jueves, 7 de septiembre de 2017

PUENTE DE MORALES DEL ARCEDIANO. León

PUENTE DE HIERRO DE MORALES DEL ARCEDIANO-LE  SOBRE EL RÍO TURIENZO.
LE-133 PK 5



Se encuentra ubicado en una vieja ruta maragata que unía Astorga a Puebla de Sanabria y que cobra protagonismo cuando se decide construir una calzada de tercer orden según proyecto aprobado en el Parlamento por ley de fecha 28.06.1895 en tiempos de la regencia de María Cristina y siendo ministro del ramo Alberto Bosch. Con posterioridad, se le asigna matrícula de vía comarcal 622 y actualmente -en este tramo- es la provincial LE-133.

En este punto se salvaba el río Turienzo por un pontón de madera cuando llevaba caudal y en periodos de estiaje, como en la mayoría de los casos, por vados más o menos empedrados o reforzados al efecto. Nuestro puente se debió de construir a principios del siglo XX y consta que fue abierto al tráfico con fecha 23.01.1904. (Memorias de obras públicas del Ministerio de Fomento, DGOP periodo 1904-1905 pág, 408-409 y período 1908-1909 pág. 222-223).

Características de la obra: Se trata de un puente viga metálica de acero laminado en una sola sección que cubre un vano de 24 metros de luz y que apoya en sendos estribos de fábrica de granito. La estructura metálica tiene forma de U sin cerrar el techo para disponer de un gálibo libre. Estas obras se forman a base de laminados de diferentes grosores y anchos con los que se construyen auténticas vigas unidas -en este caso íntegramente- a base de roblonado de varios perímetros que se remachan en caliente y fijan las piezas que unen. La viga se forma sobre largueros o cordones cuya separación es de 2,80 metros (altura de viga) y se refuerza con otras viguetas en diagonal o cruzadas para unir ambos cordones que en este caso y a juzgar por los bastidores es del tipo Pratt (diagonales que convergen hacia dentro), añadiendo un refuerzo cruzado (Cruces de San Andrés) en los dos bastidores centrales de cada lado. La unión de ambas vigas se produce por la zona inferior -bajo la calzada- y consta de otros tres cordones de viga en perfil de doble T aunque de menor calibre que los externos y un juego de viguetas a modo de traviesas que arriostran la estructura por su cara inferior. Este entramado se consolida a base de pletinas que se cruzan en cada cuadrícula y cuya fijación se hace en el centro y en los extremos a base de roblonado. En este caso, los huecos de la horizontalidad se cubren con chapa de hierro (bóvedas en rincón de claustro) a modo de primera solera con sus respectivos agujeros para desaguar las posibles filtraciones. Para reforzar estas fijaciones de bulones o roblones se sobreponen en los laminados diferentes chapas, cartabones o platabandas de acero que robustecen el grosor de los elementos ensamblados y en esta estructura están hechos con gran cuidado. No he observado la presencia de tornillería o soldadura en la fijación de elementos.

La separación entre cordones es de 5,80 metros que da la medida del ancho de calzada; queda un mínimo espacio para la hinca de unas barandillas de hierro que me recuerdan a muchas de las que se pusieron en la pontonería hispana, llamadas de catálogo o normativa de principios del siglo XX y que aún se ven en muchos puentes. El firme es probable que lleve una capa de hormigón en masa y como rodadura una capa de hormigón asfáltico en buen estado.La flecha desde canto inferior a lámina de aguas es reducida, aproximadamente de 1,20 metros, debido quizás, a las colmataciones de arenas y lodos que tienden a depositarse en este punto donde el cauce se curva y ello me ha impedido observar con más detenimiento los bajos del puente. 

La viga se apoya en extremos sobre unos cojinetes de seis semi-cilindros movibles que ayudan a soportar las dilataciones y contracciones. No me había encontrado hasta ahora con ese tipo de rodillos móviles o "aparatos de apoyo móviles para tramos metálicos" como los llama Domingo Mendizábal en un artículo sobre sus rodillos de dos ojivas que experimentó con acierto en los años 20 del siglo XX. Lo cierto es que, por la posición o planos de simetría en que se encuentran estos (cada uno mirando para un lado o descentrados) no parece que estén cumpliendo su función; se encuentran prácticamente bloqueados. A su vez, estos rodillos apoyan en dos estribos de soberbia factura. En su cara interna con un escalón sobre el que encaja el vigamen y exteriormente a base de impecable sillería de granito perfectamente colocada a hueso y de grandes dimensiones. Como la viga va medio encajada (tablero llamado intermedio), la unión con cabeceras se intenta realzar con un juego de imposta biselado en su esquina superior que incrementa su aspecto decorativo; también los extremos de la viga se cantean con pilastras o témpanos de fábrica que aún permanecen en pie, lo que no es normal, después de tantos años de choques o golpes con los carros y vehículos que cruzan la estructura. En la cabecera derecha se alarga la obra por aterramiento y continúan los lienzos de muro de buena fabrica durante unos 20 metros hasta coincidir con la rasante del firme.

A mi juicio se trata de una obra espléndida, ejecutada con arte, técnica y buenos materiales y que todavía está en uso pues aunque se ha construido -como casi siempre- un nuevo puente prácticamente pegado a éste, sigue en vigor pese a la desidia de la administración competente y también del propio ayuntamiento que debería solicitar de inmediato la rehabilitación de esta obra. Si nuestra revolución industrial llegó tarde y mal, lo  cual se aprecia en los pocos testigos que nos quedan de pontonería metálica, no es precisamente esta provincia la que dispone de un catálogo amplio de puentes de hierro, aunque sigue teniendo algunos muy interesante que intentaré subir al blog en breve.

Por lo que he podido observar en mi visita, no se han producido ni rehabilitaciones, reformas o simples lavados de cara con un repintado en mucho tiempo, diría que nunca. Ya el famoso catálogo de puentes de León que dirigió José Antonio Fernández Ordoñez en los años 80 del pasado siglo alertaba sobre la necesidad de un tratamiento contra la corrosión y la limpieza de matojos. En el día de hoy, observo que se ha acentuado el mal de los óxidos, pues hay algunas chapas tan corroídas que tienen agujeros por varios sitios. Respecto a la flora que crece por doquier y que impide prácticamente una visión desde los bajos pues hay que decir que se elimine. Cuesta creer que tratándose de una estructura reducida y , en teoría, fácil de acceder a ella resulte ser un imposible por la fronda de todo tipo que allí crece.

Evidentemente, si no hay interés en rehabilitar esta obra con más de un siglo de vida, tampoco parece que lo hay en promocionarlo; no hay carteles de señalización de tráfico y mucho menos, algún panel que nos informe sobre la histórica carretera y sobre nuestro puente.

Como decía, aunque sigue siendo útil pues permite el cruce de paseantes y vehículos, se ha construido otro puente unos pocos metros aguas abajo que impide y menoscaba la visión de nuestra obra. Esto podía ser más o menos habitual hace 50 años pero la obra nueva se ha realizado alrededor de hace 10 o 15 años, tiempos en los que cualquier profesional (incluyendo los de por administración funcionarial) debería de haber puesto objeciones a su ubicación, desplazándolo 20 0 30 metros más abajo, por lo menos, aunque produjera una suave curva en el trazado.

Para saber más: Básicamente, el compendio ya citado titulado "Puentes de León anteriores a 1.936" de JAFO, Abad y Chías, editado por el CICCP y el CEDEX en 1988. Poco más que añadir tras buscar por la red, salvo un interesante blog leonés titulado leonolvidado. Recientemente y para dar visibilidad a esta obra civil escribí un artículo donde lo trataba en unión de otras obras metálicas y que se puede leer en La Nueva Crónica edición de fecha 09.09.2019.

Cómo llegar: Situándonos en León, a través de la vía rápida AP-71 o la nacional N-120 hasta la ciudad de Astorga. Allí y por el SW nace la vieja carretera de Sanabria, ahora LE-133, que cogeremos hasta su kilómetro 5 donde está ubicado nuestro puente sobre el río Turienzo.





























Tanda de fotos de fecha 29.06.2017


Foto realizada en los años 80 del siglo XX antes de la construcción del puente nuevo. Tomada del libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1936".




Detallado dibujo del puente que figura en el libro "Catálogo de puentes de León..."

ALGUNAS FOTOS DE INTERÉS ENCONTRADAS EN INTERNET:




Dos fotos de la nevada de febrero de 2.013 obra de Raquel González y J.I. Martínez Blas, de la Asociación local de El Cascayal.






Cuatro fotos tomadas del blog leonolvidado sin fecha.


PUENTE NUEVO SOBRE EL RÍO TURIENZO







Tanda de fotos de fecha 29.06.2017




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