ALCANTARILLA DEL TORIL SOBRE EL ARROYO DEL CONGOSTO. Galapagar-Madrid.
M-510 PK 6
Dentro de las diferentes rutas en
torno al Sitio Real de El Escorial hay una que destaca poderosamente porque nos
podemos encontrar huellas de una vieja calzada romana, algún hito caminero
representado por miliarios romanos, mojones clasicistas, alcantarillas o
desgastadas losas que cubrían estos caminos desde tiempos medievales.
Ya he hablado del camino que
diseñó Marcos de Vierna desde el puente del Retamar hasta el pontón del Tercio.
Pues bien, un poco antes de su término, en el núcleo de Galapagar, se vio en la
necesidad de rehabilitar un viejo camino que derivaba hacia el N buscando
comunicación con el Camino Real de Castilla (también de Valladolid o de
Galicia) que ahora denominamos A-6 o Autovía del Noroeste.
Se inicia en la actual M-505
cruzando Galapagar, justo hasta el PK 17,500 donde existe un hito de
información de caminos: a la izquierda, el Camino Real de El Escorial y a la
derecha, el citado Camino Real de Castilla. Se aprovechaba el antiquísimo
cordel de Suertes Nuevas que en esta zona cruzaba por los lugares de
Fuenteálamo, Los Fresnos y el amplio espacio de El Toril. Este cordel
continuaba hacia Collado-Villalba entrando por lo que ahora es Parque de La
Coruña, donde se pierde, más o menos, y
que ahora es un itinerario que lleva la actual carretera local M-528.
Pero es muy probable que, parte
de este camino ganadero que ahora ha desaparecido, discurriera por la actual
carretera autonómica M-510, donde se encuentra el puente del Toril y al final
del trayecto, el puente del Herreño, juntándose esta vía con el Camino Real de
Castilla, actual A-6, precisamente en Collado-Villalba para continuar hacia el
Real Sitio de La Granja o hacia El Escorial, si el otro camino de Marcos de
Vierna por el arroyo del Tercio estaba inoperativo.
Respecto a los vestigios romanos,
señalar que corresponden a la Vía XXIV del Iter Antonino, viejísima autopista
romana que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Emerita Augusta (Mérida) y que en
territorio madrileño cubría la Sierra de Guadarrama por el portillo de La Fuenfría
y Cercedilla, y a continuación las mansio
de Miacum y Titulcium, entre las cuales se encontraba el paraje de
Galapagar. Aquí apareció un miliario de época de Caracalla (213-217 d.C.).
Precisamente esta vía bajaba del actual puente del Herreño y cruzaba el vado
que ahora conocemos como puente del Toril.
Si entramos en esta zona por el
actual Parque del Toril, caminaremos por la vetusta calzada cuyo origen puede
ser romano, pero que se rehabilitó a lo largo de los siglos XVI y XVIII. Las
lastras de granito que componen parte de su actual cubierta más bien parecen
trabajos renacentistas pues ni los romanos hacían las calzadas en monocapa, con
losas directamente apoyadas en suelo firme, ni tampoco parece trabajo de Marcos
de Vierna, que utilizaba cascajo, piedra machacada y arenas sobre la que -según
su presupuesto- podía adoquinar el firme con piezas sensiblemente más pequeñas
que las halladas aquí. En extremos y para que -al menos- se pudieran evitar los
embalsamientos, se cubrían los cantos o bordillos con ortostatos bajos a lo
largo del camino. Esta calzada tiene una anchura de 8 metros, amplia, que
permitía el cruce de carruajes y el máximo espacio que necesitaban ganados y
pastores con toda su impedimenta para circular por ella.
Este camino, ahora conocido como
Calle del Descansadero de la Pocilla,
nos conduce hasta la rotonda que hay actualmente para la carretera
M-510, el viejo Camino de Castilla y la M-528 hacia Collado-Villalba.
Prácticamente pegado a la rotonda se encuentra nuestro puente del Toril.
Por esta suave vaguada corrían
las aguas del Arroyo del Congosto, prácticamente seco en periodos de estiaje
pero que en épocas de lluvia o deshielos portaba suficiente caudal como para
formar una pequeña laguna llamada del Toril al unirse también el caudal del
Arroyo de San Gregorio. La vaguada, al igual que ocurre con grandes zonas de
pradería y dehesas del entorno del Real Sitio, está constituida por suelos poco
permeables -rocas ígneas como el granito en sus múltiples variedades- sobre los que se han depositado finas capas
de sedimentos o lodos y que no absorben bien el agua. Para sortear este
problema, Vierna diseña su carretera en este punto con un aterramiento de 2,50
metros de altura en su punto central, formaliza la caja sobre la que irá la
calzada, refuerza las caras de los taludes con muros de piedra y construye una
alcantarilla por la que pasarán las aguas de arroyada, por cierto, muy cerca de
donde existe una vieja tajea de posible factura romana correspondiente a la
antigua calzada.
Características de la obra
actual: Se trata de una alcantarilla soberbia, de una factura impecable,
donde Marcos de Vierna parece imitar el buen hacer y la técnica de sus
ancestros romanos pero potenciando su fortaleza. Dispone de un vano en arco de
medio punto peraltado de aproximadamente 1,60 metros de luz y altura sobre lámina
de aguas de 2 metros. Los muros de la bóveda se componen de sillería de
excelente talla con una moldura sobre la que reposa el arco y otra inferior
sobre la basa que soporta la estructura; intradós de dovelas de igual factura,
con una perfección inusitada para este tipo de obras menores. En sus caras
externas destaca la boquilla con una rosca perfecta y una decena de dovelas que
forman el arco de factura impecable. Sobre el arco una línea de imposta que
recoge el pretil y en ambos lados muros en aleta que soportan la presión del
talud y canalizan las aguas. Estas aletas, obra primorosa de cantería y
estereotomía, lo forman unos pocos sillares de gran cubicaje donde los cantos
externos, en disminución, se hacen con piezas en forma trapezoidal y en hiladas
de no más de dos piezas, algunas en llave, atravesando el grueso del macizo,
con una longitud de 1,25 metros y una anchura de 52 centímetros.
Aguas arriba de la alcantarilla,
la cosa cambia. Debido al ensanche de la calzada, producido en los años 80 del
siglo XX, se prolongó esta obra de cantería con un caño de cemento de luces
iguales y reforzado en su cara externa con lienzos de hormigón, aletas y una
reja de hierro. Curiosamente, es en ese lado donde aún mantiene el pretil
original compuesto de 6 piezas de ortostatos soldados con canto superior
redondeado y un par de guardarruedas empotrados en su paso. Toda la fábrica
original es de granito. Es en este lado -aguas nacientes- es donde se forma la
laguna del Toril, habitualmente con una fina lámina de aguas pero que es nicho
de determinadas especies, como el galápago leproso, culebras, batracios y
ánades reales.
Aunque la zona se ha enriquecido
como parque público, con jardines, paseos, zonas de recreo y descanso, la
alcantarilla parece abandonada. Quizás, la última vez que se adecentó esta obra
se corresponde con los trabajos arqueológicos que llevó a cabo Jesús Rodríguez
Morales en el año 2.007 cuando estudió la otra alcantarilla de posible origen
romano, la vía romana, el camino de Marcos de Vierna y las losas de granito que
componían la vía romano-medieval que resultó ser obra posterior, aspectos ya comentados anteriormente.
Acercarse a la obra o intentar
observar la bóveda resulta imposible por la maraña de zarzas que colonizan el
lugar y los encharcamientos y cienos en el lecho del arroyo. Se aprecia que
faltan sillares en zonas de coronación y hay un corrimiento evidente en piezas
de las aletas, especialmente en la derecha. La vegetación que medra entre
juntas tampoco ayuda a la estabilidad de los sillares y la presencia de mohos,
musgos y eflorescencias aumentan su degradación. Necesita una urgente
rehabilitación.
El lugar es idóneo para el paseo
y disfrute de esta pequeña obra civil y dispone de variados carteles informando
de la laguna, de la vieja calzada y de su alcantarilla. No he observado que por
carretera exista una señal informando de este monumento. Tampoco hay una zona
de aparcamiento cercana; su acceso normal es a través del paseo. Para
desencharcar este área, se ha construido recientemente otro caño con tres
elementos en fábrica de granito con aletas y tuberías de hormigón prefabricado.
Para saber más: Las
habituales referencias que incorporo para los caminos reales al
Palacio-Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y que son: El Inventario de documentos sobre el R.M. de
El Escorial existente en el propio archivo de la Biblioteca escurialense para
la época comprendida entre 1631-1882, obra de Benito Mediavilla Martín, donde
existe correspondencia oficial sobre la necesidad de crear o rehabilitar
determinados caminos, puentes y pontones de la red caminera al Real Sitio. El
mapa levantado por Juan de Ugarte en 1844 que sigue el itinerario desde Madrid
a los RR.SS. de El Escorial y La Granja también ubica algunas obras pontoneras.
La intervención arqueológica que hizo Jesús Rodríguez Morales en el año 2007
estudiando la cronología de la Calzada de Galapagar así como el Camino Viejo y
el Camino Real, con inclusión del Mapa de la Comprensión, levantado en 1.764.
La vía romana del Puerto de la Fuenfría desde Segovia a Galapagar, obra del
citado Jesús Rodríguez Morales en
colaboración con Isaac Moreno Gallo y Javier Rivas López y publicada en
Traianvs, 2007. Existe un buen mapa del Estado Mayor del Ejército de 1.851
con el itinerario Galapagar-Navacerrada vía R.S. de El Escorial. Otro mapa
militar del Estado Mayor republicano de la Sierra de Guadarrama, confeccionado
en 1.935. Una obra importante es la de Pedro Navascués, titulada "Puentes
de acceso a El Escorial", de 1.985. El muy interesante trabajo de Rosario
Martínez Vázquez de Parga y Teresa Sánchez Lázaro, titulado "Puentes del
Retamar y del Herreño sobre el río Guadarrama", publicado en la ROP de
1994 tomo 3336. Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama es una obra de
Leonardo Fernández Troyano, publicado en 1.990 por la CAM y el CICCP de Madrid.
Para la reconstrucción del Puente en el Camino de Monesterio ver el Pliego de
cláusulas y condiciones de la CAM en expediente 09-CO-22-1/2004. Existe un
folleto de la Ruta 9 correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional
Medio de la Cuenca del Guadarrama editado por la CAM en colaboración con los
ayuntamientos del entorno y que aportan itinerarios de los caminos reales y
monumentos. Otro trabajo que puede ser muy interesante, aunque no he tenido
acceso a él, es el titulado "Caminos de Madrid a El Escorial en la época
de Felipe II y puentes singulares", obra de Margarita Torres Rodríguez y
Fernando Díez Rubio, editado por la ETS de ICCP-UPM. Por último, en la revista
del Ministerio de Fomento, Luis Solera Selvi publicó un artículo extenso sobre
estos caminos y sus obras civiles bajo el título "Huellas del pasado. Caminos Reales al
Monasterio de El Escorial" en su número 660 de fecha abril de 2.016. Esta
información es genérica para la serie de obras de los caminos reales que iré
subiendo al blog.
Cómo llegar: Quizás el
camino más rápido (desde Madrid) sea por la autovía A-6 tomando la vía de
servicio hasta el PK 35 donde cogeremos el desvío hacia La Navata para seguir
por una carretera-travesía que cruza esta población y continuar por la
autonómica M-510 hasta el PK 6 donde está la glorieta antes descrita en el
texto y el puente. Un acceso más bonito es por la M-505 que cruza Galapagar
para - en el PK 17,500 aproximadamente- tomar a la derecha este camino diseñado
por Marcos de Vierna justo donde está el hito caminero del siglo XVIII que
diferencia las calzadas reales de El Escorial y la de Castilla. Siguiendo por
esa calle (travesía de Guadarrama) se llega también a la rotonda de la M-510 PK
6 donde se encuentra nuestra obra. La opción más interesante es dejar el coche
en el casco urbano de Galapagar, por ejemplo, en las campas junto al
supermercado de Ahorramas y entrar en el parque del Toril para seguir por la
vieja calzada de losas de piedra y alcanzar el puente al tiempo que podemos
leer todos los carteles que informan sobre el tema.
Anotar también que, de la extensa
red de sendas pedestres que la CAM y los ayuntamiento del entorno han diseñado
dentro del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, pasan por este
punto la ruta 4 Galapagar-La Navata y la ruta 2 de Galapagar a
Collado-Villalba.
Ver otros puentes de los caminos reales al Palacio-Monasterio de El Escorial.
Inicio del camino en la M.505 PK 17,500 Galapagar.
Fotografía tomada de los paneles informativos. Probablemente del año 2.007 cuando se efectuaron los trabajos arqueológicos y se hizo limpieza en torno a la alcantarilla.
Tanda de fotografías de fecha 29.11.2015
CAMINO VIEJO
Tanda de fotos de fecha 29.11.2015 donde se muestras detalle de la entrada al parque, un hito barroco, el empedrado de la vieja calzada, el miliario de Caracalla, guardarruedas y los estratos que componen la actual carretera.
Mapa ubicado en un cartel informativo con el trazado de los variados caminos en el entorno de Galapagar, señalizando puentes y mojones.
Extraordinario trabajo. Felicidades.
ResponderEliminar¿La foto número 23,dónde está tomada?
ResponderEliminarGracias por tu comentario, eres muy amable.
ResponderEliminarEntiendo que la foto 23 es la del cilindro de granito. Está situado justo a la entrada del parque del Toril, a la derecha de la verja, nada más entrar. La puerta, por si no lo conocer, es la de la foto anterior, la 22.
No lleva ninguna inscripción y no creo que se refiera a ningún miliario romano; ni siquiera a un leguario barroco. Es un hito que, o bien, estaba allí y delimitaba las lindes de alguna propiedad o lo han hincado allí como adorno junto a la calzada de origen romano. Me inclino por la segunda opción, aunque lo ignoro.
Lamento mi tardanza en contestarte pero estaba de viaje.
Saludos cordiales.