TÉRMINO DE VILLASIMPLIZ. León
N-630 PK 103,400
Escudriñar por la pontonería ferroviaria a lo
largo del cauce alto del río Bernesga tiene a veces sus recompensas al
descubrir una auténtica joya en forma de puente que probablemente tenga hasta
un origen renacentista aunque su impronta actual sea clasicista. Vengo
catalogando los puentes de la mítica línea del ferrocarril de León a Gijón y
aquí voy subiendo las diferentes estructuras, no obstante, también aparecen
puentes carreteros que pertenecían al antiguo camino real de Asturias. Ya he
mostrado aquí algunos de ellos que, en sentido naciente del cauce del Bernesga,
podrían ser el de Puente de Alba, Puente del Tornero en su derivación hacia
Buiza y Beberino pero con destino en Villasimpliz por un viejo camino quizás de
origen romano o altomedieval; también el Puente de Vega de Gordón, el de La Vid de Gordón y ahora, éste que presento, todos ellos en estructuras vetustas que
no siempre guardan la misma tipología pues hay que tener en cuenta que esta
calzada de León a Gijón aunque se rediseña en el siglo XVIII (estudios de
Jovellanos al respecto) ya existía como paso principal hacia Oviedo desde
tiempos de los Reyes Católicos. Estos caminos, incluso durante el Barroco, no
dejaban de ser horribles, más aptos para reatas y jinetes que para carros,
especialmente en épocas de nieves o incluso de deshielos cuando se enfangaban y
hacían imposible su tránsito hasta para caminantes, acemileros o movimiento de
ganados además de los propios desbordamientos del Bernesga incluyendo la ruina
o daño en los puentes de esta ruta pero, como decía, entre las 10 o 12 rutas
que atravesaban el Sistema Cantábrico desde León hacia las localidades
marineras asturianas, este camino real fue el más importante pese al problema o
dificultad del puerto de Pajares o el propio estado del camino en cuanto a su
deficiente mantenimiento.
Ya se ha mencionado en otras entradas que la vieja
carretera o camino real de Asturias, como prototipo de calzada a semejanza de
algunas europeas se va desarrollando desde el siglo XVIII y existen fuentes que
incluso citan el Concejo de La Pola de Gordón donde entre los años 1721 y 1759
se les obliga a arreglar al menos 13 kilómetros de esta calzada en su término.
Hacia el año 1770 inspecciona sus obras y avances el arquitecto Jacinto Avella
y a finales del siglo XVIII aparecen los estudios de viabilidad de esta calzada
por Pajares que hizo Gaspar Melchor de Jovellanos, político ilustrado en
tiempos de Carlos IV que en el año 1792 como Subdelegado de Caminos en Asturias
intentó acelerar las obras de este camino real desde la capital hasta Oviedo y
Gijón. Las obras se paralizaron en el año 1800 y no se dieron por terminadas
hasta 1830 aunque el clima, los deshielos, crecidas violentas y desprendimientos
en esta orografía plagada de peñascos y hoces junto al camino, ocasionaron
nuevos reparos entre los años 1831 y 1843.
Por todo lo anterior y teniendo en cuenta la larga
historia de esta vía de comunicación con Asturias se debe tener cuidado o
atención con las obras pontoneras viejunas que podemos encontrar en el camino o
en alguna de sus derivaciones, ahora fuera de la vía principal, muy modificada
modernamente como carretera nacional N-630. Incluso algunos puentes ya
presentados en este blog que están ubicados en los núcleos poblaciones del
camino, como pueden ser los de La Robla-Llanos de Alba, La Pola, Santa Lucía,
Ciñera, La Vid, Villasimpliz, Villamanin o Villanueva de la Tercia varían mucho
en cuanto a la fundación original de la estructura, pues los hay con aparejo
genuinamente medieval y otros más modificados o rehabilitados entre los siglos
XVI y XIX que presentan sillería de piedra regular, tablero horizontal con
variada anchura, tajamares ahusados o en cuña, espolones de sección
cuadrangular, variadas manguardias ya sean de sillería o mampostería, vanos en
forma de arco de medio punto o abiertos y otras características que nos indican
modificaciones a lo largo de esos siglos hasta llegar a nuestros días. Tampoco
debemos de perder de vista la serie de puentes con pilas de fábrica que han
modificado sus tableros desde el maderamen pasando por celosías de hierro a las
losas de hormigón pero que denotan en su construcción, estribos y manguardias
cierta antigüedad que podría extenderse retrotrayéndonos en el tiempo hasta el
siglo XVIII ubicados en estos pueblos y que ahora con sus firmes de aglomerado
asfáltico y petos metálicos parece que son puentes de origen contemporáneo pero,
como decía, ya pertenecían al viejo camino real desde hacía siglos.
En el caso de nuestro puente podemos intuir que el
camino antiguo se ha desplazado de la actual nacional N-630. Este sector en
sentido decreciente de la actual calzada, partiría de La Vid de Gordón y
serpenteaba por la Hoz de San Lorenzo o La Gotera para abocar junto a los
actuales túneles del FC y de la N-630 siguiendo su trayectoria -como se observa
en algunas fotos que muestro- a la izquierda de vías y calzada en sentido norte
precisamente hasta nuestro puente. Tras salvar el cauce del Bernesga por este
puente giraba hacia la derecha e incluso se tuvo que levantar un pontón
ferroviario para seguir dando paso al camino y tras este pontón continuaría por
lo que ahora ya es calzada de la N-630 que se ha montado sobre la vía histórica
y llegaría al pueblo de Villasimpliz.
Al carecer de fuentes documentales sobre su
primitivo levantamiento resulta difícil adjudicarle una época concreta pero
cabría la posibilidad de que ya existiera a finales del siglo XVI pues tiene
detalle propios de la pontonería renacentista aunque con variadas
intervenciones posteriores que acaban convirtiendo la obra civil en clasicista.
Según recoge el “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936” podría haberse
construido en los años 30 del siglo XIX opinión que se apoya en estudiosos o
viajeros de época como pueden ser Pascual Madoz o Emilio Valverde que de un
modo bastante indefinido aluden a este puente de piedra pero sin mayores datos
entre los que solía figuran para otras estructuras la definición de obra nueva,
puente recientemente construido o referencia similar.
Características actuales de la obra. Nuestro puente tiene una longitud aproximada de
23 metros y una anchura regular de 7 metros aunque en cabeceras se abocinan las
entradas. Dispone de tres vanos con geometría de medio punto y luces de
5,30+7+5,60 metros y una flecha hasta lámina de aguas cercana a los 5 metros.
Dos pilas intermedias con un ancho de 1,50 metros que se protegen en cantos con
tajamares y espolones de sección ahusada con sombreretes que alcanzan la altura
de arranque de bóvedas. El estribo izquierdo (visión desde aguas arriba) es
imponente y se refuerza con aletas de piedra, oblicua la de aguas abajo; el
estribo contrario se funde con la roca madre del talud del cauce.
En cuando al aparejo cabe diferenciar por zonas.
Las basas, ya sea en estribos o pilas intermedias disponen de varias hiladas de
sillería de larga soga y perfecta escuadría y disposición. A media altura se
observa una línea de salmeres con algo de relieve donde podrían apoyar las
cimbras aunque también dispone de algunos mechinales -otros tapados- donde
encajarían estas armaduras. Exteriormente, ya sea en zonas de tímpanos o muros
se observa una sillería más variada, con evidentes reconstrucciones que pueden
obedecer a desprendimientos del placaje en ambas caras del puente por los pesos
o deriva de los rellenos en extradós. La geometría de los arcos es perfecta y
la construcción e imbricación de las diferentes roscas es un trabajo minucioso
aunque en boquillas se observa que las dovelas se han repuesto en alguna
rehabilitación y muchas de ellas no casan bien con la sillería de tímpanos. Algo
parecido ocurre con la unión de tajamares y espolones con las pilas anejas
donde en las zonas bajas hay trabazón de piezas pero sin continuidad hacia
arriba por lo que también pudiera ser que estos refuerzos pertenezcan a una de
sus últimas rehabilitaciones a principios del siglo XIX. Así mismo, en la aleta
oblicua de aguas abajo se aprecia bien la diferencia de aparejo entre lo que
corresponde a estribo y manguardia, ésta última más tosca a base de mampostería
y que también nos reafirma en la existencia de una obra civil sensu stricto
más antigua.
En cuanto al tablero, difícil de observar por los
cúmulos de arenas y vegetación en la cubierta, parece que disponía -y aún
quedan restos- de unos buenos pretiles a base de ortostatos de piedra caliza
con altura de 90 centímetros y ancho de 50 centímetros que apoyan en una gruesa
imposta en relieve de unos 27 centímetros de grosor. Parte de estas piezas
llevan tallada el machihembrado para su mejor fijación y disponían de una
albardilla también de piedra. En la actualidad hay piezas rotas, muchos huecos
y otros se han cubierto con pretiles de hormigón.
Su estado de mantenimiento es lamentable. Ha
perdido piezas en tímpanos, tajamares, espolones y gran parte de pretiles. Las
bóvedas tienen exceso de líquenes, eflorescencias y manchas de humedades.
Exteriormente, los muros están cubiertos de hierbas y arbustos que actúan en el
llagado eliminando el mortero de fijación. También las raíces del variado
arbolado que crecen en el puente incide en su precariedad, especialmente en la
bóveda menor que, por cierto, se encuentra semi-colmatada. Ya hace más de 30
años que el propio catálogo citado de puentes de León apuntaba o aconsejaba la
conveniencia de que se rehabilitara en lo posible este digno puente así
como se señalizara la obra y el viejo
camino real pero a día de hoy sigue olvidado por lo que el deterioro de este
histórico puente que ya es acerbo monumental se va acentuando aún más.
Mayor información y fuentes sobre el camino real y
algunos de sus puentes se puede encontrar en la entrada del blog para el Puente de Puente de Alba, el Puente de Vega de Gordón o en el Puente del Tornero. En
todo caso y como ya se ha citado aquí se puede consultar el libro titulado
“Catálogo de puentes de León anteriores a 1936”, páginas 304/305 para el puente
y 279/287 para estos caminos históricos. Ambiciosa y detallada obra auspiciada
por José Antonio Fernández Ordoñez a través de su cátedra de Estética de la
Ingeniería en la ETSICCP de la UPM donde coordinaron esta trabajo Tomás Abad
Balboa y Pilar Chías Navarro con la inestimable colaboración de un nutrido
grupo de estudiantes de la Escuela, destacando en los referente a las obras
civiles de León durante los años 1984 y 1988 Carmen Andrés, Rafael Castejón,
Pablo Otaola, Julio Suances, Consolación Pérez Alda y Ana San Salvador del
Valle Zarrabeitia, libro editado por el CICCP y CEDEX en 1988. Existen pequeñas
referencias a este camino en la página 28 del trabajo titulado “Historia de las
obras públicas en Castilla y León. Ingeniería, Territorio y Patrimonio”, obra
de Pilar Chías Navarro y Tomás Abad Balboa, editado por el CICCP en el año
2008. La información que ofrece el famoso “Diccionario Geográfico-Estadístico”
de Pascual Madoz Ibáñez editado en el año 1846 figura en la voz “Bernesga”,
tomo IV, página 278, donde ciertamente no se hace referencia a este puente ya
que el párrafo alusivo a este punto nos dice: […] En el pueblo de
Villasimpliz le atraviesan dos puentes, uno de un ojo llamado el Tuero
construido cuando la carretera general de Asturias y otro de dos levantado
también en la misma época, como igualmente el que se encuentra en Gordón […].
Yo desde luego, no deduzco que Madoz se esté refiriendo a este puente. Tampoco
en la voz “Villasimpliz” en el tomo XVI, página 289 de esta enciclopedia se
cita ningún puente. La referencia de Emilio Valverde Álvarez en su tratado
titulado “Guía del Antiguo Reino de León”, editado en 1886 nos cuenta en su
página 574 lo siguiente: […] Tras el desfiladero de San Lorenzo …/… cruzase
el Bernesga otra vez por un puente y se llega a los 277 kilómetros a
Villasimpliz, lugar con 71 viviendas también agrupadas a La Pola […]. En
este caso parece que Valverde sí se está refiriendo a nuestro puente aunque sin
más detalles.
Fotografía y excepcional dibujo del puente en alzado y planta con medidas probablemente realizados en el año 1986 que se exhiben en el libro titulado "Catálogo de puentes de León anteriores a 1936".
Centaura mayor (Centaurea cephalariifolia Willk. Compositae).
No hay comentarios:
Publicar un comentario