FRÍAS. Burgos
BU-504 PK 2,500 N-232 PK 487
Si bien es cierto que mi visita a este pueblo era la de
contemplar su bello puente medieval con su airosa torre de defensa la realidad
es que, al tiempo que lo fotografiaba, no dejaba de mirar esta obra civil
aneja, quizás excesivamente pegada al monumento histórico pontonero.
Se trata de una estructura moderna que poco o nada tiene que
ver con su homólogo adjunto aguas abajo pero que no cabe duda de que cuando se
decidió levantarlo, se pensó en que no desentonara bien en su impronta así como
en la armonía de sus ojos curvados que al menos, recuerdan la pontonería
tradicional.
Ignoro cuando se construyó pero parece plausible que se
hiciera a finales del siglo XIX o principios del siglo XX. Se utiliza el
hormigón, probablemente en masa pero también se placa la obra con piedra, en
concreto piedra caliza de tonos blancos en forma de mampuestos de variado
cubicaje, colocación y cara vista rugosa aunque en algunas zonas, especialmente
en tímpanos también se añaden sillares de buena talla y disposición.
Tiene una longitud aproximada de 170 metros incluyendo sus
estribos. Dispone de 6 vanos escarzanos, cinco de ellos con luces regulares de
aproximadamente 12 metros y uno separado junto a la cabecera izquierda de 8
metros de luz. Dos largos estribos chapados en mampostería irregular y sobre
cauce 4 pilas del tipo tabique que cubren el ancho original del tablero y una
pila-estribo muy larga hasta la confluencia con el vano menor. Estas pilas son
de hormigón sobre una fuerte basa de hormigón hidráulico y fustes de cantos
curvos a modo de tajamares-espolones adornados con un tejadillo semicónico de
cemento. También como aspecto decorativo y sobresaliente están los zócalos de
las basas y la imposta de cada pila. Las bóvedas son de hormigón y se remarca
bien el tono grisáceo de los cementos en las propias boquillas. Los tímpanos,
como ya he comentado, se cubren con gruesos mampuestos de caliza en la zona
alta y sillería de buen traza en la parte baja donde además se han dispuestos
estrechos imbornales. En zonas de estribos, los muros se ensanchan a modo de
pilastras con otras piezas de mampostería recibidas en esquinas con cemento
simulando una especie de aristones que contrastan con otros lienzos de la obra
civil. La profundidad de bóvedas es equivalente a la vieja anchura de este
tablero, probablemente de unos 6 metros y así permaneció hasta las años 80 del
siglo XX en que se decide ampliar la plataforma. Sobre la imposta original se
dispone un nuevo tablero de unos 9 metros de ancho a base de losas de hormigón
armado prefabricadas que dan vuelo en ambos lados del puente. Actualmente
dispone en cubierta de una calzada amplia de doble sentido, bordillos y anchas
aceras para los transeúntes. Parecen antiguas las barandillas de hierro forjado
muy historiadas que aportan cierta belleza a esta obra civil. Se debieron de
incorporar al tablero en la reforma del ensanche cuando inicia su producción de
estas estructura la empresa La Nave en Miranda de Ebro, allá por el año 1984.
Otros tramos de barandilla son más modernos, fabricados por la misma empresa
pero ya ubicados en la localidad alavesa de Berantevilla. La información que
facilita esta metalúrgica al respecto es: Barandilla de fundición
dúctil modelo EBRO. Montada en tramos de 3,73m. entre centros de columnas
soporte. Pasamanos de fundición. Las columnas soporte de barandillas se fijan
al suelo mediante 4 spits M12x120mm. Los tramos montados de baranda apoyan y
encajan sobre los cartabones interiores y se fijan con tornillos de M12x40mm.
El estado de esta obra civil
es bueno y probablemente se le ha debido hacer algún lavado de cara
recientemente aunque destacan chorretes o manchurrones negros de las aguas del
tablero que se filtran por las juntas de dilatación hacia fuera y ennegrecen la
mampostería en algún punto concreto.
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