ASTORGA. León
N-120a PK 349,380
Se trata de uno de los pocos puentes que posee la
ciudad de Astorga en su término aunque ciertamente éste goza de fama o
reconocimiento. Siempre ha causado extrañeza entre los historiadores la
peculiaridad de que en la gran urbe romana de Asturica Augusta no
existieran obra civiles pontoneras que hayan podido subsistir hasta nuestros
días o de las que no se tengan referencias documentales por medio de fuentes
antiguas. Quizás, esto se debe a que en su perímetro amurallado no existieran
ríos que fuera necesario vadear o cruzar por obras firmes de fábrica y nunca es
descartable que los posibles pasos sobre el río Jerga u otras arroyadas o
incluso para el cercano río Tuerto se efectuaran por puentes de madera como
eran la mayoría de los que se construían en aquellos tiempos y que, obviamente,
no han llegado hasta nosotros. Otra cuestión son las cloacas y conducciones de
aguas interiores de las que si se están recuperando secciones y vestigios en
las distintas prospecciones arqueológicas al efecto.
Respecto a este pequeño puente y dando por hecho
su antigüedad, deberíamos de pensar que se trata más bien de una obra medieval o
incluso renacentista y no bien construida a juzgar por sus numerosas
rehabilitaciones. Lo que ocurre es que se levanta con elementos rústicos y
baratos que nos pueden hacer pensar en su gran longevidad. Por otra parte,
conviene focalizar tanto el cauce de este arroyo como la construcción del
puentecillo en la propia evolución de los sistemas de irrigación y
abastecimiento de aguas potables para la ciudad de Astorga. El arroyo de La
Moldera surge de la vieja Presa del Rey donde se contiene el caudal del río
Tuerto en la zona cepedana. Dentro del entramado capilar de acequias, canales,
regueras o molderas de esta zona nuestro arroyo se nutre de ellas en dirección
sur y su objetivo principal era producir fuerza hidráulica para mover la gran
cantidad de molinos que se asentaban junto a su cauce. La mayoría han
desaparecido aunque todavía se pueden observar las ruinas de muchos de ellos.
En épocas de estío no solían funcionar porque este arroyo apenas llevaba agua o
estaba literalmente seco, cuestión que también deberemos de contemplar en
relación con la fundación de nuestro puente, ubicado eso sí, en un viejo camino
carretero que además se asocia al camino compostelano pero que, evidentemente,
en este punto, se podría salvar por diferentes vados naturales. Los cauces más
regulares con el control de la citada presa y la necesidad de mover estos
molinos pudo propiciar el levantamiento de este puente que, según propongo como
hipótesis, se pudo construir en el Bajo Medievo o incluso en siglos
posteriores. Existe un mapa de situación del siglo XVIII de la merindad de La
Cepeda con la localización de 7 molinos entre Sopeña de Carneros y Brimeda así
como la ubicación de la Presa del Rey y quizás el río Argañoso, origen y
refuerzo de caudales para nuestro Arroyo de la Moldera que probablemente por
corrupción de su nombre, provenga de Molinería, en función precisamente del
gran número de molinos a los que surtía este arroyo. No debería de extrañarnos
que este mítico puente jacobeo se corresponda con obra de aquellas fechas. Este
arroyo fluye muy paralelo a la carretera LE-451 en dirección a Astorga y a la
altura del puebluco de Nistal, revierte de nuevo su caudal al río Tuerto.
Parece interesante lo que nos aporta Pascual Madoz
en su famoso Diccionario Enciclopédico-Estadístico-Geográfico de 1845 referente
a la voz Tuerto en su página 280 y Sopeña en su página 273 correspondiente a la
edición reducida de 1983 de Ámbito: [...] En el pueblo de Sopeña está
la presa llamada del Rey, en donde se toma el agua necesaria para la acequia
que con el nombre de Moldería Real surte de riego a la ciudad de Astorga,
Carneros y Celada y da movimiento a 25 ruedas de molino aunque sus aguas
escasean en verano quedando a trechos seco .../... para el servicio de los
pueblos que baña tiene puentes de madera en la mayor parte de ellos, los cuales
suelen rehabilitarse todos los años por ser de tijera e imperfecta
construcción. Los más notables son el de Sueros, que facilita el paso del
camino de herradura de León al Vierzo, el de Sopeña, que facilita el paso de
Astorga a los pueblos de Asturias y en el que se advierten los pilares
arruinados de un puente de piedra de sólida construcción .../... o el de
Nistal, que es de madera con pilares de piedra y a corta distancia de otro del
que sólo quedan los arranques de los pilares, éste, da paso a los pueblos de La
Vega y barcas de Villasala y Valdesandinas que cruzan el río Órbigo [...].
Las pocas referencias a puentes que se observan en
viejos legajos o documentos notariales relativos a Astorga son confusos porque
hacen referencia a lotes ya que se solían reparar así, por conjuntos, pues las
avenidas violentas que de vez en cuando se producían en estos ríos y arroyos
solían arruinar todas estas estructuras, generalmente de madera. Hacia el año
1673 consta que la ciudad disponía de arbitrios o impuestos suficientes para el
reparo de murallas, caminos y puentes sin necesidad de acudir a peticiones al
Consejo Real. Se llegan a enumerar hasta 26 puentes de su administración. La
potente avenida que se debió de producir hacia el año 1724 obliga a las
autoridades municipales a pedir ayuda al Consejo Real solicitando exenciones a
contribuciones de puentes extraños ya que bastante tenía con atender a los
propios. Se citan sin definir mucho puentes sobre el río Tuerto, como el de
Sopeña, otros del camino de Asturias, los de Murias sobre el río Jerga,
Fuenteencalada, Santa Clara, Los Carniceros, Bruja, San Justo, varios pontones y por
último, el que nos interesa, uno que era muy utilizado por
los peregrinos que probablemente es el que nos atañe y que se encontraba
colapsado. Se cita la reconstrucción en pizarra para algunos de ellos, como parece también este caso. Estas peticiones de
exenciones fiscales que solicitaba la ciudad de Astorga para acometer las obras
de sus puentes a sus expensas fueron estudiadas por el Fiscal territorial el
cual envió como peritos a los maestros canteros Pedro Nistal y Juan Cordero
para evaluar la situación y los costes de estos reparos. Parece que debió de
recibir un informe favorable ya que en el año 1729 el Consejo Real accedía a lo
solicitado por la ciudad. Respecto a la filiación de estos dos canteros no
parece que provengan de los colectivos trasmeranos más habituados a
construcciones robustas de buena sillería para arcos, pilas o estribos en todas
sus obras pontoneras. Hay un buen número de maestros canteros y alarifes
cántabros que actuaron en Astorga pero siempre en el ámbito de edificación,
especialmente en la catedral, ayuntamiento, arzobispado y otras iglesias de la
ciudad. La autoría de este puente rústico y de traza deficiente así como las
posibles rehabilitaciones obedece más a profesionales locales de la albañilería
como sería el caso del propio Nistal que parece seguro que provendría del
cercano pueblo homónimo o Juan Cordero que pudiera ser originario precisamente
de Corderos o de Sopeña de Corderos. En cuanto en el plano del proyecto de 1737 aparecen ilegibles varias rúbricas, un posible autor podría ser Francisco de la Sota, quizás relacionado con
una familia de canteros trasmeranos muy activos durante el siglo XVII pero de
los que se desconocen actuaciones en Astorga. De haberse levantado el puente
del proyecto tendríamos una serie de vanos con buen dovelaje en talla y forma;
más discutible serían los paños de tímpanos y muretes que en el plano parece que
son de mampostería, no muy lejana a lo que podemos ver en la obra actual. La
flecha de estos vanos es sensiblemente mayor que la que presente la obra actual
pero habrá que pensar en que los lodos y arenas han podido enterrar parte de la
obra. También se asemejan los estribos aunque en el dibujo parecen más
acentuados con más pendiente y por último, no se entiende muy bien la pila-muro
de enormes dimensiones que se refleja en este viejo plano y que nada tiene que
ver con la obra que conocemos.
También es cierto que lo que debió de ser el
aspecto general del puente -aunque despojado de tablero- en las fotos que
conocemos no guarda mucha sintonía con la agresiva rehabilitación que debió de
sufrir a principios del siglo XXI cuyo resultado es el que ahora podemos
comprobar.
Características actuales de la obra. En cuanto a estructura de vanos sigue siendo una
obra muy equilibrada con un arco central algo mayor escoltado por otros dos
semejantes aunque de menores luces. Tiene una longitud total de 27,50 metros incluyendo
estribos, dimensión mayor de lo proyectado según plano citado y que obedece a
los aterramientos en cabeceras para disminuir la acentuada rampa de acceso al
puente, correcciones que se habrán hecho en los últimos tiempos. La anchura
regular del tablero es de 3,50 metros y carece de pretiles. Dispone de tres
vanos de aspecto escarzano con luces de 4,50+6+5,10 metros pero no descarto que
originariamente fueran de medio punto, actualmente semienterrados en lodos.
Dispone de dos pilas intermedias con una anchura de 1,50+1,70 metros. Estas se
refuerzan con bajos tajamares y espolones de sección en cuña. La flecha actual
de los vanos desde claves hasta lámina de aguas es muy baja, en algunos casos,
de 85 centímetros.
Lo más discutible de la obra en cuanto a la traza
original y la que ahora vemos es su fábrica. Debido al posible deterioro del
puente se ha consolidado prácticamente en su totalidad con placados a base de
sillarejo sin escuadría y mampuestos de piedra esquistosa, margas y pizarra
todo ello aglutinados con fuertes morteros que quitan su impronta de obra
viejuna. Respecto a las bóvedas, de buena técnica y eficientes aunque toscas,
destaca el dovelaje a base de lajas de pizarra con una soga de casi medio metro
que debidamente dispuesta y fijada con mortero otorga la suficiente resistencia
a los arcos y que se observa bien en las boquillas aunque también han sufrido
retoques. En cuanto al tablero, desafortunadamente, se ha instalado un firme a
base de losas variadas y cementos que también desentona con lo que pudo ser el
tablero original. Dicen algunos autores que lo estudiaron hacia el año 1986 que
carecía de firma y se circulaba sobre el extradós de bóvedas anotando que el
puente debería de llevar así muchos años pues se veían las roderas que marcaban
los carros sobre el firme que no dejaba
de ser el dovelaje o extradós de la obra. En esta última actuación también se
han marcado los pretiles con el inicio de algunas hiladas de sillarejo,
semejando cierta ruina.
Si observamos el intradós de bóvedas podemos ver
que las piezas o lajas del dovelaje se encuentran semiocultas por una masa poco
uniforme de morteros terrosos semejantes a barros o adobes que quizás, poco
tiene que ver con el aspecto de las bóvedas originales. Los tajamares/espolones
también se han restaurado excesivamente y se coronan con tejadillos de losas o
incluso diría que los de aguas arriba son de cemento. Las cabeceras, con
acentuada inclinación se abren a unos arranques del viejo camino de tierra que
comunican con los caminos actuales, de grava en su cabecera izquierda y
asfaltado el de su derecha.
Esta restauración demasiado eficiente me recuerda
a la que se produjo en el famoso Puente de Valimbre sobre el río Turienzo, obra
que hasta guarda cierta semejanza con ésta, ya fuere en lo que debió de ser su
impronta original o la que adquirió tras la reconstrucción a inicios del
clasicismo.
Por demás, anotar que la obra sigue viva hasta
para el tránsito de vehículos sin que existan señales de tráfico que limiten la
MMA permitida para su cruce. Tampoco se observan en las cercanías señales que
adviertan al conductor sobre este viejo puente y no hay paneles indicativos a
pie de obra que nos ilustren sobre su historia y vicisitudes. Dado que es paso
ancestral del Camino de Santiago y que ya es obra civil a destacar como
patrimonio monumental, debería de actuarse en la zona, muy deprimida,
abandonada y hasta con basuras y residuos. Ya los inspectores que lo visitaron
en 1986 para el catalogo de puentes leoneses comentaban “las tapias de
edificaciones vecinas se encuentran amenazadoramente cerca” y así siguen. Es
inadmisible que elementos que invaden la propiedad pública -márgenes del cauce-
como son esas tapias cutres sigan ahí. Cualquier visitante que pretenda
detenerse a observar el puente se encontrará con la práctica imposibilidad de
acceder por su cara aguas arriba, cerrada por el tapial, alambradas, vegetación
excesiva y mugre, mucha mugre.
Para saber más. Esta obra se trata en el libro titulado "Catálogo
de puentes de León anteriores a 1936", obra auspiciada por José Antonio
Fernández Ordoñez a través de su cátedra de Estética de la Ingeniería en la
ETSICCP de la UPM donde coordinaron esta trabajo Tomás Abad Balboa y Pilar
Chías Navarro con la inestimable colaboración de un nutrido grupo de
estudiantes de la Escuela, destacando en los referente a las obras civiles de
León durante los años 1984 y 1988 Carmen Andrés, Rafael Castejón, Pablo Otaola,
Julio Suances, Consolación Pérez Alda y Ana San Salvador del Valle Zarrabeitia,
libro editado por el CICCP y CEDEX en 1988. Ver páginas 248 a 250. En el citado
catálogo se recogen referencias a otras fuentes y archivos. Los puentes de
Astorga y el citado de San Justo lo trata someramente el trabajo titulado “Puentes
de León”, obra de Inocencio Cadiñanos Bardeci publicada en la revista “Tierras
de León” número 113 del año 2001 con ciertas referencias a documentos del AHN,
legajos 24117 y 28468. El libro titulado “Caminos históricos de León” obra
coordinada por Gregoria Cavero Domínguez en la que figura el artículo de Julio
M. Vidal Encinas titulado “Problemas de identificación y conservación desde la
Arqueología”, páginas 207 y ss. obra editada por la Fundación Hullera
Vasco-Leonesa en el año 2006. También lo trata brevemente el libro titulado “Historia
del puente en España: Puentes Romanos”, obra de Carlos Fernández Casado editada
por el CSIC, Madrid 2008, ver página 521 basándose en estudios de Antonio
Blázquez Delgado-Aguilera. La Wikipedia tiene un detallado artículo sobre
Astorga. Existe un interesante trabajo sobre estos canales del entorno de Astorga
en el blog de donillasdecepeda. Aunque la búsqueda de fotos de este puentecillo
en internet suele llevarnos al conocido Puente de Valimbre, existe un blog
titulado Juanholgado que pone una interesante foto de nuestro puente antes de
su restauración. Turismodeobservación tiene una buena instantánea de esta obra
civil. Una obra pontonera interesante y vetusta que también podemos contemplar
en esta ciudad es el llamado Pontón del Postigo junto a la muralla.
Cómo llegar. Ya se ha comentado que la entrada por el sur a Astorga
se realizaba por el viejo Camino Real que ahora se identifica con la carretera
nacional N-VI por la que deberemos de seguir hasta las calles de la Corredera
Alta y San Marcos buscando el Arroyo de la Moldera y nuestro puente. También la
vieja nacional N-120a (Camino de Santiago) nos lleva hasta Astorga y cruza este
arroyo cerca de la moderna pasarela ferroviaria donde tomaremos un camino que
nos lleva al puente. También existen vías rápidas que llegan a Astorga como son
la A-6 y la AP-71 por las que podemos seguir hasta esta ciudad y su puente.
Fotografía del puente en fecha 25.03.1994 antes de su restauración que exhibe el blog de Juan Holgado. Obsérvense las roderas de carro o vehículos que cruzaban el puente por el vado natural junto al puente.
Tanda de fotos de fecha 12.07.2017
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