miércoles, 25 de noviembre de 2015

PUENTE DE VILLAELES DE VALDAVIA-Palencia

PUENTE DE VILLAELES DE VALDAVIA-P SOBRE EL RÍO HOMÓNIMO. 

CARRETERA P-230 PK 22


Este bello y elegante puente se eleva sobre el cauce del río Valdavia y cubre la amplia terraza que ha formado el propio río en la paramera de la comarca palentina denominada Vega-Valdavia.

Es una construcción típica propia de los puentes de principios del siglo XX que tenía normalizados el Ministerio de Fomento por aquellos años para estructuras de hormigón y chapados en piedra de la zona. Quizás, esta tipología sea la más frecuente en nuestras carreteras de primer y segundo orden para obra civil de la primera década del siglo XX. Me ha llamado la atención su calidad y buena factura para un puente situado en una calzada que debemos considerar de tercer orden. Lo cierto es que el río Valdavia, nada regulado por presas, en momentos de grandes lluvias y deshielos rápidos en montaña (Sierra del Brezo, en la Montaña Palentina) puede llevar grandes caudales que producen riadas devastadoras. El viejo puente de madera -se supone que lo tendría- sufriría continuas ruinas y se decidió hacer una obra más permanente. Son los momentos propicios, con la llegada de Alfonso XIII (1886/1941 reinó entre los años 1902 y 1931) y los famosos directorios de los generales Primo de Rivera y Berenguer, fechas en la que se construyen o renuevan miles de kilómetros de nuestras abandonadas carreteras. Un puente de características semejantes en su sector nuevo y cercano al de Villaeles es el de Osorno sobre el río Valdavia y que da servicio a la carretera nacional N-611 

Características de la obra actual: Se trata de una estructura perpendicular al cauce con una longitud de 135 metros incluidos estribos y una anchura aproximada de 5 metros. Dispone de 5 vanos con arcos rebajados y luces variadas desde 11 a 9 metros. Basas gruesas de hormigón hidráulico reforzadas con piedra caliza de sillería regular y gastada sobre las que apoyan cuatro pilas de 1,30 metros de canto que cubren toda la bóveda y llegan hasta los arranques de arcos; en extremos se redondean ya sea en lado tajamar así como en el contrario y se adornan en cénit con un airoso sombrerete semi-cónico se una sola pieza.  Intradós excelentemente conservado en todas las bóvedas, con pocas manchas de calcificaciones o humedades, en un buen trabajo de cantería de piedra arenisca con dovelas regulares y perfectamente ensambladas. Las boquillas muy bien trabajadas y regulares marcan la curvatura de los arcos hasta su apoyo en salmeres trapezoidales de excelente traza. La parte de paramentos es muy reducida pero la fábrica es perfecta con hiladas horizontales, de cubicaje regular y cuidado y esmerado trabajo en rejuntes o remates. El llagado de mortero parece actual pero no excesivo. Dispone de una moldura longitudinal (línea de impostas) en ambos cantos que amplía su geometría y da relieve y belleza a la obra. Estribos largos  de hormigón en masa muy bien forrados de sillar de piedra arenisca. En tablero todavía mantiene los viejos pretiles, muy anchos, en buen estado pero que dan cierta angostura a la obra civil. En cabeceras hay mayor holgura y permite la espera de los vehículos para ceder el paso a los de dirección contraria. Junto a pretiles todavía se conservan algunos guardarruedas cónicos. Firme con varios recrecidos de hormigón asfáltico en aceptable estado para los escasos aforos que soporta la vía.

Aunque la obra civil se encuentra en buen estado se observan fisuras entre sillares, algunos quebrados y otros demasiado sueltos, incluido un sombrerete de tajamar. Dado que es una estructura centenaria debería significarse con algún cartel informativo sobre el proyecto e historia. No tiene limitaciones de circulación por masa o anchura, salvo la citada por preferencia de paso.

Lo más significativo -desde mi punto de vista- es su amplia panorámica. Prácticamente exenta de los típicos bosquetes de chopos que impiden la contemplación y fotografía de la obra civil. El arbolado, generalmente pegado al puente, es una pesadilla constante para el cazador de puentes y de ello no se libran ni las obras más históricas y famosas de nuestro país pero, curiosamente, la miopía, desidia o falta de conocimiento e interés de los responsables de su mantenimiento , siguen insistiendo en el pertinaz error de mantener bosquetes y matorral denso junto al puente, cuanto más alto e intrincado, mejor.

Atendiendo a las precisiones que me hace Pisoraca en sus comentarios rectifico la errata en cuanto al río y añado parte de su texto: [...] Don Francisco Herrero, centenario vecino de Villaeles y excelente ser humano, contaba que él llegó a ver cómo construían el puente y que al parecer las piedras las traían desde la zona de Aguilar de Campoo en carros con bueyes a los que dejaban andando solos por las noche y llegaban a la mañana a Villaeles, porque ya se sabían el camino sin necesidad de arriero. También decir que justo en los sillares de la barandilla central hay marcas de desgaste debidas a que en esa zona afilaban los cuchillos, hoces, tijeras y demás utensilios los vecinos de la zona [...]. Bueno,pues hasta observo que al Señor Herrero se le dedicó una calle del pueblo poco antes de su fallecimiento a la edad de 104 años como cuenta El Norte de Castilla en una crónica de Inés Quijano publicada con fecha 01.05.2008. También incorporo una foto de detalle con el ortostato de caliza que hace de pretil donde cuenta que se afilaban cuchillos y herramientas. 

Cómo llegar: Se encuentra en la influencia de la autovía A-67 (Palencia-Santander) y deberemos tomar la salida 71 para seguir por la carretera provincial P-232 dirección N/NW hasta Sotobañado y Priorato donde podremos coger nuestra carretera P-230 y al llegar a su PK 22, después de cruzar el pueblo de Villaeles, encontraremos el puente. Núcleos cercanos por los que se accede a la P-230 son Herrera de Pisuerga y Saldaña.








Tanda de fotos de fecha 30.03.2013



Fotos del tablero de fecha 13.08.2014

















Tanda de fotos de fecha 26.12.2016


Imagino que Pisoraca se refiere a este pretil como piedra de afilar todo tipo de utensilios de hierro por parte de los lugareños. Y puede que tenga razón, pese a encontrarse a cierta distancia del pueblo. Lo normal y muy frecuente en los pretiles de los puentes es encontrar algún punto con cierto desgaste debido al rozamiento de sogas o cadenas por medio de las cuales se tiraban cubos al cauce para llenarlos de agua y servir como abrevadero funcional a caballerías o animales de tiro de los carros y carretas que cruzaban el puente pero, ciertamente, ese desgaste en el pretil se produciría en el borde externo no en el del interior del pretil. En fin, un caso curioso.




5 comentarios:

  1. Muy bien documentado. Sólo decir dos cosas. La primera, cuando se dice "Lo cierto es que el río Ucieza, nada regulado por presas, en momentos de grandes lluvias y deshielos rápidos en montaña (Sierra del Brezo) puede llevar grandes caudales que producen riadas devastadoras", se refiere al río Valdavia,se trata de una errata. Y la segunda, que don Francisco Herrero, centenario vecino de Villaeles y excelente ser humano, contaba que él llegó a ver cómo construían el puente y que al parecer las piedras las traían desde la zona de Aguilar de Campóo en carros con bueyes a los que dejaban andando solos por las noche y llegaban a la mañana a Villaeles, porque ya se sabían el camino sin necesidad de arriero.

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  2. También decir que justo en los sillares de la barandilla central hay marcas de desgaste debidas a que en esa zona afilaban los cuchillos, hoces, tijeras y demás utensilios los vecinos de la zona.

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  3. Arreglado el asunto, Pisoraca.
    Agradezco sus comentarios.
    Un cordial saludo.

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  4. Buenas, muchas gracias por esta gran entrada del blog, soy de Villaeles y nieto de Francisco Herrero.
    El lugar en que se afilaban los utensilios, era la zona mas ancha y cercana al pueblo, había varias piedras con un rebaje considerable.han debido de cambiar esas piedras de lugar o poner otras.
    En la construcción del puente a primeros de 1900, contaba mi abuelo que traían las piedras de canteras de Alar del Rey, los vecinos que tenían bueyes cargaban dos piedras y tardaban menos tiempo que los que iban con vacas que solo traían una y saliendo sobre las 6 de la mañana, regresaban de noche, durmiendo en el carro, ya que las vacas sabían el camino. Un saludo

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  5. Hola, Luis. Gracias por tu comentario.
    Si te fijas en los comentarios anteriores podrás comprobar que ya me advirtió Pisoraca sobre la historia del afilado de utensilios.
    Yo personalmente coincido con Pisoraca sobre la ubicación de las canteras. No me consta que en Alar haya canteras. Sin embargo, en Aguilar de Campoo he visto varias de piedra arenisca.
    Si hacemos un pequeño cálculo y observando la distancia Alar-Villaeles de 30 kilómetros parece razonable que un carro tardara 6 horas más o menos. Jornada que en ida y vuelta pudiera realizarse en menos de un día. Sin embargo, la distancia de Aguilar-Villaeles es de 50 kilómetros y a velocidades constantes de carga en vuelta y libre en ida podría acumular más de 20 horas de trayecto por lo que en ese caso les ocuparía a los arrieros el día completo durmiendo en marcha, como bien dices.
    Un abrazo.

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