PUENTE VIEJO SOBRE EL RÍO
BOEZA
LAS VENTAS DE ALBARES.León
LE-106 PK 13
LE-106 PK 13
Trasteando por la dura orografía berciana y siempre cerca de
aquel camino real a Galicia que tardó tanto tiempo en realizarse y que ahora
viste bajo matricula N-VI o A-6 nos podemos encontrar puentecillos interesantes
que merece la pena subir al blog. Por estos lares o en la bajada del puerto del
Manzanal hacia el W, aquellas calzadas que diseñó el legendario Lemaur y que
fueron sectores de la vieja Nacional, han cambiado su matrícula y se esconden
bajo otros números, dentro de la propia nomenclatura de León, en abreviatura
LE-. También he olisqueado en cunetas viejos mojones que, aunque ya no sean
leguarios del clasicismo de Lemaur, marcaban los kilómetros desde tiempos de la
Restauración y por lo tanto, bastante anteriores a los del Plan Peña.
Profundizando en la figura de Carlos Lemaur, ingeniero
militar de origen francés que fue requerido por Fernando VI para intentar
revolucionar un poco nuestra medieval red de carreteras , apenas retocada desde
que la abandonaron los romanos hacía más de mil quinientos años, cabe señalar
que, debido a los años que estuvo asentado en El Bierzo, dirigiendo los
proyectos carreteriles hacia Galicia, también descubrió otros tesoros en estas
tierras. Se le puede considerar pionero en la explotación del carbón berciano
donde abrió una mina en 1766 con licencia real del propio Carlos III. También
descubrió mineral de hierro en estas laderas y decidió abrir dos ferrerías para
su fundición, una en Torre del Bierzo y otra en San Andrés de las Puentes.
Quizás, era muy pronto para rentabilizar dos productos de escasa demanda pero
el tiempo le daría la razón y aunque él quebró en sus proyectos industriales,
no cabe duda que un siglo después, tanto el carbón como el hierro fueron
determinantes en el desarrollo de toda la montaña leonesa.
No obstante, su principal cometido representando a la Corona (tras
el proyecto del Canal de Castilla) era la construcción del Camino Real hacia
Galicia y en ello estuvo entretenido varios años. Se sabe que, entre otras
estructuras civiles, diseñó este discreto puente de Las Ventas de Albares,
además de otros varios, siempre semejantes, que hay en la ruta dentro de El
Bierzo. No lejos, en Villafranca del Bierzo también ejerció sus dotes de
arquitecto construyendo la casa del Señor de Noceda, lindando con el precioso
puente sobre el río Burbia. Aquí se hospedaría muchas veces en sus viajes para
el proyecto carreteril y discutiría asuntos técnicos con otro personaje excelso
de nuestra Ilustración, Gaspar Melchor de Jovellanos, que allí se alojaba
cuando iba a visitar a su tío, el Señor de Noceda.
Del ambicioso proyecto sobre la Calzada Real de Galicia, cabe
señalar que estaba inspirada en los viejos mapas de las Carreras de Postas de
1720 y se la ve bosquejada en otros en los que figuraban las carreteras
radiales, allá por el año 1755. Es Matías Escribano quien la traza con detalle
en sus planos del año 1757 quizás porque ya conocía la futura ruta que
llevaría esta calzada radial. Las obras del proyecto de Carlos Lemaur
arrancaron posteriormente, según relata Vázquez del Viso empezaron en 1761
bajo la dirección del jefe de ingenieros Balthasar Ricaud de Tirgale y llevando
la dirección técnica los ingenieros militares Juan de Torres y Francisco
Toledano.
Una referencia explícita a nuestro puente la hace el viajero
Barrow hacia 1837 cuando nos describe este recorrido: Siguiendo la margen
derecha del río, ahora quebrado en leves cataratas, luego de aguas fragorosas
entre piedra o silencioso y oscuro en las hondas presas cubiertas de sauces
talludos y siempre, poblado de buenas truchas, nos llegamos al puente de Las
Ventas de Albares sobre el río Boeza.
Por otra parte, cabe mencionar una autoría -tanto a esta obra
como a otras del circuito berciano- romana o tardo-romana en virtud de que este
trazado carreteril se solapa o se sobrepone a la antigua calzada denominada
XVIII del Iter Antonino que enlazaba las civitas de Braga con Astorga a través
de Ourense. Esta vía, conocida también como Vía Nova debería atravesar
Interannium Flavium, quizás una mansio cercana a la actual Bembibre o bien el
actual pueblo de Las Ventas de Albares. Ya en el Medievo, bastante transformada
aunque muy transitada era conocida como Camino de Geira.
Características actuales de la obra: Como decía es un puentecillo
discreto, poco visible al salvar una hondonada del río Boeza donde permanece
encajonado. Tiene una longitud de 26 metros distribuidos en un tablero de 16
metros y dos cabeceras abocinadas de 5 metros de longitud cada una. La anchura
libre del tablero es de 3,40 metros y en los arranques de cabeceras llega a los
7 metros en cada una de ellas. Dispone de un bello y armónico vano en arco de
medio punto con una luz de 13,50 metros que arranca del propio lecho del río y
el ancho de bóveda es de 3,90 metros; probablemente apoya en roca madre de
esquisto debidamente trabajada para dar forma de basa horizontal. Su carácter
de firmitas se consigue por medio de
las fuertes aletas en ambas caras ejecutadas con primor. Es una obra económica,
de impronta militar, donde predomina la mampostería y el sillarejo de piedra
esquistosa, bien asentado y que intenta mantener la horizontalidad de las
hiladas. Mejor trabajo en bóveda donde se ha utilizado el sillar de buenas
cantería y escuadría, perfectamente dispuesto aunque ahora no se aprecie bien
por el amplio llagado de mortero, debido a alguna de sus restauraciones. El
dovelaje que se aprecia en boquillas es también sencillo, sin pretender
acentuar la forma en cuña de las piezas, a veces con doble pieza superpuesta y
en los riñones con piezas de canto más estrecho. Sorprende, en esta zona de
arranque del arco, dos paramentos a modo de pechinas con cantería diferente:
piezas largas y estrechas, de forma regular y buena trabazón en esquisto oscuro
que resalta en el conjunto de la obra. En las partes bajas de estribos se
aprecian losas bien talladas en dos cuerpos que harían las veces de basas; los
sillares de los bajos son los que presentan mejor cantería. Quizás es en la
buena factura de los bajos donde se apoya la teoría por la que se apuesta en el
"Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936" que apunta un origen
romano a esta obra aduciendo que se trata de un puente del siglo I d.C. que se
encontraba en ruina cuando se proyectaba la calzada real y es entonces cuando
se procede a su reconstrucción.
Paramentos regulares y una imposta sobresaliente, muy
acentuada, que sirve como digna decoración de la obra. Debió de tener pretiles
de piedra, quizás en ortostatos como era habitual, que se modificaron en los
años 70 del siglo XX por las típicas balaustradas en cruces de hormigón armado.
Actualmente presenta unos petos de obra muy reciente en mampostería con mucho
mortero de cemento sobre el que se fija una barandilla de hierro. También se
observan reparaciones en muros y aletas con cemento portland o en placas,
recurso muy ordinario y soez para un puentecillo que merece más respeto.
Aunque los tránsitos de canalizan por la nueva carretera
provincial (la LE-106), todavía se permite el cruce por medio de este puente y
no observo que existan limitaciones por MMA. Dispone de un firme de hormigón,
probablemente armado en alguna rehabilitación, y su capa asfáltica en buen
estado.
Aunque exteriormente aparenta un buen mantenimiento, se
observan excesivas eflorescencias en intradós, demasiado follaje en forma de
arbustos u árboles junto a los arranques
de aletas, restos de hormigón en masa junto al cauce, supongo que para ocultar
o fijar una tubería de color rojo que pasa por allí, o bien, la otra gris, en
el arranque contrario del arco, fijada con abrazadera y tornillería a un amplio
sillar que hace de salmer, y que caerá en breve, como ya se aprecia en alguna
fotografía.
No existe ninguna señal de tráfico que advierta del monumento
ni cartel informativo sobre su historia
lo cual no deja de ser curioso ya que, sin embargo, unos kilómetros
adelante, en Torre del Bierzo, presumen de una obra pontonera muy semejante a
ésta y es objetivo de turistas y curiosos.
Cabe señalar como dato curioso que la espléndida ubicación de
esta obra, donde el cauce mismo parece encajonarse o comprimirse, requirió los
mínimos materiales para una estructura con un solo arco y unos metros de
aletas. Apenas 30 metros aguas arriba, por donde pasa actualmente la carretera,
se construyó otro puente y dada su situación, se tuvo que hacer mucho más
amplio con mayores costes de materiales y mano de obra. Ya puestos, conviene
fijarnos en la nueva estructura pues aunque su diseño se repite miles de veces
en toda nuestra geografía ya que se corresponde con obras de catálogo del
ministerio del ramo, sigue mostrándonos su potencia y firmeza tras una larga
vida de más de cien años. Dispone de tres vanos muy regulares, con arcos de
medio punto y cortos estribos. Las dos pilas centrales del tipo tabique se
acompañan con tajamares semicilíndricos coronados con tejadillos. Las basas en
cuña sobre las que apoyan quizá corresponden a un refuerzo de hormigón armado
más reciente. En fin, una austera y hasta fea obra de hormigón en masa, donde
quizás se empleó ferralla en las bóvedas, que embellecida discretamente con
pequeños detalles como son los frentes de las pilas, la incisión sobre el
cemento en boquillas, para que parezca la primera rosca de un dovelaje que no
existe, o la propia imposta, los pretiles o incluso los imbornales, hace que
nos fijemos en la estructura, reconozcamos su mérito y además, le hagamos
alguna foto. Bueno, también creo que se merece un poco de mantenimiento, bien
en zonas bajas así como en muros, excesivamente sucios de humedades y diría que
hasta óxidos. Entiendo que deberían desclavarse los proyectores fijados en sus
pilas, que iluminan la obra antigua, y ubicarlos en una zona intermedia del
cauce, menos visibles y que proyecten luz hacia ambas estructuras. Aguas arriba
también tiene empotrada bajo la imposta una vieja y cutre tubería para no
desentonar, como siempre ocurre.
El puente nuevo se ejecutó en 1948 por la contrata de obras
de Rodríguez García según consta en la documentación del "Proyecto de
sustitución del puente de Albares sobre el río Boeza, 1947, AGA, Obras
Públicas, caja 17266".
Para saber más: Básicamente, la información la recojo del libro
"Catálogo de puentes de León anteriores a 1936" de JAFO et al. en
CICCP-CEDEX, Madrid, año 1988. Lo cierto es que hay muy poca información que
añadir sobre esta obra. He podido cazar un artículo que salió en el periódico
leones La Nueva Crónica de fecha 03.11.2015 donde N. González nos ilustra un
poco sobre la figura de Carlos Lemaur y su período profesional en El Bierzo.
Aunque no lo he leído, puede ser interesante la información que aporta el libro
de Manuel Olano titulado "El ingeniero Carlos Lemaur en El Bierzo, 1.764 a
1.778", editado por el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías".
El blog "turismodelbierzo.es" aporta foto e información, aunque
erróneamente lo tipifique como obra romana.
Cómo llegar: Si circulamos por la A-6 en sentido creciente, tomaremos la
salida 364 para incorporarnos a la N-VI y tomar el desvío a Las Ventas de
Albares por la carretera local LE-5330 que enlaza con la LE-106 por la calle
del Puente Viejo hasta llegar al río y nuestro puente. Si venimos del NW la
salida de la A-6 está en el PK 366 y se continúa por la LE-5330 y LE-106 hasta
unos metros antes de llegar al PK 13 de ésta, donde se cruza el río y veremos a
la izquierda el puente viejo. La propia carretera provincial LE-106, que era el
antiguo camino real tiene un trayecto interesante, desde el puerto del Manzanal
hasta Bembibre y podremos contemplar el precioso puente de Torre del Bierzo.
Imagen probablemente del año 1930 que exhibe el libro sobre la conferencia que impartió el general Severo Gómez Núñez con fecha 22.06.1931 según publicación de la Sociedad Geográfica Nacional bajo el título "Las vías romanas entre Asturica Augusta y Bergido Flavio", editada en Madrid.
Tanda de fotos de fecha 31.07.2017
PUENTE NUEVO
Imagen del último puente construido que da servicio a la actual N-VI PK 180. Fotos de fecha 31.07.2017 y 17.02.2020
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