PASARELAS
SOBRE EL RÍO MANZANARES
EL
MATADERO Y EL INVERNADERO
MADRID RÍO PK 6,150 y 6,400
MADRID RÍO PK 6,150 y 6,400
MADRID
Dentro
del proyecto de acondicionamiento y creación de espacios públicos en las
márgenes del río Manzanares en Madrid promovido por el Ayuntamiento de Madrid
se proyectaron varios puentes y pasarelas peatonales dentro de las que se
incluyen las dos Pasarelas Cáscara del Matadero y del Invernadero objeto
del presente artículo. La solución estructural planteada para las pasarelas
consiste en un arco-bóveda de hormigón armado con un tablero inferior mixto
sustentado mediante péndolas metálicas. La bóveda, dada la singularidad de su
forma, se hormigonó in situ mediante
hormigón autocompactante, siendo tanto el encofrado como el ferrallado un
trabajo totalmente artesanal de complicada ejecución.
Los puentes de Matadero y del
Invernadero son parte del proyecto de acondicionamiento y creación de espacios
públicos en las márgenes del río Manzanares en Madrid. Éste, a su vez, forma
parte de un proceso que se inicia con el proyecto de soterramiento del arco
oeste de la M-30 que el Ayuntamiento de Madrid pone en marcha a principio del año
2003. Este tercer anillo de la ciudad de Madrid, que se empezó a construir a
finales de los años 60, se había transformado, con el desarrollo de la ciudad, en
una verdadera herida que rompía y dividía la ciudad. Ha sido una obra de
ingeniería extraordinaria y de gran calado urbanístico. En el año 2005 el
Ayuntamiento de Madrid convoca un Concurso Internacional de Ideas que tiene como
fin obtener propuestas para la ordenación y urbanización del gran vacío urbano
que surge como consecuencia del soterramiento de la M-30. Se trata de crear un
gran parque de 6 Km. de largo y 1.200.000 m2 de superficie, flanqueando los
márgenes del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid. La propuesta
ganadora de dicho concurso fue la del equipo Mrío Arquitectos formado por los
estudios de Burgos y Garrido, Porras y La Casta, Rubio y Álvarez-Sala así como con
la colaboración del estudio de paisajismo holandés West8.
El principio fundamental que sustenta
la concepción del proyecto es el de establecer una puerta entre Madrid y los
valiosos territorios exteriores que la circundan. Actualmente el sistema de
infraestructuras y anillos que encierran la ciudad, hacen imposible la conexión
continua entre el paisaje urbano y el medio natural. Con el desarrollo de la
propuesta el río Manzanares se convierte en el punto de conexión entre ambos
entornos mediante la construcción de un corredor arbolado en su ribera y la
implantación de diversos puentes y pasarelas que enlazan transversalmente los
barrios y superan las principales infraestructuras de tráfico que hasta hoy
taponan el contacto entre el tejido construido y las áreas libres del
territorio. La propuesta se concreta en tres unidades de paisaje. En primer
lugar, el corredor que discurre por la margen derecha del río. En segundo
lugar, el nuevo escenario monumental que enlaza de manera definitiva el centro
histórico con el mayor parque de Madrid (la Casa de Campo). En tercer lugar, se
ha proyectado el conjunto del Nuevo Parque de La Arganzuela que incluye el
centro de creación contemporánea del Matadero. Los puentes gemelos de Matadero
y del Invernadero son dos elementos fundamentales del sistema de nuevos puentes
y pasarelas llamados a superar las barreras infranqueables que antes del
soterramiento de la M-30 impedían la comunicación entre barrios vecinos. Ambos
puentes se erigen además, por su tamaño y configuración plástica, en auténticas
puertas que se abren al Parque de La Arganzuela y al nuevo centro de creación
contemporánea de Matadero. No sólo resuelven el tránsito transversal entre las
dos orillas sino que configuran un espacio abovedado que flota sobre el río y
constituye dos sendas cubiertas concebidas como pabellones que se incorporan al
gran parque. Exteriormente destacan las bóvedas de hormigón de las que cuelga,
a través de una fina cortina de cables, un tablero mixto. El espacio interior
está dominado, en ambos puentes, por un gran mosaico obra del artista Daniel Canogar.
Dicho mosaico ahonda en la idea de remarcar el paso a través del puente como
una experiencia singular para el peatón. La obra consiste en dos imágenes
fotográficas, una diferente para cada puente, que se incorpora como la piel del
techo abovedado. En las figuras bajo la bóveda de los puentes del Matadero y del
Invernadero aparecen personajes contemporáneos: niños, jóvenes y mayores. Éstos
son, además, ciudadanos reales, vecinos de los barrios, Arganzuela, Usera o Legazpi, de
las dos orillas que unen los puentes, de tal manera que éstos albergan, unen y
reconcilian finalmente a aquellos habitantes de la ciudad que durante tanto
tiempo vivieron separados por la barrera que suponía la antigua autopista M-30.
El mosaico está realizado con teselas de 7x7 mm y 4mm de espesor que configuran
a su vez las placas pegadas en malla de 30x30 cms. que se van colocando en la
bóveda de hormigón. En total el número de teselas utilizadas en los mosaicos
asciende a 6.615.00 unidades. La obra es singular en muchos aspectos pero también
lo es porque ha requerido la íntima y fructífera colaboración de mucha gente -
arquitectos, ingenieros, artistas y constructores - que en épocas pasadas, no
hace tampoco mucho tiempo, estaban concentradas en un solo individuo.
SOLUCIÓN
ADOPTADA
La solución plateada es una lámina de
hormigón, de la que se suspende la pasarela propiamente dicha. El vínculo entre
la lámina y el tablero está constituido por un conjunto de finos cables, muy próximos,
de los que se suspende el tablero. La cáscara debe cumplir la misión de soporte
de la obra de arte que se exhibiría en el interior de la pasarela. La lámina
tiene, por tanto, varias funciones. Por un lado deberá cumplir el cometido de
soporte de la obra de arte. Además, su geometría debía tener apariencia de
puerta para entrada a un recinto. También sus condiciones de forma debían aprovechar
la geometría desde el punto de vista estructural. Por último, la obra debía ser
ejecutable y posible constructivamente. Como siempre en este tipo de debates
tiene un peso mayor alguno de los factores que se imponen sobre los demás. En
este caso el factor preponderante fue la apariencia. Como se puede ver la
geometría es de una gran complejidad. En fase de proyecto se consultaron
algunos prefabricadores para ver la posibilidad de su prefabricación. Esta
solución se presentaba interesante al tener que construir al menos dos
pasarelas. El proyecto se desarrolló, entonces, con elementos prefabricados dividiendo
la lámina en seis trozos, según el eje longitudinal y tres ejes transversales.
Debido a las condiciones de simetría sólo eran necesarios tres moldes para
fabricar todos los elementos. Los moldes eran de gran complejidad geométrica y
debían realizarse con un sistema sofisticado de definición, prácticamente con
una nube de puntos. Se barajaron para su realización distintos materiales,
entre ellos materiales compuestos. Con una solución prefabricada se podía
encofrar solo la parte exterior y definir el hormigonado de espesor variable.
Después era necesario voltear estos elementos para su colocación en su
situación definitiva. Ya en este nivel de análisis se vio la dificultad de definición
de la ferralla. La geometría variable en las tres direcciones suponía una
ferralla compleja que debía estudiarse muy cuidadosamente. El acabado de las
superficies fue también un tema de gran discusión. En arquitectura es muy
frecuente el realizar pruebas de acabado. A nivel de proyecto se plantearon
unos acabados, compatibles con la solución prefabricada, que luego debían ser
estudiados más profundamente. Lamentablemente, llegado el momento de la construcción
los prefabricadores contactados se fueron desmotivando para la realización de
la obra, aludiendo problemas de ejecución, transporte, montaje, etc. que
terminaron decantando que la ejecución fuera in situ. El tablero siempre se pensó como mixto, constituido por
dos vigas metálicas longitudinales, vigas metálicas transversales y una losa
superior hormigonada sobre chapa grecada.
DESCRIPCIÓN
DE LA SOLUCIÓN ESTRUCTURAL
La solución estructural planteada
consiste en un arco de hormigón armado con tablero inferior metálico de 43,50
metros de luz, 49,10 metros de longitud total y 7,70 metros de flecha máxima.
El tablero se sustenta mediante dos filas de péndolas de 8,10 mm de diámetro
dispuestas cada 0,60 m a cada lado. La sección transversal del arco es una
bóveda de dimensiones variables. El espesor es variable desde el centro de vano
hasta los apoyos, así como en una misma sección transversal, desde el eje
longitudinal hasta los bordes. El espesor mínimo es de 0,15 metros en el centro
de vano y en el eje longitudinal, siendo el máximo espesor de 0,57 metros en
los apoyos del arco sobre el tablero. La lámina es de hormigón de calidad HA40
y está armada con una malla de armadura de diámetro relativamente pequeño,12 a 0,10.
El tablero está formado por dos vigas longitudinales de 0,25 metros de canto y
vigas transversales cada 2,40 metros sobre las que se dispone una losa de
hormigón armado de 0,10 metros de espesor. La esbeltez del tablero es pues de
1/124. El ancho del tablero es variable, impuesto por la proyección en planta
del arco-bóveda, siendo de 4,50 metros de ancho mínimo en el centro de vano, y
de 8,40 metros de ancho máximo en estribos. La solución planteada para las
cimentaciones de los estribos, es diferente según se trata de los estribos de
la margen derecha (Oeste) o los de la margen izquierda (Este). En el caso de
los estribos de la margen Oeste, las estructuras se apoyan sobre vigas de
cimentación que reparten la carga sobre las pantallas preexistentes de los
túneles del soterramiento de Calle 30. El resto del estribo se compone por un
cajón cerrado de hormigón armado relleno de arlita para no sobrepasarla carga
admisible de 30 kN/m2 de la losa superior del soterramiento. En el caso de los
estribos de la margen Este, al existir mayor espacio entre el cajero del río
Manzanares y las pantallas de los túneles, se ha optado por cimentación
profunda mediante 6 micropilotes de 225 mm de diámetro de perforación para
transmitir las cargas verticales. El murete se dispone sobre la losa del túnel
preexistente y conectado a ella para transmitir los esfuerzos horizontales. El
comportamiento estructural de las pasarelas es espacial. Las láminas están
fundamentalmente concebidas para trabajar a compresión pero, en este caso, la
forma de introducción de las cargas moviliza otros mecanismos resistentes. El
tablero transmite las cargas a través de los cables a los bordes de la lámina
que, por flexión transversal, las conduce al sistema tipo arco longitudinal que
se forma en la bóveda. No obstante, los esfuerzos en la cáscara son muy
modestos. La ejecución de los estribos de la pasarela presentó únicamente las
dificultades habituales en obras urbanas de espacio limitado. Como ya se ha
comentado en la margen W se ejecutaron vigas de cimentación directamente apoyadas
sobre las pantallas preexistentes del soterramiento de Calle 30. En la margen E
la cimentación se realizó mediante micropilotes. Para la ejecución del tablero
mixto fue precisa la disposición de apeos provisionales sobre el río
Manzanares, por lo que se construyó una península en el cauce. Los principales
problemas de ejecución fueron los planteados por la cáscara. Una vez tomada la decisión
de que debía construirse in situ se
planteó la idoneidad de que fuera ejecutada con hormigón autocompactante. La
bóveda se hormigonó empleando encofrado de madera de doble cara que apoyaba en
una cimbra situada sobre el tablero mixto, que a su vez estaba sustentado por
los apeos cimentados en la península provisional. La singularidad en la forma
de la bóveda hizo que tanto la fabricación y el montaje del encofrado como el
ferrallado y el hormigonado de la misma fuese un trabajo totalmente artesanal
de complicada ejecución, en un elemento de cantos muy estrictos (15 cms) en
centro de vano. La gran cantidad de péndolas metálicas, dispuestas cada 60 cms,
complicó la puesta en carga de las mismas por el alto grado de hiperestaticidad
del sistema. Inicialmente se aplicó una fuerza de tesado por grupos de
péndolas, de forma que su nivel tensional al final del proceso fuese del orden
de 8 – 10 kN/cm2. La puesta en carga final se completó con el desapeo ordenado
del tablero.
CONSIDERACIONES
FINALES
Los puentes del Matadero y del
Invernadero constituyen dos elementos singulares que repermeabilizan las dos
orillas del Manzanares, entre el barrio de Usera y Arganzuela y suponen una
puerta de comunicación entre el Parque de La Arganzuela y el nuevo centro de
creación contemporánea de El Matadero. Es una obra que ha requerido de la
conjunción de muchas voluntades, que en el pasado encarnaba un solo individuo.
Ha hecho falta la voluntad de arquitectos, ingenieros, constructores y un
artista para hacerla posible. Desde el punto de proyecto ha requerido la
búsqueda intensa de una solución que resolviera los aspectos formales, la
compatibilidad con la instalación de una obra de arte especialmente concebida y
la idoneidad para su comportamiento estructural y realización constructiva. Desde
el punto de vista constructivo ha requerido el uso de sistemas muy especiales
para garantizar su ejecución y condiciones de acabado.
FICHA
TÉCNICA
Autores
del proyecto:
Burgos & Garrido Arquitectos:
Francisco Burgos y Ginés Garrido (director de equipo)
Porras & La Casta Arquitectos:
Fernando Porras y Arantxa La Casta
Rubio & Alvarez-Sala Arquitectos:
Carlos Rubio y Enrique Álvarez Sala
West 8 Landscape Architects: Adriaan
Geuze y Edzo Bindels
Fhecor Ingenieros Consultores: Hugo
Corres, José Romo, Julio Sánchez, Cristina Sanz
Proyecto
estructural: FHECOR
Ingenieros Consultores
Asesores
iluminación: ALS:
Antón Amann y Mikel Juarrero
Ingeniería
general: TYPSA
Ingenieros Consultores y Arquitectos
Empresa constructora: ACCIONA Infraestructuras
Cofinanciado por Ayuntamiento de Madrid y fondos FEDER europeos al 50%
Presupuesto: 3,9 millones de euros.
Cofinanciado por Ayuntamiento de Madrid y fondos FEDER europeos al 50%
Presupuesto: 3,9 millones de euros.
Texto tomado del artículo de FHECOR Ingenieros Consultores para la ROP número 3520 de abril de 2011.
Con
respecto a estas estructuras y haciendo un poco de historia podemos deducir que
en esta misma área se encontraría una vieja pasadera -así las llamaban- que
daba servicio al matadero. Como continuación del artículo para la ROP año 1924,
tomo 2417 del ingeniero Vicente Machimbarrena sobre los puentes de Madrid, su
colega Eduardo Fungairiño escribió en esta revista en tomo 2421 del año 1925
otro artículo dedicado a otros puentecillos y pasarelas que el Ayuntamiento de
Madrid tenía proyectado construir sobre el cauce del río Manzanares y conseguir
así que se redujeran las distancias sucesivas entre todos los cruces habituales
existentes en la ciudad sobre el río. Parece probable que la intención del Ayuntamiento
fuera la de sustituir una serie de pasos de madera frágiles o
desvencijados que solían arruinarse con las crecidas habituales del río
Manzanares y cambiar también algunos vados naturales del cauce por estructuras
sólidas metálicas.
Aguas
abajo del Puente de Toledo y de estas nuevas pasarelas Fungairiño sitúa un
puente o pasadera al que llama del Matadero, cercano al actual Puente de Praga
y que utilizarían los ganaderos y tratantes del nuevo enclave dedicado a estos
menesteres. Eran estructuras estandarizadas con una longitud de 40 metros y 4
vanos adintelados de 10 metros de luz cada uno con apoyos en estribos de
fábrica y palizadas intermedias metálicas. Sus tableros eran a base de vigas en
celosías de acero del tipo Pratt y tenían una anchura total de 5 metros de los
cuales se destinaban 2,50 metros como calzada, aproximadamente la anchura de
vigas y 1,25x2 metros como aceras voladas según se observa en las fotografías
que acompaño, una de ellas de la estructura del puente y otra de la sección del
tablero.También se permitía el tránsito de vehículos y carros de tiro con una limitación de 3 toneladas por cada eje.
Planos de ubicación, proyecto y evolución de las obras. ROP número 3520 de abril 2011
Elaboración de los mosaicos en teselas de vidrio reciclado para los murales de las bóvedas. Proyecto Constelaciones-Daniel Canogar marzo 2010.
Tanda de fotos de fecha 31.07.2014
Modelos de pasarelas sobre el río Manzanares que incorporó el Ayuntamiento de Madrid a partir del año 1925 entre las cuales figura ésta del Matadero, ahora desaparecida pero que se encontraría muy cerca de estos modelos actuales.
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