CAZANDO PUENTES: PUENTE M-40 PARQUE DE EL CAPRICHO. Madrid

PUENTE DEL PARQUE DE EL CAPRICHO

M-40 SOBRE A-2. Alameda de Osuna. Madrid

A-2 PK 9,342 Y M-40 PK 8,100 A 8,700

Esta estructura forma parte del anillo que configura la autovía M-40 en un perímetro externo de la ciudad de Madrid. Tiene una longitud de 62 kilómetros y un radio medio de aproximadamente 10 kilómetros con respecto al PK 0 ubicado en la Puerta del Sol madrileña. Señalar que su matrícula obedece a que resulta ser el cuarto cinturón de la ciudad a nivel histórico. Existe un primer perímetro entorno a las calles que seguían el antiguo trazado de la cerca de Felipe IV que puede definirse como el recorrido de la Cuesta de la Vega, la Ronda de Segovia, la Puerta de Toledo, la Ronda de Toledo, la Glorieta de Embajadores, Ronda de Valencia, Ronda de Atocha, Glorieta de Atocha, tapia exterior del Parque del Retiro o Calle Menéndez Pelayo, un primer tramo de la Calle de O´Donnell, Calle de Alcalá, Paseo de Recoletos, Colón y los Bulevares a cuyo conjunto de vías se denomina M-10. El segundo cinturón o M-20 estaría formado por lo que conocemos como "Las Rondas" donde entraría la Avenida de Reina Victoria, Calle Raimundo Fernández Villaverde, Calle Joaquín Costa, Calle de Francisco Silvela, Calle de Doctor Esquerdo y Calle de Pedro Bosch. El tercer cinturón lo compone la vía perimetral de la M-30 y por último, la autovía M-40 a la que da servicio nuestro puente.

El primer tramo de la M-40 se empezó a construir en el año 1989 y pretendía conectar la A-3 con el complejo de Mercamadrid. El tramo que nos ocupa, básicamente desde el borde de Hortaleza hasta la barriada de Las Rejas, se terminó en el año 1990 por lo que podemos dar a nuestro puente esa antigüedad independientemente de que se hayan producido algunas modificaciones.

Puede que sea una de las estructuras pontoneras más largas de la metrópoli madrileña pues tiene una longitud de 585 metros incluyendo sus estribos. Al igual que ocurrió anteriormente con el puente anejo ferroviario, se trataba de cubrir el suave zócalo de la amplia vaguada que compone esta zona por lo que se hizo una obra civil verdaderamente larga entre los puntos extremos más elevados de esta zona. El ancho regular de la calzada es de 40 metros lo que permite cuatro calles por cada sentido de la marcha y un carril de desvío hacia otras calzadas en ambas cabeceras, además de amplios arcenes. Dispone de 20 vanos adintelados con luces semejantes de 25 metros cada uno. Es una obra construida en hormigón armado y pretensado ya sea en pilas, estribos, vigas cajón y losas de cubierta sobre las que se asienta el firme.

En las diferentes fotografías que aporto se puede observar la sencillez y nitidez de la obra civil, sin complejidades salvo la disposición de un tablero curvo y la anchura del mismo lo que originó que se precisaran juegos de 8 pilas a cada lado de vanos. En todo caso, resulta curioso la elaboración de estas pilas de sección cuadrangular donde cobran preponderancia sus acentuados capiteles de forma troncopiramidal invertida en hormigón.

Por otra parte, la construcción de este amplio puente impidió que el anejo puente ferroviario tenga la vista y panorámica que debió de poseer durante mucho tiempo con una trayectoria curva, secuencia de arcos y geometría perfecta que, sin duda, acentuaban la belleza del viejo puente ferroviario y que ahora, queda muy disminuida. Tampoco ayuda la construcción del edificio de Vodafone pegado prácticamente al viejo puente.

Independientemente de que esta obra civil se encuentre en forma con los mantenimientos adecuados en superficie, se debe señalar que en los bajos, salvo los tramos que vuelan sobre la Avenida de Logroño, el Paseo de la Alameda de Osuna y anejos de parque, abunda el abandono con zonas de tierra, barro, suciedad, manchas y humedades en los intradós y pilas además de encontrarse en un entorno desangelado y sin urbanizar o ajardinar, especialmente en los sectores a ambos lados de la A-2.