PUENTE SOBRE EL RÍO VALDEGINATE EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE MAZARIEGOS. Palencia
P-940 PK 3
El Quirce trasteaba por aquellas carreteras de amplias rectas y un
horizonte inalcanzable en la inmensidad de la estepa cerealista de Tierra de
Campos. La planicie rala y de tonos ocres y grisáceos enseñaba las huellas
duras de un naciente invierno con escarchas evidentes que impedían un mínimo
crecimiento en la paramera de arbustos dormidos.
Carreteras de las viejas, de las de tercer orden que señalaban aquellas
instrucciones decimonónicas y que poco a poco, han salido del letargo y
renovadas, están dando vida a los pocos pueblos del entorno. Me encuentro en el
camino a tipos raros, vestidos de camuflaje -como este lobo que va
transformando su pelaje con vistas a un invierno que ya llega-, y portan
ingenios variados de óptica para ver, para observar. Estos voyeurs pacíficos, aunque miméticos, no son cazadores de escopeta,
claro está y ello me tranquiliza. Son perfectos tramperos de la imagen. Cazan
al vuelo, cual rapaces, especies de aves que merodean en la laguna aneja al
puente en donde me encuentro. En esta zona terracampiñera se encuentra una
famosa ZEPA (Zona de especial protección de aves) llamada La Nava-Campos Norte,
dentro de la Red Natura 2.000.
Aunque este lobo estaba más a sus puentes, también se acerco a un par de
observatorios donde se podían ver algunas anátidas, tranquilas, gozando de
aquellas aguas y cañaverales que se nutren con las aguas del río Valdeginate y
multitud de arroyos y manantiales surgentes.
Como decía, corría esta estrecha calzada camino de la N-610 con intención
de regresar al cubil y me llamó la atención una vieja balaustrada de hormigón.
En los tiempos actuales, no es frecuente encontrar pretiles o barandillas de
hormigón imitando celosías o rejas; todavía se ven algunas sencillas de hierro
forjado o acero de aquellos catálogos normativos de Zafra, Ribera y Mendizábal
muy utilizados en los años 20 del siglo XX, pero lo normal es encontrarse con
barreras de hormigón, del tipo New Jersey
o biondas de acero.
Tampoco he visto muchas similitudes en las características de este puente
con otras que, quizás, correspondan a la posguerra civil, cuando se
rehabilitaron a marchas forzadas muchas obras pontoneras. Pero bueno, ahí paré,
estudié la obra y tuve que hacer algunas fotos para la colección.Por lo que veo, por esta zona hay algún puente parecido, como son los de Castromocho y Mazuecos de Valdeginate aunque sin este tipo de balaustrada.
Características actuales de la obra: Se trata de un puente corto, acorde con la amplitud de un discreto
-aunque no siempre- río que, además, ya va encauzado con manguardias inclinadas
de mampuestos hasta una altura aproximada a los cuatro metros, desde lecho
hasta rasante de taludes. Tiene una longitud de 25 metros y el ancho del
tablero es de 6 metros. Dispone de 3 vanos adintelados con luces aproximadas a 6
metros cada uno. La plataforma apoya en fuertes estribos y un par de pilas del
tipo tabique, que tienen la misma longitud que las bóvedas. Los frentes o cantos de las pilas se han redondeado y para fusionar este juego decorativo, en las esquinas de los estribos se ha procedido de la misma forma.
En conjunto -y dada su antigüedad- es un obra esmerada, construida con
atención y cuidado para estar ubicada en esos campos góticos deprimidos, con poca
población y discretos tráficos. También parece económica. Creo que tanto en
paramentos, como en pilas y sus correspondientes zapatas, predomina el hormigón
en masa con una granulometría variada y mucho canto rodado obtenido del propio
cauce. Se ha construido todo allí mismo, a base de entablado de madera para los
encofrados, lentamente. Lo más llamativo es el tablero. Por aquellas fecha se
podían haber construido una pila central
más baja y sobre ella, un par de vigas de hormigón armado prefabricadas y su
correspondiente losa como cubierta. No ha sido así: se debieron montar a modo
de cimbra plana una serie de tablas con apoyos desde estribos a pilas
intermedias (reutilizándose, pues se aprecian tres momentos de fraguado) y se
procedió al encofrado de hormigón con esqueleto interior de ferralla, ya que
muestra manchas de óxidos del metal en algún punto. El resultado es un tablero
con tres losas de hormigón armado con sus juntas de dilatación para evitar
tensiones y fracturas que apoyan en el cenit de pilas y una buena unión con los
estribos. Hay un ligero enfoscado con cemento en paramentos y pilas, muy
deteriorado en algunas zonas, especialmente las paredes de las pilas, donde
aparecen humedades y desprendimiento de material en el hormigón.
En cubierta y como obra muy reciente, un buen hormigonado asfáltico. Dada
su angostura, no dispone de viales peatonales. Como decía, las protecciones
laterales se conforman con una especie de balaustradas de hormigón armado,
simulando barandillas de rejería, con pilas cuadrangulares en extremos como
protección. Todo ello, pintado de blanco y en buen estado.
Pues ahí queda, para la colección, un sencillo, discreto y humilde puente que cumple
una función imprescindible en el entramado de comunicaciones de esta zona palentina y que además, es elegante. Ya sólo falta que la diputación provincial o la CHD le preste un poco de atención y proceda a un sencillo mantenimiento, eliminando humedades y actuando sobre las zonas deterioradas, y si quita la tubería oxidada en uno de sus cantos, mejor que mejor.
Cómo llegar: Este lugar
se encuentra en la órbita de la carretera nacional N-610 (Palencia-Benavente).
En el PK 17 de la nacional y al llegar a Mazariegos, tomaremos la carretera
provincial P-940 en dirección NW camino de Fuentes de Nava. Al alcanzar el PK 3
de esta vía, nos encontraremos el puente sobre el río Valdeginate.
Tanda de fotos de fecha 29.12.2016
Punto de observación de aves, muy cerca de nuestro puente. Foto con fecha 29.12.2016.
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