"PONTE VELLA" DE OURENSE SOBRE EL RÍO MIÑO
N-120 PK 567,500 y N-525 PK 239
Los viajeros entendidos y avisados que se mueven con motores de
explosión o de inyección conocer las arterías nacionales que se dirigen al NW
peninsular y saben que la N-120 es una larguísima calzada de más de 600
kilómetros de longitud que serpentea lentamente desde Logroño, a la vera del
viejo Camino de Santiago, para acabar en Vigo; también la N-525 tiene
veleidades gallegas y desde Benavente, por un itinerario tortuoso se llega
hasta Santiago de Compostela tras correr la nada despreciable cifra de 341
kilómetros. Ambas rutas se cruzan en Ourense, donde también confluyen otras vías secundarias, como la OU-536 que
viene desde O Barco de Valdeorras. Ese
cruce de caminos ya era referencia para caminantes, trajinantes, buhoneros, funcionarios
y legionarios, muchos legionarios romanos, hace dos mil años (en estos casos,
de motores de explosión, nada de nada; a patita, quizás sobre montura o en lentas
y pesadas carretas). En cierta ocasión, con tránsito por aquel lugar sonaba en la
cabina del camión el legendario e indómito blues de Robert Johnson "Crossroad"
y asociándolo con los jodidos atascos en las vías que cruzan Ourense (estaban
construyendo un nuevo puente sobre el Miño), también pensé en vender mi alma al
diablo, no para llegar a ser el más excelso
guitarrista de blues en tierras de Alabama, sino para volar con el
camión unos pocos kilómetros y seguir mi ruta hacia las Rías Baixas
tranquilamente, saboreando mientras tanto un buen habanos. Sí, los romanos ya
llamaban a Auriensis Civitas (Orense) el "cruce de caminos" pues ahí
definían su itinerario, según fuera el destino hacia NW en busca de la costa,
hacia el N en dirección a Lucus Augusta (Lugo), o bien, hacia el NE camino de
Asturica Augusta (Astorga). Lógicamente, en aquel entramado de calzadas, había
un puente (si no, de que va a escribir el Quirce) y además, vadeaba el Minius
Flumen -o Río Miño- y era romano. Según el Itinerario Antonino (La Guía Michelín
de la época) había tres o cuatro vías por las que se podía alcanzar Ourense -
desde la XVII a la XX- aunque los expertos creen que fue la número XIX la que
originaría la construcción de la puente a finales del siglo I o principios del
siglo II d.C. en tiempos de Trajano (siguiendo lo afirmado por Ceán Bermúdez o
Celestino Espinosa) y a tenor de aquello, pese a las diversas destrucciones y
recomposiciones, el vano central pudo ser durante mucho tiempo el arco romano-gótico
con más luz de todo el Medievo europeo. El puente en sí, es un hito
importantísimo en la vida y desarrollo de la ciudad y figura en su blasón,
incluida la torre de defensa ; era el único puente de la villa y por el que
vadeaban el río las carreteras modernas; precisamente, para potenciar la
circulación de la actual N-525, desgraciadamente, se derribó el torreón para ensanchar
el camino y permitir la circulación de vehículos más grandes, probablemente a
finales del siglo XIX. Definitivamente, en 1.999 se peatonalizada, desviando la
circulación motorizada por otros puentes. Goza de la consideración de Monumento
Histórico desde 1.961, momento en que se proyectan las últimas obras de rehabilitación.
Si bien es cierto su origen o filiación romana a principios de nuestra Era, la impronta actual es
la de un puente medieval y podemos ir simplificando sus modificaciones como
sigue:
Tras diferentes destrucciones que motivarían su inutilidad durante
muchos años (se conoce la persistencia del negocio de barcas de transportes que
cruzaba el río por dos muelles) se acomete su primera gran rehabilitación en
1.228 por mandato del gerifalte provincial, Obispo Lorenzo, muy activo en la
modernización de Ourense, pues también intervino en las obras de la Catedral o
el Palacio Episcopal. Parece que la configuración más o menos actual parte de
esa reconstrucción, con el arco ojival central y tablero a dos aguas. El
Obispo Silva lo repara de alguna destrucción por riadas en el siglo XV y en
1.667 se procede a otra rehabilitación mayor a cargo del arquitecto barroco de
origen cántabro Melchor de Velasco Agüero, modificando tablero y arcadas. (Se
piensa que como puente romano con menores luces, debería disponer de una docena
de vanos, al menos. En la reconstrucción que promueve el obispo Lorenzo deberían ser 8 y por
último, Velasco lo amplia a 10 , aligerando el central gótico, lo peralta y rebaja
aunque manteniendo un ligero apuntamiento en clave, consiguiendo proyectar un
tablero horizontal.) La información sobre el maestro de obras Melchor de Velasco Agüero se puede consultar en la obra de Pablo Pérez Costanti citada abajo en sus páginas 551 a 554. También en este tratado de Pérez se cita a Juan de Herrera que en el año 1561 aparece por Ourense a instancias del Concejo y Cabildo para que fije las condiciones de restauración del puente e incluso la posibilidad de trasladar a otro sitio la torre de control y pontazgo (ver página 280 del texto). También en ese texto (página 283) se cita al maestro de obra Juan de Cerecedo, quizás como subcontratado de Herrera para las obras de reparo del puente pues así se dice en una de las mandas de su testamento. También Herrera se ocupó de adecentar los caminos aledaños al puente como se expresa en otra manda de su testamento que dice: [...] Mando se cobre de la cibdad de Orense el salario que me debe de la besita de la puente de dos años a razón de siete mill maravedíes cada año y más se cobre e pida a la dha cibdad doze días de caminos y ocularios que hice en lo tocante a la dha puente a trezientos maravedíes cada día [...].En el año 1602 existen fuentes escritas de que el maestro cantero Hernando de la Portilla en unión de Juan de la Sierra intervienen en algún reparo del puente cuyo presupuestó ascendió a 8400 ducados (Archivo notarial de Lugo: Protocolos de los escribanos Juan Sanjurjo de 1600 y Alonso de Castro de 1602).
De nuevo, en 1.870 tras los consabidos desperfectos por avenidas, sufre una nueva transformación y se eliminan vanos, dejando los siete que actualmente persisten, con variadas luces y flecha. Ha tenido alguna otra intervención en el siglo XX. El ingeniero Maximino Casares Ortíz, a la sazón Jefe de Obras Publicas de Orense, publicó en julio de 1.960 un artículo en la ROP (tomo 2943) titulado "Amenaza de ruina en el puente romano de Orense" donde hace una breve historia de la obra y señala que las fuertes y duraderas riadas producidas por aquellas fechas, donde el nivel del río se mantuvo durante muchos días 11 metros por encima de su cauce normal, produjeron daños en la estructuras y cita concretamente que se derrumbaron aproximadamente 30 metros de muro de acompañamiento en margen derecha. También se dañó seriamente el tajamar y castillete -aguas arriba- correspondiente a la pila del arco central con derrumbes de paramento y serias grietas. En 1.966 se produce la interesante restauración realizada por el ingeniero Fernández Casado, que actúa en pilas y tajamares consolidándolos. La pila entre arcos 4-5 no se cimenta sobre roca y es la más vulnerable; al tiempo que se reforzó, se hicieron catas interiores en el tajamar mayor y se pudo comprobar que -emparedado por recrecidos en las caras del propio tajamar- aún subsistía el original, en el interior, plenamente romano.
De nuevo, en 1.870 tras los consabidos desperfectos por avenidas, sufre una nueva transformación y se eliminan vanos, dejando los siete que actualmente persisten, con variadas luces y flecha. Ha tenido alguna otra intervención en el siglo XX. El ingeniero Maximino Casares Ortíz, a la sazón Jefe de Obras Publicas de Orense, publicó en julio de 1.960 un artículo en la ROP (tomo 2943) titulado "Amenaza de ruina en el puente romano de Orense" donde hace una breve historia de la obra y señala que las fuertes y duraderas riadas producidas por aquellas fechas, donde el nivel del río se mantuvo durante muchos días 11 metros por encima de su cauce normal, produjeron daños en la estructuras y cita concretamente que se derrumbaron aproximadamente 30 metros de muro de acompañamiento en margen derecha. También se dañó seriamente el tajamar y castillete -aguas arriba- correspondiente a la pila del arco central con derrumbes de paramento y serias grietas. En 1.966 se produce la interesante restauración realizada por el ingeniero Fernández Casado, que actúa en pilas y tajamares consolidándolos. La pila entre arcos 4-5 no se cimenta sobre roca y es la más vulnerable; al tiempo que se reforzó, se hicieron catas interiores en el tajamar mayor y se pudo comprobar que -emparedado por recrecidos en las caras del propio tajamar- aún subsistía el original, en el interior, plenamente romano.
Características actuales de la obra: La longitud del puente es aproximadamente
de 200 metros entre estribos (las citas que hablan de 370 metros puede que consideren los
aterramientos para plataformas en cabeceras aunque creo que sigue siendo una
longitud excesiva pues según mis mediciones se llega a 325 metros). La anchura del tablero original es de 5 metros. El
controvertido arco central gótico tiene una luz que oscila entre 38,20 y 37,60
metros, según diferentes mediciones y su altura hasta lecho es de 33,25 metros.
Los arcos del margen izquierdo, próxima a la villa, son los que guardan más
elementos romanos en basas, tajamares y sillares. Los dos de los extremos son
de medio punto, más bajos y los números 2, 5 y 6 (siempre contando desde
izquierda parte naciente) son puramente medievales con ojiva acentuada. Las
sucesivas reformas dispersan el trabajo de cantería y estilo, no obstante, se
puede considerar que, en general, paramentos, bóvedas, arcos y boquillas tienen
buena calidad. Buen trabajo en boquillas, siendo el central de doble rosca, una
primera de dovelas dobles sobre la que se asienta otra más grosera cuya clave
se empotra en la rasante. Es curioso el cuarto arco (desde aguas arriba) y
aledaño al principal: conserva los arranques del arco antiguo y sobre ellos de
dispone la nueva bóveda de arco ligeramente rebajado y que dispone también de
varias boquillas, en este caso, una primera de doble rosca, una segunda muy
fina que no cubre todo el arco y una tercera, también más tosca, cuya clave
también se empotra en la rasante, quizás actuando como arco de descarga pero produciéndose estas rarezas debido a las
rehabilitaciones sufridas. Tajamares y espolones, elevados sucesivamente con
segmentos semicilíndricos o cuadrangulares hasta rasante, salvo el más grande,
entre arcos 4 y 5, que "aguas arriba" y sobre el imponente tajamar en
cuña, se asienta un bello arquillo de aligeramiento de medio punto, al más puro
estilo romano, no visible "aguas abajo" al encontrarse cegado. Actual
cubierta de adoquín con pretiles bajos de granito entre los que se encuentra
empotrado un mojón de hormigón (Plan Peña de Carreteras de las años 40 del
pasado siglo) que marcaba un PK de la nacional N-525 o de la N-120 y que ahora
es menos visible dado que han permitido que se instalen terrazas de cafeterías
en esa cabecera y una de ellas sobrepasa el punto del pretil donde se encuentra
este curioso mojón. El tablero dispone de descansaderos cuadrangulares y
semicirculares en ambos lados, algunos con petos de rejería. Lo cierto es que ha sido el gran protagonista
para cruzar el río Miño durante siglos pues hasta 1.918 no se construye otro,
el actual Ponte Nova, una bella e interesante obra ecléctica que conjuga
diferentes estilos arquitectónicos, especialmente renacentista.
Referencias al puente que hace el ingeniero Pedro Celestino Espinosa en
su breve compendio titulado "Puentes históricos" que publicó en la
ROP (Revista de Obras Públicas) en los años 1.878 y 1.879: "Situado sobre el Miño, se construyó en el reinado de Trajano,
según las crónicas indican aunque hay quien le supone del siglo XIII; tiene 6
arcos, tres de ellos algo apuntados, por lo que puede suponerse que hay una
parte romana y otra restaurada en siglos posteriores. Los tres arcos centrales
tienen 27,50+39+27,50 metros de luz; atraviesa por él la carretera de Villacastín
a Vigo".
Otra interesante referencia al puente en el amplísimo estudio del ingeniero
Federico Macau Vilar publicado en la ROP
del año 1962 y tomo 2962 del que tomo parte de su intervención: [...] Este puente, construido en
sillería granítica de diferentes épocas, tiene una longitud aproximada de 370
metros y consta de 7 arcos aunque `primitivamente pudiera tener 11 arcos. Los
que se ven actualmente tienen variadas luces y formas: los de los extremos y el
quinto (parte naciente margen derecha) son de medio punto y el resto, apuntados
y con traza medieval. El central tiene una luz de 43,70 metros y una flecha de
38 metros y por sus dimensiones, es el arco mayor que existe en España en su
tipología y puede que también lo sea del mundo. Los otros, van disminuyendo en
luces hacia extremos. Estos arcos se apoyan en pilas de aspecto robusto aunque
de sección en planta irregular y muy distintas unas de otras. La extraordinaria
pluviosidad del invierno de 1.959 dio lugar a la aparición de fuertes empujes
laterales que la mampostería antigua y moderna no ha podido contrarrestar,
acusando esta debilidad la aparición de grietas en todo el paramento y el
despegue de superficies de contacto en las distintas fábricas construidas en
variadas épocas. También hemos de efectuar un detenido examen de la cimentación
pues también es cierto que estos desperfectos pudieran estar ocasionados por el
movimiento en su asiento.../... Con este motivo, hemos podido
hacer un estudio recogiendo noticias y vicisitudes del puente a lo largo de su
dilatada historia. Las primeras referencias datan del año 1228 y se refieren a
la reconstrucción del obispo de Ourense Lorenzo, que dirigió aquella diócesis
entre los años 1228 y 1248. En 1.383 se vuelve a tener noticias del puente al
conceder el rey Juan I el privilegio de portazgo a Pedro Ruíz Sarmiento. En
1432 se derrumbó el arco central, estableciéndose entonces un servicio de
barcas y también se acordó la reparación de la obra, que parece que se terminó
en 1443 aunque, nuevamente, en 1449 un nuevo desastre abatió el nuevo arco. Las
obras de reparación se demoraron y el servicio de barcas siguió funcionando
entre los años 1456 y 1457. La reconstrucción se terminó en 1484 con la ayuda
del obispo Fonseca. En 1527 en Consejo reconoce nueva amenaza de ruina en el
arco central, procediéndose a su consolidación. En 1571 aparece con
deficiencias y se opta por prohibir el paso de carros y caballerías. Más
adelante, se reconstruyó el arco y se levantó una torre central de defensa y
control del pontazgo que se terminó en 1579. En el año 1591 el arco está de
nuevo en obras y en 1645 nuevamente se suspende el tráfico de carros por
deficiencias en la estructura. En 1661 fue a Ourense el maestro de obras Melchor
de Velasco Agüero que por aquellas fecha trabajaba en Santiago de Compostela y
Celanova. Con fecha 27.04.1667 firma contrato con el Concejo orensano
comprometiéndose a su reconstrucción con un presupuesto de 12.000 ducados. Las
obras se finalizaron en 1694, bastante después de la muerte de Velasco, que se
produjo en 1669 aunque sí dejó un buen estudio y planos de su restauración. Un
pequeño extracto de la memoria: [...]
Apartar el agua del río Miño que pasa junto a la pila y cepa que sustenta el
arco mayor por la parte de la madre y fuerza del río, de manera que quede seca
y sin agua la parte que fuere necesaria para el aderezo y reparo de dicha pila,
que es lo más principal de dicha obra, y apartada el agua ha de hacerse todo el
lado del paredón que reviste la pila por la parte de Cudeiro y comenzando desde
la punta del tajamar norte caminando hasta la punta del otro contra-tajamar de
la parte de Mediodía, que es el paraje donde se halla el mayor daño de la pila
y hecho lo referido buscará cimientos firmes y se volverá a plantar dicho
paredón y escarpiado en la forma que antes estaba, subiéndole el peso y nivel
de la otra mitad del escarpiado que queda por la parte del río, por hallarse
firme y seguro, de piedra crecida, asentando la mayor parte y poniendo sillares
atizonados con buena mezcla de cal y arena, añadiendo en lo alto unos palos de
yerro emplomados de una piedra a otra y que sean bien gruesos y en el remate
del tajamar y cepa ha de levantarse el tajamar hasta llegar con la punta del
escarpiado al principio del desaguadero que se halla sobre el tajamar. Aderezar
a la entrada del puente el empedrado que falta [...]. La memoria es más
amplia y se puede leer en el artículo de la ROP.
Después de esta reconstrucción no
hubo necesidad de ocuparse del puente hasta 1835 en que el arquitecto Santiago
Estévez Entrimo reparó la cimentación de las pilas del arco mayor. En 1874 una
nueva reforma eliminó los arcos extremos, quedando los 11 primigenios en los 7
actuales. En 1880 el ingeniero Sebastián M. Risco actuó sobre las pilas y
rectificó la rasante al tiempo que ensanchaba la calzada en cabeceras. En 1943 hubo de
reconstruirse un sector de 30 metros, incluyendo su muro de acompañamiento en
cabecera derecha.
Y como ya hemos indicado, en el
invierno de 1959 se produjo el derrumbamiento de la parte superior de la pila
número 4 del arco central en el paramento de aguas arriba acompañado del
agrandamiento de grietas antiguas y de la aparición de otras nuevas. Las
propuestas que planteamos son: reforzar las bóvedas con hormigón y un nuevo
tablero de hormigón armado que ensanche la cubierta o bien, un sobreadosado de
arcos, ensanchando las bóvedas al estilo que se ha utilizado en el puente de
Albi sobre el río Tarn. Algo parecido se hizo en el Ponte do Burgo, en
Pontevedra. En este caso, cundió la cordura y no se han añadido ni hormigones
ni losas de fábrica moderna. El Ponte Vella se mantuvo en activo para tráficos de vehículos a motor hasta el año 1989. Desde entonces es un puente peatonal aunque pueden transitarlo vehículos públicos de servicios.
Por último, en el año 2.016 la Xunta de Galicia aprueba presupuesto de aproximadamente 900.000.- euros para arreglos y mejoras del puente según proyecto del ingeniero Manuel Durán Fuentes y el arquitecto Manuel Durán Arriero que se efectuará en varias fases. La correspondiente a iluminación la ha llevado a cabo la empresa SETGA de la que aporto fotos de su web y que tuvo un coste de 304.110.- euros, independientemente de otras actuaciones sobre el firme del tablero, limpieza y fijación de piezas de muros, arcos y bóvedas así como la eliminación de las cañerías que cruzaban el larguero de esta obra civil. En mi modesta opinión, cualquier sistema de iluminación directo sobre la venerable piedra de un puente antiguo es inapropiado. Todas las tomas lumínicas deben de ser exentas y a distancia y así ocurre con esta actuación pero el sistema de plafones corrido con carcasas de acero a lo largo del tablero por la parte interior de pretiles está fuera de lugar en un monumento de estas características aunque se ha hecho un gran esfuerzo en mimetizarlos con la piedra. Quizás, hubiera sido más acertado -aunque más costoso- incorporar estos plafones encastrados en el adoquinado ya que no rompen la línea e impronta de los vetustos pretiles a base de ortostatos de granito que aunque no sean los originales, probablemente son del siglo XVII. En cuanto a la estética actual de la obra y fijándonos en su cabecera derecha (desde aguas arriba) tampoco parece apropiado que se invada la plataforma con sillas y mesas de un establecimiento hostelero, junto donde se encuentra el mojón del Plan Peña que, por cierto, debería restaurarse con su matrícula y PK original. Por esta entrada al puente figura un cartel turístico donde se aporta información de la antigüedad y modificaciones de la obra civil: siglo I d.C., siglo XIII, siglo XVII y siglo XIX.
Por último, en el año 2.016 la Xunta de Galicia aprueba presupuesto de aproximadamente 900.000.- euros para arreglos y mejoras del puente según proyecto del ingeniero Manuel Durán Fuentes y el arquitecto Manuel Durán Arriero que se efectuará en varias fases. La correspondiente a iluminación la ha llevado a cabo la empresa SETGA de la que aporto fotos de su web y que tuvo un coste de 304.110.- euros, independientemente de otras actuaciones sobre el firme del tablero, limpieza y fijación de piezas de muros, arcos y bóvedas así como la eliminación de las cañerías que cruzaban el larguero de esta obra civil. En mi modesta opinión, cualquier sistema de iluminación directo sobre la venerable piedra de un puente antiguo es inapropiado. Todas las tomas lumínicas deben de ser exentas y a distancia y así ocurre con esta actuación pero el sistema de plafones corrido con carcasas de acero a lo largo del tablero por la parte interior de pretiles está fuera de lugar en un monumento de estas características aunque se ha hecho un gran esfuerzo en mimetizarlos con la piedra. Quizás, hubiera sido más acertado -aunque más costoso- incorporar estos plafones encastrados en el adoquinado ya que no rompen la línea e impronta de los vetustos pretiles a base de ortostatos de granito que aunque no sean los originales, probablemente son del siglo XVII. En cuanto a la estética actual de la obra y fijándonos en su cabecera derecha (desde aguas arriba) tampoco parece apropiado que se invada la plataforma con sillas y mesas de un establecimiento hostelero, junto donde se encuentra el mojón del Plan Peña que, por cierto, debería restaurarse con su matrícula y PK original. Por esta entrada al puente figura un cartel turístico donde se aporta información de la antigüedad y modificaciones de la obra civil: siglo I d.C., siglo XIII, siglo XVII y siglo XIX.
Con muy buen acierto, se ha urbanizado en el año 2.009 el conjunto del cauce, especialmente en su
margen derecha, con un bello parque con cuidados jardines y arbolado que
realzan el objeto principal -el puente- y lo muestran a los orensanos para su
disfrute ayudando a conocer el rico patrimonio pontonero hispano. La obra es
conocida como Ponte Romana, Ponte Maior o Ponte Vella y la mítica carretera
nacional N-120 también conocida como "Camino de Santiago" tiene el
privilegio de pasar bajo la segunda bóveda ojival de este puente tan viejo en
lo que ahora se denomina Rúa Ribera Sacra, porque hacia allí va la carretera.Son muy interesantes las vistas del río y los otros puentes y pasarelas cuando paseamos por el tablero de esta estructura.
Bien, un nuevo puente para la galería del Lobo, con invitación a
lectores-viajeros curiosos para su próxima visita estando seguro de que será
del agrado y admiración de todos. Salud y buena ruta.
Para saber más: Lo trata con gran detenimiento Manuel Durán Fuentes en su tratado "La construcción de puentes romanos en Hispania", páginas 296 y ss. editado por la Xunta de Galicia en Santiago de Compostela, año 2.005. Exhaustivo estudio de esta obra se hace en el libro titulado "Pontes Históricas de Galicia", obra de Segundo Alvarado Blanco, Manuel Durán Fuentes y Carlos Nárdiz Ortíz, editado en 1991 por la Xunta de Galicia y el COICCP cuyo desarrollo se hace en las páginas 27/42 a cargo del citado Segundo Alvarado y del que se exponen aquí variadas fotos y dibujos del puente. Carlos Fernández Casado también lo trata en su obra "Historia del puente en España: Puentes Romanos", páginas 444 y ss. editado por el CSIC en el año 2.008. El libro "Puentes de España. Tránsitos de culturas", coordinado por Santiago Hernández Fernández y texto para nuestro puente de Manuel Novoa Rodríguez, con datos en ficha 26, es editado por Lunwerg en el año 2.009. El libro titulado "Menos muros y más puentes", de varios autores coordinados por Xosé Luis Barreiro Rivas y editado por el Grupo Puentes en el año 2.007 conmemorando el trigésimo aniversario de la fundación de esta empresa constructora. En el libro titulado "Diccionario de artistas que florecieron en Galicia durante los siglos XVI y XVII", obra de Pablo Pérez Costanti editada en 1930 por la "Imprenta, librería y encuadernación del Seminario Cardenalicio Central de Santiago de Compostela", se reflejan algunos de los maestros de obra y alarifes que participaron en actuaciones sobre el puente en aquellos siglos. También fue noticia el puente por cuestiones políticas como se recoge en información periodística al respecto y que se puede leer en Noticias pontoneras. Por demás, es fácil acceder a información de este puente en variadas sites de internet aunque sin duda, el trabajo más metódico y excepcional lo ofrece el blog de sloren-galeón administrado por Secundino Lorenzo.
Se sigue cierto orden cronológico en la exposición fotográfica.
Alzados hipotéticos del puente romano original. Dibujos que tomo del libro "Pontes históricas de Galicia".
Sección del puente con la original torre de defensa. Grabado del siglo XVIII que custodia el Archivo Histórico de Ourense. (Tomado del libro "Pontes históricas de Galicia)
Preciosa fotografía de Jean Laurent Minier (1816/1886) que se podría datar entre los años 1855 y 1867, período de mayor auge de este fotógrafo en España.
Postal de los años 30 del siglo XX que exhibe el libro "Pontes historicas de Galicia".
Foto de la revista ROP del año 1.960 tomo 2943 en la que se comentan derrumbes a consecuencia de las fuertes crecidas de aquel año.
Alzado del puente de Federico Macau con estudio geológico de su asentamiento. Año 1962
Dibujo de sección por el eje de la pila central con detalle de actuaciones históricas. Federico Macau en la ROP mencionada.
Sección de ancho del puente tras el proyecto de ensanche por medio de arcos de hormigón armado. Federico Macau en ROP citada.
Aspecto del puente tras su ampliación por medio de subarcos de hormigón armado según proyecto no ejecutado de Federico Macau en ROP 1962 tomo 2962.
Vieja fotografía de 1.987 realizada antes de la incorporación del Paseo do Miño. De la revista MOPU Nº 345 de fecha julio-agosto de 1.987
Ilustración de Antonio Aragüez Vela para la Revista MOPU de julio-agosto de 1.987
Dibujo de alzado y planta del puente probablemente realizado hacia 1990 que figura en el libro titulado "Pontes históricas de Galicia"
Diferentes tomas del puente, algunas de detalle, que figuran en el libro "Pontes históricas de Galicia", probablemente tomadas a finales de los año 80 del siglo XX.
Variadas marcas de cantero grabadas en diferentes sillares del puente. Información tomada del libro "Pontes históricas de Galicia".
Buena perspectiva del puente en toma de Xurxo Lobato, hacia el año 2.006 y que se publicó en el libro "Menos muros y más puentes", editado por Grupo Puentes en el año 2.007.
Instantánea de fecha 23.09.2009 desde la N-120
Dos fotos de cabecera derecha y tablero de fecha 08.04.2014 en las que se observa el mojón comentado en el texto.
Marcas de cantero con caracteres del alfabeto griego.
Paseo do Miño
Tanda de fotos de fecha 04.06.2014
Tanda de fotos de fecha 10.08.2016
Fotos de la calzada del puente. Inicio de las obras de rehabilitación en el año 2.016
Foto de fecha 04.09.2016 Diario La Región. Dentro de las obras de rehabilitación, por fin, se procede a retirar las tuberías adosadas al puente.
Nuevo sistema de iluminación del puente tras la reforma del año 2016 efectuado por la empresa SETGA cuyas fotografías tomo de la web institucional de esta sociedad.
Cartel informativo y muy gráfico de varios de los puentes sobre el río Miño a su paso por Ourense. Ya iré subiendo el resto con tranquilidad y tiempo, jeje.
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