Término de SANTA LUCÍA DE GORDÓN. León
N-630 PK 108,300
Entre los pocos vestigios originales del viejo camino real hacia Gijón nos podemos topar con este modesto pontón que se debió de levantar a finales del siglo XVIII cuando se aprobó el nuevo trayecto por Pajares. Este proyecto carreteril se culmina hacia el año 1830 en que queda concluida la nueva calzada. Al contrario de lo que ocurrió con el bello puente clasicista de Vega de Gordón que salva el río Bernesga ahora en ruina, nuestro pontón sigue dando servicio a la carretera nacional. Es obra semejante a la de los puentecillos ubicados en La Pola de Gordón.
Su vetustez se muestra al contemplar el interior de la bóveda donde predominan los paramentos de sillería de piedra caliza y el dovelaje original en una actuación solvente y de excelente cantería. El ensanche de la calzada en los años 60 del siglo XX -producido por ambas caras del puente- ha tapado las boquillas originales de piedra y predomina el hormigón, incluso en las aletas del lado de aguas arriba. La obra -como paso superior- prestaba servicio a un viejo camino carretero hacia Santa Lucía, algunas aldeas cercanas como Rabanal de Fenar y los pozos y minas a cielo abierto de carbón. También se accedía a Santa Lucía por la ribera izquierda del río tras pasar el puente citado. Otro vestigio de aquel camino puede que sea el actual puente sobre el Bernesga ya en la terraza fluvial de este cauce, donde también se encuentra el puente ferroviario y en lo que llaman área recreativa de Faya. Respecto al antiguo camino de Asturias, este pontón salvaba el arroyo y vaguada de La Foy y seguía en dirección norte hacia Santa Lucía en una cuesta pronunciada pues por aquella época no existía el actual túnel. Tras pasar este pueblo (Calle de San Roque) se asociaba de nuevo el viejo camino a la actual carretera nacional.
Como obra carreteril pudiera tener un firme a base de
losas de piedra, ahora tapado por una capa de aglomerado y cemento. También son
singulares los muros de contención muy elevados y largos placados con
mampostería irregular variada pero bien compacta con los morteros adecuados. En
lado aguas abajo mantiene los pretiles, también de mampostería con una
albardilla de hormigón, ahora poco visibles por los recrecidos de aglomerado
asfáltico y las biondas. En su interior se ha apañado una especie de canal que
recoge las escorrentías de lluvias y las posibles aguas del arroyo Foy del
Riego, soterrado desde este punto y bajo las vías del ferrocarril. También dispone en su interior de varios
mechinales donde se empotraban los salientes de la cimbra con la que se levantó
la obra o quizás, son producto de una posible restauración moderna en la que
pudo desmontarse parte de la bóveda para fijarla de nuevo e incorporar algunas
tongadas de hormigón en extradós para adaptar el pontón a las nuevas cargas que
sufriría con el paso de camiones de gran tonelaje.
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