sábado, 4 de marzo de 2017

PUENTE DE ALCANZORLA. Galapagar.

PUENTE DE ALCANZORLA SOBRE EL RÍO GUADARRAMA. 
Término Municipal de Galapagar. Madrid
M-519 PK 3

Independientemente de las antiguas rutas comarcales que existían en el entorno, generalmente caminos de tierra, sendas y trochas por las que transitaba o se movía la población  se aprovecharon para la buena comunicación las amplias cañadas de ganado trashumante  o las coladas y cordeles de enlace, especialmente, la Cañada Real Leonesa y la Cañada Real Segoviana que cruzan estos territorios. Quizás, es el conocido Camino Real de Valladolid la ruta principal desde la capital del Reino al monasterio y se asemeja con pequeñas variantes a la actual carretera nacional N-VI o autovía A-6 cuyo viejo itinerario pasaba por Las Rozas, seguía por Torrelodones y Collado-Villalba hasta el pueblo de Guadarrama desde donde se cogía una vía pecuaria muy antigua -Colada de Guadarrama- que llevaba hasta El Escorial (actual carretera autonómica M-600).

Este camino largo, de aproximadamente 58 kilómetros, se redujo pronto al considerar la posibilidad de crear un camino tangente con respecto al habitual trayecto. En el término de Galapagar aunque cerca de Torrelodones, se rehabilita un viejo camino -probablemente la Cañada Real de Peregrinos- y se acomete la construcción de un puente para salvar el cauce del río Guadarrama. Hasta ese momento y dado que el paso por Alcanzorla estaba arruinado, se solía vadear el río muy cerca de allí aunque con peligro cuando había aguas bravas. Debido a ello,  Juan de Herrera proyecta y ejecuta su Puente Nuevo (o de Herrera), una obra sencilla con un solo arco de 13 metros de luz que aún podemos admirar. Sabemos por el arquitecto e historiador Luis Cervera Vera [...] Felipe II dispuso desde Lisboa en 20.01.1582 que se construyera un puente de piedra para pasar el Guadarrama, entre el lugar de Torre de Lodones y Galapagar conforme a la traza que efectuaría Juan de Herrera, corriendo la construcción a cargo de la fábrica de San Lorenzo [...]. 

Destacar que en este tramo se utilizaba la antiquísima Carrera Toledana que ya se menciona en escritos de Fernando III hacia el año 1.249 y que unía las ciudades de Segovia con Toledo. Esta carrera a su vez, estaba semi-montada sobre la Vía XXIV del Itinerario de Antonino, compendio de vías romanas significativas datadas en el siglo III d.C. Lo que ahora se conoce como carretera M-519 -ya citada- fue otro proyecto de rehabilitación de Marcos de Vierna que terminó en 1.765, reformando la calzada romano-medieval y ensanchándola hasta los 8 metros con incorporación de nuevas lastras de granito y añadiendo bordillos guarda-ruedas. Aunque con el tiempo han desaparecido la mayoría de estas piezas lisas labradas de granito, aún quedan retazos que se pueden admirar; también hay restos de una vieja tajea romano-medieval  y la más actual que construyó Vierna, conocida como Puente del Toril. Todo ello en la denominada Ruta 2 de Galapagar-La Navata, correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, promovido por la CAM con la colaboración de los pueblos insertos en el entorno. Muy ilustrativo del modo de construir calzadas es el punto donde se halla el Puente del Toril ya que en un metro de grosor se pueden contemplar las diferentes capas de firme desde el siglo XVIII hasta la actualidad.  Así mismo, apuntar también que en el inicio de esta ruta podemos contemplar la bellísima obra pontonera conocida como Puente del Herreño sobre el río Guadarrama construida hacia 1.784 en tiempos de Carlos III y que dispone de tres arcos rebajados, tajamares sencillos rematados con sombreretes, excelente sillería granítica, fuertes estribos y largos muros de acompañamiento además de una muy buena tajea de 1,20 metros de luz revestida de sillar de granito excelentemente conservada y por la que he podido cruzar para contemplar ambas caras del puente. El conjunto tiene huella y factura de haber sido construido por el ya consolidado cuerpo de ingenieros militares desde su creación por Felipe V. Lo cierto es que también se utilizaba este itinerario como camino hacia el Palacio de la Granja de San Ildefonso si se quería evitar cruzar el complejo palaciego de San Lorenzo de El Escorial como se advierte por documentos relativos a los desplazamientos de Carlos III y Carlos IV. (Seguidamente, se subirán estas obras al blog).

Tras esta primera introducción, ubicaremos el viejo puente de Alcanzorla en estos caminos que, de alguna forma, tenían un destino en El Escorial. Desde el Medievo existía una Marca Media o frontera más o menos difusa entre los dominios árabes y la expansión que poco a poco, se producía en los reinos cristianos hacia el sur. En los movimientos fronterizos para hacer razias o para acceder más rápidamente a puntos calientes de confrontación, las tropas de Al-Andalus utilizaban caminos estrechos abandonados desde hacía siglos -muchos de ellos era calzadas romanas de segundo orden- a los que, como mucho, dedicaban cierto mantenimiento, incluyendo puentes y pontones del propio trayecto. En esta especie de limes, se encontraban obras civiles tan señaladas como pueden ser el puente de Talamanca del Jarama, puente del Grajalpuente del Batán o el de Alcanzorla; en todos ellos, se especula con su origen romano, aunque por sus características actuales, más bien pudieran ser obras reconstruidas a lo largo de la Edad Media con materiales antiguos pero con la impronta de obras románicas de tableros alomados y muy estrechos.

El camino del puente de Alcanzorla continuaba hacia Galapagar, donde podría derivar hacia el NW en busca de las ferrerías anteriores a la constitución del Real Sitio o buscaba derroteros hacia Segovia y Valladolid. Pero también derivaba hacia el sur pues desde Galapagar y siguiendo la vieja calzada romana alcanzaba la Cuesta Blanca (cruce con el Camino de Pedro de Ribera o del Cerro del Paredón) y se deslizaba junto a los arroyos contiguos hacia Los Ranchos, Villanueva del Pardillo y por Brunete y Navalcarnero alcanzar Toledo, en tiempos en los que Madrid, todavía era un pueblo. Evidentemente, a raíz de la construcción del Puente de Herrera, el itinerario principal que se le concede a esta calzada es su acceso al Real Sitio a través de Galapagar o a la capital, a través de las opciones de Torrelodones o la del puente del Retamar y Las Rozas.

Características actuales de la obra: Se ubica en una zona de batolitos de granito muy transformada, bien por los huecos que han dejado viejas canteras de extracción de esta piedra así como por la propia erosión del río. A juzgar por la altura de rasantes en ambos extremos, es muy probable que la vieja estructura fuera más larga, con un muro de acompañamiento hasta empalmar con la continuación del camino, en este caso, la propia roca aplanada, o bien, con uno o dos vanos pequeños  que suavizaran la inclinación del tablero. Lo que queda ahora es un bellísimo arco de medio punto exento que apoya en restos de estribos (o pilas). Debió de tener un tablero alomado; la anchura que ofrece el extradós es de 2,70 metros y se aproxima a la medida de puentes árabes que solía ser de 5 codos rassassíes (un codo: 55,77 centímetros, como medida oficial del Califato entre los siglos IX y XI). El arco vivo tiene una luz aproximada de 8,80 metros y es espléndido; mantiene un intradós perfecto con dovelas muy regulares y bien asentadas, probablemente a hueso en origen. En boquillas se advierte una muy buena disposición de piezas, talladas a dos alturas, ligeramente en cuña, bien asentadas y con tizones a dos longitudes para aumentar la trabazón y resistencia. En zona de clave tienen una dimensión de 30x40x50 centímetros (ancho-alto-profundidad). En zona de extradós se ve la cara contraria del dovelaje y un irregular hormigonado a base de piezas relativamente grandes y muy aristadas, sin presencia de canto rodado. La arcada se sustenta en roca madre que ha sido previamente intervenida tallando zócalos o zarpas horizontales a modo de basas y sobre las que se asientan varias hiladas de mampuestos ciclópeos que soportan el arco. Los estribos, con alguna rectificación pues se aprecia que originariamente eran más anchos, se hacen también con sillarejo y mampostería intentando mantener la horizontalidad en las hiladas en un trabajo más discreto que el de bóveda.

A juzgar por su propio nombre -Alcanzorla- y siguiendo las indicaciones etimológicas de Covarrubias (siglo XVII), derivaría de "alcandora", que venía a significar luminaria o linterna, muy comunes en esa marca fronteriza en la que los musulmanes solían construir atalayas o almenaras de vigilancia y entre las que se comunicaban con señales a través de antorchas encendidas. La torre más cercana es precisamente la de Torrelodones.

La reciente rehabilitación, excesiva a mi modo de vez, por abuso de mortero en las juntas de sillares y otras piedras, hace al monumento algo artificioso. Por cierto, hay paralelepípedos de granito muy desgastados colocados en las zonas bajas del estribo derecho a los que se podría datar como romanos pero al estar tan tapados por la argamasa de unión, no se puede determinar su forma exacta o si pertenecían a la antigua bóveda. En relación con su posible origen romano lo cita Carlos Fernández Casado en su compendio "Historia del puente en España: Puentes romanos", pág. 494-495, editado en 2.008 por el CSIC.

DATOS DE LA REHABILITACIÓN: 
La Dirección General de Patrimonio Cultural de la CAM acometió en 2015 el desarrollo de un proyecto para su restauración, comenzando con la limpieza y desbroce del entorno así como con la realización de dos catas arqueológicas. Posteriormente se procedió a una lectura de paramentos y a su consiguiente limpieza, eliminando a su vez la colonización biológica. Finalmente, se procedió a su consolidación y retacado, tratando también oquedades y descalces y recuperando parcialmente sus arranques.

Ficha técnica:
Coordinación técnica: Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. Área de Conservación y Restauración: Jefe de Área: Luis Serrano Muñoz. Arquitecto técnico: Carmen Anegón Esteban.
Redacción y dirección del proyecto: Eduardo Marsal Moyano
Empresa de restauración: Grupo Braud. Arquitectura y Urbanismo

Periodo de ejecución: 2015             Inversión: 60.500 euros

No he observado en la carretera de acceso o en calles cercanas ninguna indicación que señale el camino hacia este monumento. Sin embargo, al llegar a la obra, existen varios carteles con una buena información de la historia del puente aunque no nos muestran el antiguo camino al que daba servicio este puente.

Para saber más: Las habituales referencias que incorporo para los caminos reales al Palacio-Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y que son:  El Inventario de documentos sobre el R.M. de El Escorial existente en el propio archivo de la Biblioteca escurialense para la época comprendida entre 1631-1882, obra de Benito Mediavilla Martín, donde existe correspondencia oficial sobre la necesidad de crear o rehabilitar determinados caminos, puentes y pontones de la red caminera al Real Sitio. El mapa levantado por Juan de Ugarte en 1844 que sigue el itinerario desde Madrid a los RR.SS. de El Escorial y La Granja también ubica algunas obras pontoneras. La intervención arqueológica que hizo Jesús Rodríguez Morales en el año 2007 estudiando la cronología de la Calzada de Galapagar así como el Camino Viejo y el Camino Real, con inclusión del Mapa de la Comprensión, levantado en 1.764. La vía romana del Puerto de la Fuenfría desde Segovia a Galapagar, obra del citado  Jesús Rodríguez Morales en colaboración con Isaac Moreno Gallo y Javier Rivas López y publicada en Traianvs, 2007. Existe un buen mapa del Estado Mayor del Ejército de 1.851 con el itinerario Galapagar-Navacerrada vía R.S. de El Escorial. Otro mapa militar del Estado Mayor republicano de la Sierra de Guadarrama, confeccionado en 1.935. Una obra importante es la de Pedro Navascués, titulada "Puentes de acceso a El Escorial", de 1.985. El muy interesante trabajo de Rosario Martínez Vázquez de Parga y Teresa Sánchez Lázaro, titulado "Puentes del Retamar y del Herreño sobre el río Guadarrama", publicado en la ROP de 1994 tomo 3336. Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama es una obra de Leonardo Fernández Troyano, publicado en 1.990 por la CAM y el CICCP de Madrid. Para la reconstrucción del Puente en el Camino de Monesterio ver el Pliego de cláusulas y condiciones de la CAM en expediente 09-CO-22-1/2004. Existe un folleto de la Ruta 9 correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional Medio de la Cuenca del Guadarrama editado por la CAM en colaboración con los ayuntamientos del entorno y que aportan itinerarios de los caminos reales y monumentos. Otro trabajo que puede ser muy interesante, aunque no he tenido acceso a él, es el titulado "Caminos de Madrid a El Escorial en la época de Felipe II y puentes singulares", obra de Margarita Torres Rodríguez y Fernando Díez Rubio, editado por la ETS de ICCP-UPM. Por último, en la revista del Ministerio de Fomento, Luis Solera Selvi publicó un artículo extenso sobre estos caminos y sus obras civiles bajo el título  "Huellas del pasado. Caminos Reales al Monasterio de El Escorial" en su número 660 de fecha abril de 2.016. Esta información es genérica para la serie de obras de los caminos reales que iré subiendo al blog.

Para el caso concreto del Puente de Alcanzorla he encontrado una noticia en el periódico digital Madrid Diario de fecha 21.11.2016 firmada por Javier García Martín, muy bien documentada sobre los puentes del siglo XVIII en el río Guadarrama y que aporta dos videos estupendos de estas obras civiles, especialmente desde el punto de vista geológico de su material principal -el granito- y que están auspiciados por varios organismos académicos de la CAM, como son la Fundación Madrid+d, el CSIC o la Facultad de Geológicas de la UCM. Focalizan su actuación en los puentes del Retamar, Alcanzorla, Herreño, Herrera y del Rosario. En este link se pueden ver aquí. También hace referencia a él, Leonardo Fernández Troyano en su trabajo titulado "El patrimonio histórico de las obras públicas y su conservación: Los Puentes", página 45, donde pone ejemplos de puentes que han perdido los tímpanos y dice lo siguiente: Tiene una luz de 8,80 metros y es sorprendentemente estrecho pues mide 2,80 metros entre paramentos exteriores. Su despiece de arcos es curioso porque en los arranques las dovelas son irregulares en forma y tamaño y no se regularizan hasta llegar a los 30º.

Cómo llegar: Desde Madrid, tomando la A-6 hasta el PK 18 donde nos desviaremos por la derecha para coger la M-505 desde su PK 0 (Carretera de Ávila) hasta el PK 14,300 donde, al llegar a una rotonda, cogeremos la carretera M-510 dirección Guadarrama-Torrelodones hasta llegar al PK 9,500 (justo antes de entrar en Galapagar) y tomaremos a la derecha la carretera local M-519 hasta el PK 3,600 donde cogeremos una desviación a la izquierda (Carretera del Puente Nuevo)  que lleva a la Urbanización Los Jarales y Las Minas y dentro de ella, buscar la calle Encina y subir por ella -tiene una cuesta pronunciada- hasta el final, donde encontraremos una cancela que deberemos abrir para entrar en la senda que dirige al puente. También podemos seguir por la A-6 hasta la salida de Las Matas, en el PK 24 y seguir por la vía de servicio hasta Torrelodones para coger la M-519 y seguir los pasos anteriores, pero es un itinerario más feo y aburrido.

También se encuentra en la Red de Sendas pedestres del Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama y su entorno auspiciada por la CAM y el Ayuntamiento de Galapagar, dentro de la Ruta 6 que discurre entre Torrelodones, Galapagar y Colmenarejo y a través de la cual, se pueden ver varios de estos puentes.

Ver otros puentes de los caminos reales al Palacio-Monasterio de El Escorial.
























Tanda de fotos de fecha 29.11.2015





Dos tomas del libro "Historia del puente en España: Puentes romanos" de Carlos Fernández Casado. No existen muchas imágenes antiguas de esta obra por lo que esta foto, probablemente realizada en los años 60 del siglo XX, nos muestra un estado de ruina semejante al que tenía hace pocos años, cuando se restauró. En la segunda se observan dibujos con medidas de esta obra, realizados por el autor del libro. 



Punto de la carretera donde está el desvío a la Colonia Los Jarales, el río Guadarrama y nuestro puente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario