK 112,300
Siguiendo mi periplo por esta preciosa carretera nacional
N-621 y tras dejar atrás el curioso puente de Villafrea de la Reina, continúo
aguas arriba del río Esla que en esta zona es también conocido como río Yuso
para acercarme a contemplar y fotografiar otra obra civil singular que da
servicio a la calzada nacional, ubicado a las afueras de la población y muy
cerca de la vieja ermita del Santo Cristo a la que debe su nombre la estructura
pontonera.
A mediados del siglo XIX y por lo que informan los viajeros,
geógrafos o militares decimonónicos, este sector carreteril, abandonado o
alejado de capitales o núcleos poblacionales importantes, era sencillamente un
camino de herradura que solían utilizar caballerías y reatas de mulas, rara vez
algún tipo de carro o carreta liviana. El Itinerario Descriptivo Militar editado
en 1866 así lo hace constar en las comunicaciones entre Potes y Boñar, un
amplio sector de este antiguo camino que ahora es carretera nacional N-621.
También añade que la mayoría de los cruces sobre el río Yuso o Alto Esla
-todavía con aguas magras- se hacía por pasaderas de troncos de árbol aunque
también existían muchos vados naturales por donde se aventuraban a cruzar
carros y carretas en periodos de estiaje.
Por todo lo anterior, cabe pensar que nuestro puente, así
como este sector del camino entre León y Santander, se debió de construir en el
último tercio del siglo XIX siguiendo las pautas y técnicas carreteriles que
prevalecían en Europa y que en nuestro país pusieron en práctica ingenieros
innovadores como Eduardo Saavedra Fajardo, Pablo Alzola Minondo, Lucio del
Valle Arana o para el territorio en que ahora me muevo más a menudo, esto es,
la N-332 o carretera de Silla, el técnico Agustín Elcoro Berecibar y los
estudios, proyectos, enseñanzas y docencia sobre calzadas de época del también
ingeniero Manuel Pardo Sánchez-Salvador, además de otros personajes históricos
en el mundo incipiente de la caminería moderna decimonónica que luchaba por
sustituir aquellos caminos de herradura o uña de caballo por calzadas sensu
stricto, semejantes a las de los países europeos más avanzados. La
dificultad de esta carretera matriculada ahora como N-621 para hacerla viable y
transitable la mayor parte del año, independientemente de los meses invernales
de heladas y copiosas nieves, fue enorme ya que además de la lucha climática,
su orografía era tortuosa e inestable; se intenta, como casi siempre, hacer el
camino pegado a los ríos y arroyadas que configuran el relieve ya sea en
vaguadas, cañones o llanuras amplias de terrazas fluviales pero siempre
horadando montañas, quebradas, hoces, desfiladeros y precipicios anejos a estos
cauces para lo que, además de puentes y pontones, se requería construir muros
de contención, túneles y otras obras anejas carreteriles. El viajero conductor
que recorre con atención esta calzada y ha transitado por los cañones del Deva,
el Quiviesa o en esta zona, por el Yuso-Esla, es consciente de la dificultad
que entrañó convertir una senda o trocha milenaria en una calzada que se ha
podido adaptar bastante bien a la circulación contemporánea de vehículos a
motor. Aunque esta vía no fue tipificada como camino real, la importante
comunicación entre el Cantábrico y la Meseta o lo que es lo mismo, la conexión
entre Santander y León, forzó a que esta carretera se considerara de segundo
orden, más delante de primer orden, y desde finales de los años 40 del siglo
XX, carretera nacional.
La tipología de nuestro puente, como desarrollo de la
ingeniería pontonera decimonónica, deviene en pequeñas modificaciones que se
van adoptando en época finisecular, generalizándose los vanos abiertos o
escarzanos con mayores luces, disminución del grosor de pilas, tableros
plenamente horizontales con abocinamientos en cabeceras y abaratamientos de
costes al incorporar en los placajes la mampostería, independientemente de que
se sigue utilizando la sillería de buena factura en muros y bóvedas, como es
este caso.
Características actuales de la obra. Nuestro bello puente
tiene una longitud aproximada de 33 metros y un ancho regular de 5,87 metros
aunque en cabeceras llega hasta 6,77 metros. Su tablero es horizontal y
perpendicular al cauce del río Yuso pero con una acentuada curva en su salida
por cabecera derecha. Dispone de 2 vanos con geometría abierta, quizás al
cuarto de círculo, con luces semejantes de 7 metros cada uno. La pila
intermedia, del tipo tabique, tiene una anchura de 1,42 metros.
La característica principal de este tipo de obra civil
decimonónica es la utilización de la piedra en toda su envoltura; en este caso,
piedra caliza grisácea bien trabajada en sillares homogéneos, escuadrados, bien
dispuestos en hiladas horizontales, con mínimo llagado y cara vista bastante
lisa. Esta calidad canteríl es extensible a la pila central y a sus defensas
como tajamar-espolón, bien canteado en semicírculo con piezas imbricadas y
coronado todo ello con sombreretes semicilíndricos de bella factura. También la
basa de la pila y los arranques de estribos se conforman con sillería de buena
talla y firmeza como se aprecia en las fotografías. La sillería de los lomos de
la pila central así como los paños interiores de estribos y tímpanos, aunque
bien dispuesta, se trata en su cara vista con menos esmero, resultando sillería
picada o abujardada. Espléndido el trabajo de las bóvedas aunque el dovelaje de
las roscas solo se aprecia en las boquillas, excepcionales en talla, forma,
cuña y colocación. No obstante, en su intradós y debido a las lechadas de
mortero de cemento de factura más reciente, es prácticamente imposible observar
las roscas interiores, su disposición a soga o tizón así como su trabazón entre
piezas. No se observan fracturas o separación en las roscas. El placaje hacia
muros de acompañamiento-estribos es similar a lo comentado para sus interiores;
de mayor perímetros y tipo baluarte, esto es, más anchos en sus arranques, se
conforman con este tipo de sillería de menor labra aunque muy adornados al
utilizar aristones de excelente factura en los esquinazos.
Sobre bóvedas se dispone la imposta de piedra con buena talla
y disposición que soportará los pesados pretiles de época, bastantes
consistentes y poco restaurados, compuestos en su medianía por un par de
hiladas de sillería que se coronan con otra serie de cara superior convexa que
hace las veces de albardilla; en extremos, témpanos de piedra que soportan los
empujes laterales de estos pretiles. En los ensanches de cabeceras los pretiles
se componen de gruesa mampostería irregular bien aglutinada con variados
morteros.
En cubierta el extradós se compone de rellenos de piedra y
áridos, un probable firme de macadam y nuevas capas de aglomerado asfáltico con
un firme último de calidad y bien conservado; dada la angostura de la
estructura, apenas queda un mínimo espacio como arcenes pero se permite una
circulación cruzada sin limitaciones por anchura de ejes.
La estructura actual permanece firme y es útil ya que sirve a
los tráficos de la carretera nacional, no obstante, carece de los mínimos
mantenimientos en orden a limpieza y conservación de sus fachadas pétreas ya
que abundan las colonias de líquenes, musgos, manchas y eflorescencias por
reacciones químicas. Se deberían eliminar las lechadas de mortero que cubren
las bóvedas, revisar el estado del dovelaje y recomponer o sanear las piezas
que lo requieran; también en la pila y su tajamar-espolón. Por alguna razón que
aparentemente se ignora, esta obra civil fue sujeta a una fijación en gran
parte de sus lienzos y bóvedas por medio de grapado con cordón de acero,
sensiblemente oxidado en la actualidad y que está manchando muchas de las
piezas. Imagino que esta actuación tuvo lugar cuando esta carretera se renombró
como nacional y que sufriría cargas añadidas por el tráfico de vehículos
pesados. No es frecuente ver puentes con machihembrados o grapados como éste.
Me viene a la memoria el caso del Puente de San Marcos en León o el de
Matamorosa en Cantabria, ambos en este blog. Por último y también significativo es la
peregrina idea de hacer de los muros y pila de este puente una especie de
rocódromo pues como se aprecia en las fotografías, se han pegado una serie de
piedras y enganches en sus paredes para practicar este deporte sin tener en
cuenta los posibles daños que se pueden producir en una estructura que debería
de considerarse obra civil o pública relevante o de interés cultural a
conservar y exhibir en su estado original a la sociedad en su conjunto.
Aguas arriba del río Yuso, a 415 metros de éste y en el
núcleo de la población de Portilla de la Reina también hay otro puente de
cierto interés conocido como 'Puente Grande' aunque más moderno. Se puede observar en Google Map.
Para saber más. No he encontrado ningún estudio sobre esta obra civil. Lo
más aproximado es el “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936”, obra ya
citada en otras estructuras de la provincia y que en lo relativo a este asunto,
se limita a citar la población en su página 430. El IDM (Itinerario Descriptivo
Militar) editado en 1866 y en su ruta 170 de Santander-León sólo nos informa
que por estos lares se cruza repetidamente el río Yuso o Bayones por diferentes
pasaderas hechas con troncos de árbol luego nuestro puente de piedra, por esas
fechas, no existía. Tampoco Pascual Madoz Ibáñez en su “Diccionario
Geográfico-Estadístico” editado en Madrid en el año 1846, tomo XIII, página
163, voz ‘Portilla’ hace referencia a
ningún puente, incluso en la nomenclatura de ríos y arroyos del lugar, se citan
los de Portilla, Llánaves y otros, obviando que por allí pasa el río
Yuso/Bayones y el arroyo Naranco. El mapa del IGN (Instituto Geográfico
Nacional) en el más antiguo, levantado en el año 1987, hoja 81 de ‘Portilla de
la Reina’ se anota claramente el nombre de estos cauces como se conocen en la
actualidad, Yuso y Naranco.
Tanda de fotos de fecha 24.02.2022 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, intradós, tablero y accesos carretera.
Sección del mapa del IGN (Instituto Geográfico Nacional), hoja 81 de 'Portilla de la Reina', levantado en 1987, donde se marca en círculo verde la ubicación de nuestro puente.
Itinerarios de un viejo camino milenario de peregrinos compostelanos que tras visitar el monasterio de Santo Toribio de Liébana se adentraban por la Montaña Oriental Leonesa para bajar por Portilla de la Reina y Riaño en busca del Camino de Santiago francés en el punto de Mansilla de las Mulas. Esta ruta se conoce también como 'Ruta Vadiniense'.
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