jueves, 27 de julio de 2023

PUENTE FERROVIARIO DE SORIA

 PUENTE FERROVIARIO SOBRE EL RÍO DUERO
SORIA
N-234 PK 349,240
LINEA FFCC DE SANTANDER-MEDITERRÁNEO

Este ferrocarril tuvo antecedentes muy variados, obedeciendo al interés de  establecer líneas cuyos trazados son coincidentes en parte. En el año 1865 Cesar D. Allhard de Cadseneuve solicitó un ferrocarril desde Burgos al Mediterráneo con término en Sagunto. Otros partiendo de Burgos a Soria y a Ontaneda, el primero sobre un proyecto de Antonio Álvarez y el segundo por solicitud de Manuel Gutiérrez Ballesteros aunque ninguno de los dos se llevaron a efecto.

En 1879 prevaleció la idea de construir un ferrocarril que uniera los puertos de Bilbao y de Santander con Burgos. De manera que en 1889 se redactó un proyecto por los ingenieros de caminos Emilio Riera y Antonio María Coll y Puig, en el que se contemplaban 464 kilómetros de itinerario hasta Madrid  de los que 164 lo eran entre Santander y Burgos, con un presupuesto de 112.000.000 pesetas en vía doble y un ramal desde Bercedo a Bilbao. Más adelante, en el año 1910 se celebró  en Santander la Asamblea constituida por las representaciones de Burgos, Soria, Zaragoza, Calatayud y Santander para tratar de la construcción de las líneas férreas de Santander a  Burgos, Soria y Calatayud, subvencionadas con fondos estatales y que pretendía enlazar con Valencia a través de la explotación que llevaba a cabo el “Ferrocarril Central de Aragón”. Hubo varios encuentros y reuniones de gestión entre políticos y empresarios para consensuar este proyecto según recoge la revista “La Actualidad Financiera” en fecha 29.09.1910. Hasta en Cantabria se formó un Sindicato para llevarlo a efecto, solicitando a la Administración su concesión con la presentación de un “Pliego de Condiciones Particulares de la Concesión” entre las que se contemplaba la autorización para la ocupación forzosa de los terrenos por la Ley de junio de 1894, la concesión por 99 años dando 5 años de plazo para ejecutar las obras y la no aportación de subvenciones por el Estado. El proyecto se abandonó y no se llevó a cabo. Aquella línea atravesaría la divisoria  a Burgos por el puerto de Tornos, con un itinerario desde Santander, por Liérganes, Arredondo, Fresnedo, Bercedo, Medina de Pomar , Poza de la Sal , Burgos, Lerma, Aranda de Duero, Somosierra, Buitrago de Lozoya, Colmenar y Madrid. La milicia, por su parte, personificado en el comandante de ingenieros  Eusebio Jiménez Lluesma, incluyeron el estudio de este ferrocarril  en su estrategia aduciendo su interés militar, sobre un estudio concluido en septiembre de 1902 pero no pasó de su Comisión Militar. No obstante el nuevo “Plan de Ferrocarriles Estratégicos” comprendido en la Ley de 26 de marzo de 1908 contemplaba estos dos trazados: Burgos a San Leonardo y Quintana de la Sierra así como el de Soria a Calatayud, sector que, por fin, pone sobre la mesa la necesidad del puente que presentamos.  Para completar este puzle hay que focalizar estos proyectos e ideas en un trazado de Burgos-Soria-Calatayud el cual fue objeto de un estudio  propiciado por las Diputaciones de Burgos, Soria y Zaragoza, muy interesadas en su construcción ya que lo que se pretendía era enlazar en Calatayud con la línea de “Central de Aragón” que ya tenía el trazado de Teruel a Sagunto-Valencia.

Un tres estratégico entre Ontaneda y Calatayud redactado en 1908 fue aprobado por Fomento en 1912, pasando de ser métrico al ancho Ibérico, con la condición impuesta por los militares de su paso obligado por Trespaderne. Sin embargo una noticia insertada en la “Gaceta de los Caminos de Hierro” de fecha 01.10.1908 dio a conocer los estudios que llevaba a cabo encaminados a redactar un proyecto sobre esta línea  a cargo de la firma londinense  Williams y Compañía, manifestando que a finales de 1908 se encontraban casi concluidos. Lo cierto es que, paralelamente, siguen progresando los encuentros y acuerdos entre políticos, diputaciones e incluso el Ayuntamiento de Soria: Se encarga a Luis Higes en el año 1909 la redacción de una memoria y se contrata al ingeniero Ramón de Aguinaga para que haga el presupuesto económico de la línea y su coste de aproximadamente 60.000.- pesetas se pudo sufragar por estas administraciones para el citado proyecto ferroviario de Burgos-Soria-Calatayud, todo un avance. Por otra parte y desde 1910 también se movían en Cantabria para sacar adelante la conexión del estratégico Ontaneda-Burgos-Soria-Calatayud. La fragmentación de estas pequeñas líneas de vía estrecha, creo que se refería a los Astillero-Ontaneda, Ontaneda-Burgos-, Burgos-San Leonardo por Quintana de la Sierra, Quintana de la Sierra-Soria y por último, Soria-Calatayud. Este periplo de caminos de hierro suponía un trayecto de 427 kilómetros justo entre las ciudades de Santander y Calatayud (por Burgos y Soria). Lo cierto es que, por aquellas fechas, solo había realmente 44 kilómetros en explotación.

Aunque las variadas asambleas y conciertos regionales pretendían iniciar este proyecto hacia el año 1911, se olvidaba la rigidez burocrática, ministerial y hasta parlamentaria al respecto. Por ejemplo, el informe de la Junta de Defensa Nacional, el Ministerio de Fomento, el Parlamento Nacional y luego,  subasta de adjudicación y concesión administrativa. Curiosamente y en contra de lo que ocurría en otras concesiones a compañías extranjeras como eran “The Spanish Railway Company Limited” o bien, “The Great Railway of Spain”, se trataba de constituir una empresa de capital netamente español pero lo cierto es que ambas se introdujeron en el proyecto a través de su participación en la compañía española con la razón social “Vasco Castellana” que ya explotaba el ferrocarril directo Madrid-Bilbao. Las sociedades extranjeras mencionadas ya tenían representación en España a través de una oficina conjunta en San Sebastián que dirigía Mr F.M. White.

La Dirección General de Obras Públicas a través de la Real Orden de 17 de febrero de 1910, en cumplimiento de los términos de la Ley de Ferrocarriles  Secundarios y Estratégicos de 26 de marzo de 1908 resolvió abrir el concurso de proyectos para el estratégico de Burgos a Calatayud por Soria , con dos soluciones , una  pasando por San Leonardo y otra por Quintanar de la Sierra. Este Ferrocarril contemplaría las tres líneas incluidas en el plan de ferrocarriles estratégicos, con las siguientes denominaciones: a) De Burgos a San Leonardo o Quintanar de la Sierra. b) de Soria a San Leonardo o Quintanar de la Sierra y c) De Soria a Calatayud. Entre las bases del concurso destaca que sea vía métrica, estableciendo muelles comunes en las estaciones de enlace con otros ferrocarriles de distinto ancho. Los radios de curvatura no bajarían de los 120 ml y las pendientes no excederían las 20 milésimas, disponiendo se empleara el carril de 30 Kg/ml y el las pendientes el de 35 kg/ml, completando otras bases de carácter militar que debería contemplar el proyecto. Fijando el plazo de admisión de proyectos para el 22 de febrero de 1911.

No debemos olvidar el otro proyecto -en parte malogrado- del estratégico de Burgos por Trespaderne, Villarcayo y Cabañas de Virtus que ciertamente debería completar lo que se denominaba “Ferrocarril de Santander-Mediterráneo”. Se produjeron diferentes reuniones de Diputaciones, Ayuntamiento y entidades privadas en Santander y hasta se formó la llamada “Comisión del FC Santander-Burgos” presidida por Pérez Molina que intentaba elaborar esas conexiones de Ontaneda-Burgos y Burgos-Soria-Calatayud. También se intentaba unificar las empresas explotadoras, esto es, la “Central de Aragón” y la de “Astillero-Ontaneda”. A este respecto y teniendo en cuentas las continuas paralizaciones de proyectos ferroviarios por aquellas fechas, es curioso el comentario que hace el propio ministro del ramo Señor Gasset: […] Que para no perder la inveterada costumbre de todos los políticos, generosos en promesas y parcos en hechos …/… apoyaría el establecimiento de dicho ferrocarril, incluido en un futuro proyecto de ferrocarriles estratégicos y secundarios, en preparación para ser remitido al Senado […].

Ese mismo mes -junio de 1916- se celebró en la Diputación de Santander, una reunión convocada por el Comisario Regia de Fomento, para dar cuenta de la proposición presentada al Consejo de Fomento por Isidoro del Campo, sobre la construcción del ferrocarril de Santander, Burgos, Soria a Calatayud. En dicha reunión, haciendo historia de las gestiones, el representante de la Cámara de Comercio de Santander recordó la formación de una comisión ejecutiva pro-ferrocarril, destacó los contactos mantenidos con una empresa francesa interesada en el proyecto, que tuvo que posponerse por efectos de la guerra europea (GCH, 16.06.1916) y se cifraba el costo del ferrocarril en 110.000.000.- de pesetas, manifestando la dificultad de encontrar en España la financiación necesaria para acometer el proyecto y dando a conocer las gestiones del Gobierno, en EEUU, destinadas a conseguir financiación para la red de ferrocarriles secundarios. Transcurrido el tiempo, los diversos informes sobre esta línea, entre ellos  los del Estado Mayor Central del Ejercito, se declararon partidarios de la adopción de la vía ancha (1672 mm) a los que se sumaron los de la División de Ferrocarriles y los del Consejo Superior de Obras Públicas. Concediendo la ley  de 1 de julio de 1924 (Gaceta de Madrid, 02.07.1924) un plazo de 8 años para su ejecución, garantizado el Estado  el 5 % del capital, resultante de aplicar el coste por kilómetro de 838.548 pesetas por el número de kilómetros definitivos, hasta un límite de 415,659 Kilómetros. Quedando el Estado a la espera de anunciar la subasta de la ejecución de la línea.

En tanto se adaptaba la línea para el ancho ibérico se solicitaría la aprobación del Gobierno y se gestionaría de las empresas bancarias los medios de obtener el capital de construcción. Aguinaga adelantó una Memoria fechada el 30 de mayo de 1920, en la que reflejó los siguientes datos: La longitud del recorrido total Santander-Valencia, 762 kilómetros; trayectos  de Santander Ontaneda y Calatayud Valencia, 338 kilómetros; trayectos a construir, 176 kilómetros entre Ontaneda y Burgos, y 248 Kilómetros de Burgos a Calatayud. Los cálculos de Aguinaga diferían de otros que difundía la prensa, más cercanos a la cifra de 348,5 millones de pesetas y se señalaba un plazo de 8 años para su construcción, La subasta se realizaría según la DGOP en fecha 10.09.1924. Aunque el Gobierno -con competentes técnicos en la materia- se oponía a este proyecto, al final, se aprobó con fecha 02.07.1924 según la “Gaceta de Madrid”.

Previamente, el ingeniero  Ramón de Aguinaga, autor del proyecto de este ferrocarril, recorrió la línea  conjuntamente con una comisión de ingenieros ingleses integrada por los Sres. Scott, A. Brooks, E. Try, Warte y Addison destacados por un grupo inversor inglés (Gaceta de los Caminos de Hierro, 01.10.1922) y según sus cálculos las aportaciones de tráfico se cifraban en el 50 % de los tráficos de los puertos de Santander y de Valencia, cifradas en 3.000.000 Tm, a lo que se añadirían 86.000 Tm de leñas  y 3.265 de resinas de los montes de Burgos, en una optimista apreciación, al parecer, no contrastada.

Someramente y para no alargar el asunto, comentar que la línea fue concebida partiendo de Santander, enlazando con el de Astillero a Ontaneda, convenientemente ampliado al ancho ibérico y en su vertiente Sur, con el Central de Aragón, mediante un trazado de 366 Km entre Cidad-Dosante, Burgos y Soria a enlazar en Calatayud sobre la base de un proyecto incluido en la Ley General de Ferrocarriles Estratégicos y Secundarios de 1908. Los ingenieros Aguinaga, padre e hijo, ya se presentaron al concurso de proyectos convocado en 1908 y al nuevo desarrollo de 1912. Por orden de la 3ª División de Ferrocarriles se desplazó a Calatayud un ingeniero de caminos y varios ayudantes de Obras Públicas para verificar la confrontación  de los datos consignados en los estudios llevados a cabo por los ingenieros Ramón Aguinaga y su hijo según nos cuenta la revista “Adelante” en fecha 25.10.1911. El proyecto contemplaba un ferrocarril  de vía estrecha, que partiría de Ontaneda – en la línea  de 45  kilómetros entre Ontaneda y Santander- atravesando la Sierra del Escudo  seguiría por Saelices y Villarcayo hasta alcanzar Burgos, donde se pensaba enlazar con el proyectado Ferrocarril del Meridiano entre Madrid y Burgos. Y así queda claro que la variación del ancho de vía sobre la base del anterior proyecto y  la propuesta de prolongación entre Burgos y Calatayud  donde enlazaría con el Central de Aragón, permitiría conectar el puerto de Santander con los de Sagunto y Valencia, conformando una red cuyos 734 km de recorrido se cubrirían aprovechando los 237 kms del Central de Aragón entre Torrelapaja y Rubielos de Mora. Proyectada inicialmente en vía estrecha, obedeciendo a una  solicitud del ministerio de la Guerra al de Fomento, se autorizó finalmente en vía ancha. Con fecha 10.09.1924 se fija la celebración de la subasta pública y con fecha 02.07.1924 el pliego de condiciones aprobadas y el material móvil necesario. Respecto a los capitales extranjero, al final prevaleció que los derechos fueran transferidos, el 29 de septiembre de 1924, por autorización administrativa del 9 de octubre siguiente, a la The Anglo-Spanish Company Limited,  un grupo inversor inglés que creó la sociedad “Santander-Mediterráneo, Compañía del Ferrocarril Estratégico Santander-Burgos-Soria-Calatayud, S.A.”. sociedad que, previo depósito de 17.427.510,18 pesetas para atender la fianza exigida en el pliego de condiciones particulares de la concesión, inició las obras en el plazo fijado.

Para la ejecución de los trabajos de replanteo de la línea, se formaron cuatro brigadas con un ingeniero de caminos a la cabeza de cada brigada, con cabecera en las localidades de Burgos, Modrivar de la Empedrada, Hortigüela y Revilla del Campo. Quedando en las oficinas de la compañía otros cuatro ingenieros encargados  de los trabajos generales. En total se movilizaron 20 ingenieros entre los que se encontraban, Ramón de Aguinaga, Moisés del Barrio y Juan Casado. En diciembre de 1924 el replanteo estaba hecho hasta Cojóbar, por una vertiente y hasta Sotopalacios por la otra, alcanzando la divisoria al entrar en la provincia de Santander, donde los trabajos no serían fáciles debido a lo quebrado del terreno, quedando a la espera de iniciar las obras dentro de los primeros meses de 1925. Se iniciaron las mismas desde Burgos en ambas direcciones, hacia Santander y hacia Soria, según cuenta la “Gaceta de los Caminos de Hierro en fecha 01.12.1924. El ingeniero inglés Mr. Walter, representante de “The Anglo Spanish Construction Company”, actuaba como Gerente de la sociedad Santander-Mediterráneo.

La compañía tuvo terminadas las obras de explanación, tajeas y alcantarillas de los 60 kilómetros de la sección Burgos-Salas de los Infantes, y en periodo de cimentación los puentes sobre los ríos Arlanza, San Martin, Pedroso, Ausines y Jaramillo. Destacando en dicha sección es un túnel de 600 metros de longitud, entre Cardeñadijo y Modúbar, estando ejecutado el revestimiento de hormigón. El tendido de la vía normal definitiva era efectuando diligentemente, utilizando material de tracción y móvil, de ancho 1,67 ml. En Burgos, junto a la estación del Norte, se estableció un Parque general de materiales, talleres, garaje, etc., con elementos de todas clases, maquinaria, locomóviles, hormigoneras, carriles, traviesas, locomotoras, vagones, grúas, camiones, coches, etc., que sirven  a todas las obras de la línea y allí se organizaban los trenes de trabajo, en espera que a fines de 1926 pudiera abrirse al tráfico la sección Burgos-Salas. Para diligenciar los trabajos se nombró jefe del Servicio del Tráfico al ingeniero Ignacio Montoya que procedía de la  Jefatura del Movimiento en la línea de Calahorra a Arnedillo. La rápida construcción de la línea -iniciada en 1925- permitió la terminación en 1927 del primer  tramo entre Burgos y Cabezón de la Sierra de 72,6 Km, inaugurado   el 13 de abril de 1927 con asistencia del presidente del Gobierno, del Ministro de Fomento y del Director General de Ferrocarriles Antonio Faquineto. El trazado de esta sección inaugurada  era de trazado muy accidentado al cruzar las cuencas del Arlanzón , del Arlanza y del Ciruelos. Las divisorias entre el Arlanzón y el Ausines se cruzan mediante un túnel de  600 ml construido en doble vía al igual que las obras de fábrica. El S.M. utilizó en Burgos la estación de la Compañía del  Norte con la que suscribió un convenio. El trozo segundo de la sección Cabezón de la Sierra-Soria, llevaba muy adelantados los trabajos y se abrirá a la explotación a principios de 1928, y en otras secciones las obras van avanzando adecuadamente, siendo de esperar que los 1.415 kilómetros del conjunto de redes que integran la totalidad  puedan abrirse al tráfico antes de los ocho años, estipulados en la concesión.

Lo cierto es que existieron diferentes replanteos y modificandos entre los que se encontraba la cuestión de Cidad-Santander y su enlace con la línea de La Norte. El Estado intentó animar a las sociales implicadas con generosas subvenciones -como siempre- lo que propició un rápido desarrollo de las obras de construcción. Se compartimentaros las secciones así a partir de 1925:

Km

Tramo

Fechas de apertura

72,6

Burgos-San Zoles á Cabezón de la Sierra

14 agosto 1927

21,9

Burgos-San Zoles á Peñahorada

25 agosto 1928

82,7

Cabezón de la Sierra á Soria-Cañuelo

25 enero 1929

95,9

Soria-Cañuelo á Calatayud

23 octubre 1929 (a)

48,5

Peñahoradada á Trespaderne

5 noviembre 1929

44,7

Trespaderne á Cidad Dosante

25 noviembre 1930

El tramo Soria-Calatayud, que es el que afecta a nuestro puente, se inauguró oficialmente el 21.10.1929 según informa la revista “Ingeniería y Construcción, noviembre de 1929). Previamente, en enero de 1929 se había inaugurado el tramo Burgos-Soria de 155 kilómetros aunque la estación de Soria seguía en construcción y el sector Torralba-Soria también estaba acabándose.

En realidad esta línea fue la principal obra ferroviaria del Directorio de Primo de Rivera, que se terminó. Se varió el tramo entre Cidad y Ontaneda y se propició la prolongación de la línea hasta Santander, mediante el estudio de esta prolongación que nunca  se llegó a construir. Sin embargo se modificó el ancho de vía, pasando de métrico al de la vía ancha española de 1670 mm basado en el proyecto aprobado en 1924 de 415,65 kilómetros entre Ontaneda y Calatayud, sin embargo en el proyecto modificado de 1927 se concedió un plazo de dos años para establecer el final de la línea en Santander, proyecto que nunca se llevó a efecto , quedando el fin de la línea en Cidad, una localidad sin enlace con Santander, al quedar  inconcluso el tramo de Cidad a Ontaneda.

En el Ferrocarril Estratégico de Ontaneda-Burgos-Soria-Calatayud, se hizo pública la circular de 22 de Marzo de 1929  por la que se anunciaba que a partir del día 15 de marzo de 1929 y entre la Compañía de Santander Mediterráneo y la de Soria-Navarra (Torralba a Soria) quedaba establecido el servicio combinado de viajeros y equipajes y entre las mismas Compañías y sus líneas combinadas el de toda clase de transportes en grande y pequeña velocidad (con excepción provisional de los de viajeros, equipajes, perros y trenes especiales) en los empalmes de Burgos y Soria. Estaba anunciada la inauguración de la sección Soria-Calatayud, de una longitud de 96 kilómetros que concernía al ferrocarril Santander-Mediterráneo. Se sigue completando este pandemónium ferroviario y así, se sabe que entre Soria y Calatayud se construirían doce estaciones y apartaderos, y en esta última estación estaba el enlace, en combinación, con las Compañías de Madrid a Zaragoza y a Alicante y con la del Central de Aragón. También se esperaba que en el mes de noviembre de 1929 se pudiera abrir al  tráfico el trozo de Peñahoradada a Trespaderne, y para principios de 1930 el de Trespaderne a Cidad, en cuya estación se establecería el empalme con el ferrocarril de La Robla a Valmaseda. Ahí es nada, el Tren de La Robla.

La vía que se construyó con carril  de 45 kg/m2 dispuesto en doble vía en todos los túneles,  y dos puentes principales uno de 70 metros sobre el Duero y  otro sobre el Ebro, disponiendo de depósitos y talleres en  Soria  y Villarcayo y  de reservas en Burgos y Calatayud. Una de las principales características de su trazado fue la sustitución de las primitivas curvas de transición de 75 ml a 120 y 180 ml , llevadas a cabo en 1940. La ejecución de sus 13 túneles, destacando el de Malanquilla y Torrelapaja. Su perfil variaba entre los 1174 metros de altitud en Cabrejas del Campo y los 523 metros en el cargadero de El Recuenco, junto a Calatayud. La compañía del Santander-Mediterráneo, a partir del 22 de marzo de 1929, realizó servicios combinados  con la de Soria a Navarra (Torralba a Soria), por los enlaces de Burgos y Soria (Gaceta de los Caminos de Hierro, 10.04.1929).

Este ferrocarril concurriría en los requisitos señalados en el artículo 1º de la Ley de Intervención del Estado en los ferrocarriles de 9 de septiembre de 1932. A la vista de las circunstancias, se incluía a esta compañía en la intervención del Estado según dicha ley siendo Presidente del Gobierno Niceto Alcalá-Zamora Torres y Ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto Tuero.  Parte de la falta de confianza gubernamental se basaba en los fallidos proyectos para el sector de 65 kilómetros que afectaban al trazado de Cidad a Santander por los valles del Pas y del Pisueña. Problema que ya advertía en una conferencia el militar e ingeniero industrial Miguel Martínez de Septién en julio de 1933 en que alertaba a la ciudad de Santander que este ferrocarril solo llegaba a Cidad, pese a los diferentes trazados en el ministerio de  Obras Públicas. Señaló el conferenciante que debería subsanarse este problema accediendo a Santander por las cuencas de los ríos Pas y  Pisueña por Sarón, cuyo trazado entre Santander  y Trespaderne sería de 129 Km su distancia real y de 374 la virtual con tracción eléctrica. Ciertamente, Bilbao-Valencia por Miranda de Ebro era de 694 km y por Trespaderne-Soria-Calatayud era de 703 mientras que los trazados por las cuencas de Pisueña y Pas serían de 747 km, algo mayores. Una nueva comisión encargó al ingeniero Paz Maroto un nuevo proyecto que tuvo su informe favorable.

Paz Maroto diseñó un trozo ferroviario para alcanzar Santander que partía 2 km antes de  Moneo, en el valle de Trueba al Portillo de la Sía con el túnel en la división  de dicho Portillo, Seguía por el valle  de la Gándara, hasta el condado de Ansón, su valle y Miera. Arrancando en línea recta desde Liérganes al Astillero y cruzando el túnel de Peña Cabarga. La longitud del proyecto de los ingenieros del Estado era de 84,740 km y  entre Santander y Burgos de 169,494 km. La controversia también venía de la presión de la administración de Euskadi que quería una bifurcación a Bilbao.

Con respecto a lo que nos ocupa, destacar que la inauguración del tramo entre Calatayud y Soria tuvo lugar el 21 de octubre de 1929, designada la estación de Torrelapaja como lugar en el que deberían concurrir los trenes inaugurales salidos desde Soria y Calatayud. Entraron en servicio los apartaderos de Claròs, Malanquilla, Tordesalas, Martialay, Cabrejas del Pinar, Terminó-Castellanos, siempre en la parte de línea entre Calatayud a Trespaderme, según informa la “Gaceta de los Caminos de Hierro” en fecha 01.07.1930. Más tarde, en fecha 20.11.1930 se inauguraría el controvertido tramo de 45 kilómetros entre Trespaderne y Cidad. Al final, resultó que estos 360 kilómetros de camino de hierro previstos para construir en 8 años, se realizaron en 6 años. No está mal. Tampoco su primer director, el ingeniero Ramón Aguinaga Arrechea, pudo contemplar terminado su proyecto por fallecimiento, al faltar en inconcluso tramo que acababa en Santander. Los últimos kilómetros de endiablado relieve -aproximadamente 20 kilómetros- se asignaron al ingeniero Kowalsky que ya tenía experiencia por su traza del ferrocarril de Madrid-Burgos. También se desplazó desde la Administración Central al ingeniero Juan Menéndez Campillo para desbloquear el famoso tramo 7º y decidir si se seguía con el proyecto o no. Lo cierto es que la sección Santelices-Boo del 7º tramo se adjudicó mucho después, en agosto de 1955, a la empresa “Sociedad Anónima Portolés y Compañía” que lo acabó en 8 meses. El resto de tramos, ya bajo la autoridad de RENFE, contemplaron costosas obras entre ellas el túnel de Engaña de 6.976 ml el de mayor longitud de la red española, el viaducto sobre el Nela y la construcción de la estaciones de Valdeporres, Engaña, Vera y Boo cuya contrata consiguió la Empresa Ferrocarriles y Construcciones. Definitivamente, se paralizaron estas obras en el año 1959 y clausurándose la línea por decisión tomada en el Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 1984, siendo ministro de O.P. Enrique Barón, quedando únicamente autorizados a permanecer en servicio  los 8 Kilómetros entre Burgos y el cargadero de Villalonquejar.

Respecto a la gesta del túnel de La Engaña, que  era el de mayor envergadura de toda la línea, calado a lo largo de sus 6.976 ml, entre Vega de Pas ( Cantabria) y Pedrosa de Valdeporras ( Burgos), previsto para  vía doble, parece que se acabó en 1961 pero no se dispusieron los carriles de acero por lo que la estructura nunca se utilizó. Según la periodista Teresa  Cobo, que lo identifica como “La hazaña estéril” tiene 400 metros en curva, el resto de la galería discurre en línea recta, con un diámetro de 9 metros con  pendiente entre las bocas de un 2% y buena fábrica de sillería y mampostería en las boquillas de entrada. Su construcción  se inició en   febrero de 1941 y concluyó en mayo de 1959, a pesar de que su ejecución estaba prevista completarla en 52 meses. Inicialmente fue concebido a principios de siglo XX para dar servicio a la malograda línea Santander-Burgos, pero el proyecto fue después incorporado al ferrocarril Santander-Mediterráneo como el túnel más importantes de los 32 necesarios en sus 675 km de trazado. La vía -como ya se ha indicado- se construyó  a falta de 67,5 km hasta  Santander.

Puentes de la línea : todos ellos eran metálicos

Puente nº

Situación

Puente nº

Situación

Puente nº

Situación

1

Rio Jalón

17

Rio Ciruelos (camino de las Huelgas)

33

Rio Ebro

2

Rio Ribota

18

Rio Arlanza

34

Carretera N-629

3

Barranco de Pinilla

19

Rio Pedroso

35

Bustillo de Villarcayo

4

Camino de Brijuesca

20

Rio del Salcedal

36

Rio Nela

5

Rambla de Ribota

21

Rio San Martin

37

Santa Olalla

6

Carretera N-234

22

Rio Valparaiso

38

Sigüenza

7

Rio Manubles

23

Fc Madrid-Hendaya

39

Rio Nela

8

Carretera N-234

24

Camino de Villargamar

40

Escanduso

9

Rio Rituerto

25

Avda de Palencia

41

Escaño

10

Rio Duero

26

Rio Arlanzón

42

Puentedey

11

Carretera N-111

27

Paseo de las Fuentecillas

43

Rio Nela

12

Puente de la Sotilla

28

FC Madrid – Burgos

44

Rio Nela

13

Carretera N-234

29

Rio Ubierna

45

Rio Nela

14

Carretera N-234

30

Rio Ubierna

46

Cidad

15

Plaza General Mola

31

Carretera CL-629

16

Rio de Beceda

32

Rio Oca

El túnel de La Engaña fue objeto de estudio para ser reconvertidos sus restos en Vía Verde. Un proyecto que contó inicialmente con 250.000 €  a aportar por la Junta de Castilla-León y la de Cantabria, de los 15.000.000.-  € necesarios para cubrir el proyecto, de la rehabilitación de los 7 Km entre el Norte de Burgos y Cantabria. Un proyecto, del que se solicitó al ejecutivo , apoyos para llevarlo a cabo y ya existen pequeños tramos realizados.

Respecto al nuevo “Santander-Mediterráneo” que viene solicitando la Junta de Cantabria se basa precisamente en lo que supuso el abandono de los 388,500 kilómetros (Calatayud-Cidad Dosante) que se pretende renacer con nuevas iniciativas impulsadas desde 1991 con la creación de la “Coordinadora Pro-Reapertura del FC Santander-Mediterráneo”  que tras desarrollar varias actividades llegaron a promover en 1994 una compañía privada que se hiciera cargo del ferrocarril, constituyendo el 25 de noviembre de 1995  la “Compañía del Ferrocarril Santander Mediterráneo”, llevada adelante con toda clase de garantías legales al acogerse a las directivas europeas 91/440, 95/18, 95/19 y a las normativas de Renfe constituyendo su actividad como compañía operadora haciendo frente a la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, norma legislativa española que mantiene flecos contrarios a las directivas de UE.

El plan de la nueva “Compañía del Ferrocarril Santander Mediterráneo” es prudente, de acuerdo con las aportaciones recibidas y con la escasa tesorería disponible para tan magno proyecto. De momento se retomaron trabajos de acondicionamiento de la línea, a la espera que la concesión solicitada al Ministerio de Fomento surgiera sus efectos. Se han iniciado tales trabajos, gracias a la autorización de la Jefatura Territorial de la UE de Mantenimiento de infraestructuras de Renfe, para recorrido de la línea con material propio, excepto los tramos en uso de Burgos a la bifurcación de Villalonquejar y de Soria a la bifurcación de Valcorba. Esta loable iniciativa merece atención especial de todas las asociaciones de Amigos del Ferrocarril y simpatizantes del proyecto. Quizás, uno de los problemas es el de adecuar un ancho de vía europeo a un trazado diseñado para el ancho ibérico. Ya veremos.

No quiero dejar de señalar, dentro de la historia pontonera ferroviaria, uno de los hitos más significativos en la ingeniería anterior a lo que representa el inicio del siglo XX. Circula por la red una vieja fotografía del paradigmático puente sobre el río Golmayo, en Soria, muy cerca de la propia capital. Aquella línea ferroviaria, una de las más antiguas de nuestro territorio, trataba de unir las localidades de Torralba  con Soria por medio de unas conexiones que afectaban a la de Madrid-Zaragoza y Alsasua. Ya la solicitó Julián Duro a Fomento en 1861. Originariamente se denominó “Ferrocarril de Baides a Castejón” según proyecto del arquitecto Segundo Díaz informado favorablemente por el ingeniero-jefe provincial Señor Godino. Lo relevante del asunto es que en aquellos tiempos, tomaron protagonismo algunos ingenieros de caminos míticos de la época decimonónica y quiero señalarlo. La Ley del Gobierno de la I República -emitida el 2 de julio de 1870-  signada por José Echegaray Eizaguirre como Ministro de Fomento dentro del gabinete de Francisco Serrano, contempló la autorización al Gobierno de una línea  de Torralba  al punto más conveniente de  la de Zaragoza a Alsasua. Se tomo en consideración un primitivo proyecto del año 1863 redactado por otro ingeniero ejemplar, Eduardo Saavedra Moragas, lo que permitió con posterioridad el establecimiento de una línea ferroviaria entre Soria y la línea de MZA entre Madrid y Zaragoza,  vieja aspiración de las fuerzas vivas de Soria. La inauguración tuvo lugar el 1 de julio de 1892, con la recepción de la estación de Soria San Francisco, no concluida al estar pendientes todavía algunas obras. Este trayecto cruzaba el río Duero por el puente de Almazán (ver ROP año 1887, tomo VI). La línea se abandonó en 1996 y aún subsiste en el PK 0 de Soria la aguja de empalme de esta línea con la de Santander-Mediterráneo.  Obviamente, las estructuras metálicas en hierro dulce de Saavedra han desaparecido pero todavía se pueden ver fotos de su excepcional puente en León sobre el río Bernesga en este blog donde hay enlaces a otras estructuras que diseñó aunque ya no existan porque se sustituyeron por otras obras en celosía pero de acero.

Características actuales de la obra. Como se desprende de las fotografías aportadas, se trata de una triple estructura que salva el zócalo profundo que conformó el cauce del río Duero a lo largo de milenios. Desde las mesetas exteriores que además están a distinta cota se lanza un puente-viga central que salva estrictamente el cauce del río pero que se apoya en otros dos estribos intermedios de fábrica de los que emergen sendos vanos que se empotran en los zócalos de piedra arenisca y margas que componen los muros de encauzamiento naturales del río Duero. La estructura completa puede llegar a los 110 metros y se diseña de modo esviado con respecto a la perpendicular del cauce. Se compone de una viga central en vuelo sobre el cauce con una longitud aproximada de 60 metros y los dos pontones anejos, el de la cabecera derecha con una longitud de 20 metros aproximadamente y luz de 8 metros y el de la cabecera izquierda con una longitud total de fábrica de 30 metros y luz del vano de otros 8 metros. La anchura media del tablero varía entre la de la viga que es de aproximadamente 5,50 metros, diseñada para un carril ibérico y dos andenes de inspección y lo correspondiente a estribos intermedios de fábrica y estribos perdidos de extremos donde el ancho llega a 12 metros dado que el proyecto de esta línea era para doble vía aunque nunca se llevó a cabo esta ampliación.

La estructura principal lo compone la viga metálica en vuelo de 60 metros de longitud -hay autores que la elevan hasta los 70 metros- y una altura entre cordones de 10 metros. Es una viga del tipo Pratt, muy utilizada en la ingeniería ferroviaria desde antiguo ya que su patente tiene origen en el año 1844 para estructuras de madera a las que se fue incorporando el hierro en palastros y diagonales hasta que, definitivamente, se elaboraron en hierro y terminaron en acero. En este caso, la viga es del tipo túnel o cajón ya que dispone de refuerzos en cielo y está tipificada como viga de tablero inferior pues es en la base donde se dispone el tablero con los carriles. Estas estructuras metálica se componen de diferentes tipos de aceros laminados ya sea en anchura, longitud y calibre. Se ensamblan al modo mecano, poco a poco y según piezas ya elaboradas. Se parte de los largueros longitudinales, dos a dos, esto es, dos en la base y otros dos en cenit de la estructura que cubren la longitud que se solicita; estas vigas, de apariencia en sección en T o doble T se unen con refuerzo verticales de menor calibre aunque de igual forma con montantes verticales que actúan a compresión de cargas y otras barras diagonales que recogen los esfuerzos de tracción y/o cizallamiento. En realidad es un juego de triangulaciones hasta completar la viga completa que en este caso se conforma con 8 bastidores o rectángulos en cada costado. Aquí destacan tanto los montantes como las diagonales, conformadas a base de dos laminados completos en altura que se ensamblan o rigidizan con dos caras caladas a base de pequeñas chapas cosidas que triangulan hasta completar cada unidad. Una vez completados estos dos cuerpos longitudinales se les solidariza en la base con otros recursos metálicos que sirven para arriostrar los largueros inferiores y que en este caso de consigue con dos largueros interiores de menor calibre y sección en doble T; los cuatro largueros se arriostran con palastros de gran calibre y forma en doble T conformando cuarterones; estos cuarterones o bastidores, a su vez se imbrican o refuerzan con pletinas cruzadas que los solidarizan al modo de cruces de San Andrés. Para completar esa viga de sección en U y rigidizar en altura se recurre a un nuevo arriostramiento en cenit por medio de finas viguetas formadas con angulares que van triangulando y afirmando los cordones superiores de la estructura, alternando el modo traviesa con nuevas cruces de San Andrés hasta completar la longitud de la viga que en este caso, no conforma un cuadrilátero rectángulo sino un trapecio isósceles de bella factura. Lo llamativo del arriostramiento superior y quizás rareza reside en otro componente de afirmación que se monta bajo las viguetas cruzadas o traviesas señaladas y que consiste en tensar esas viguetas asociándolas en su centro con otros triángulos -todo en chapas lisas o pletinas- que se fijan a los montantes verticales de los largueros y que imagino actúan más como tensores de la estructura cenital que como otra cosa. La altura de la estructura es tan exagerada que la imposición de este último recurso mencionado, aunque disminuya el gálibo, no parece que afectara al tránsito de los diferentes convoyes. Yo creo que en este sentido, el diseño de la viga fue excesivo o iba destinado a otro puente y al final, se adjudicó a esta obra.

Como hemos visto, todos estos laminados de acero se conforman -o recortan- según su utilidad ya sea en la formación de vigas así como en la variedad de refuerzos o nudos ya sean estos meras chapas, cartelas, angulares, forros de chapa, cartabones, llantas, flejes o rellenos que minuciosamente se cosen a base de roblonado en caliente y en menor medida con remaches para el vigamen calado siendo inapreciable la presencia de tornillo de rosca, por lo que he podido observar y nada de soldadura. La rigidez así como cierta elasticidad que se consigue con este sistema de montaje de los laminados hace que la estructura sea sólida y estable. La estructura se apoya sobre los plintos de fábrica por medio de un par de cojinetes o rótulas de acero en cada cabecera del tipo oscilante -sin rodillos- que se fijan a los largueros inferiores a base de gran tornillería de rosca. Estos aparatos recogen los mínimos movimientos de la estructura por dilatación o compresión evitando roturas o pandeos.

Releyendo el trabajo del ingeniero Roberto Serrano López que hizo como tesis doctoral me fijo en ciertas similitudes de nuestro puente con el de Vadocondes, también sobre el Duero y referente a las vigas Pratt: […] También este tipo (Pratt) es el existente en la línea Valladolid-Ariza en las inmediaciones del pueblo de Vadocondes (Burgos) firmado por Teophile Seyring, socio calculista de Eiffiel en su primera etapa como constructor. El puente, del año 1893, cruza el Duero en un único vano de 61 metros de longitud (semejante al nuestro) y casi 7 metros de canto total, organizándose con un cordón superior que se repliega con una diagonal hacia cada uno de los apoyos extremos así como otro inferior que une estos dos nudos finales. Ambos cordones están ejecutados con sección doble T mediante un armado de palastros y angulares perfectamente roblonados. El entramado resistente se completa con una serie de montantes verticales diagonales (como en el nuestro) de manera que su alzado responde a una secuencia de tres módulos a cada lado que responden al tipo Pratt, mientras que la parte central se rigidiza con cuatro módulos arriostrados mediante cruces de San Andrés. Esta solución resulta especialmente atractiva por la sensación de ligereza que se confiere a las barras verticales -secciones armadas con presillas- permitiendo el paso de la luz a su través. El arriostrado y el funcionamiento conjunto de la viga se consiguen mediante nuevas celosías superiores en sentido transversal a la altura de cada montante, cerrando una especie de cajón por la parte más alta de la sección […] . Por otra parte y aunque Serrano se ciñe a las provincias de Burgos y Palencia, nos recuerda que -dentro de la evolución de las vigas metálicas- el proyecto del ferrocarril Santander-Mediterráneo cierra la etapa constructiva en lo concerniente a las vigas metálicas. También comenta que la construcción de estas líneas llevó asociada el movimiento de una gran cantidad de elementos metálicos prefabricados para su ensamblaje en obra o en talleres cercanos, ejecutándose tanto puentes de distintas dimensiones y formas como edificaciones asociadas a las estaciones, talleres y naves de uso específico. En nuestro caso, debió de ocurrir así, un proyecto de fabricación de laminados y ensamblaje que se realizaría en fábrica metalúrgica y terminado in situ o en la cercana estación de Soria dado que por la longitud de la estructura parece poco probable su transporte por los propios carriles de la nueva línea ferroviaria. También se fija el ingeniero Serrano en otras estructuras de nuestra línea y así, nos recuerda el puente de Trespaderne -aunque en viga Warren- que tanto por sus dimensiones y ubicación es de los más espectaculares y mejor conservados dentro del paradigmático Desfiladero de La Horadada en el cauce del río Ebro. Por si teníamos dudas sobre el autor o proyectista de estos pasos, Serrano nos informa que son obra de José de Aguinaga Keller, prácticamente, autor de los proyectos de replanteo de los puentes de la línea Santander-Mediterráneo que diseñará previamente su padre Ramón de Aguinaga Arrechea. El de Trespaderne se levanta en el año 1929, al mismo tiempo que se coloca nuestro puente sobre el Duero.

Continuando con el tablero y ya en cubierta pues destacan los carriles de acero del ancho ibérico atornillados a viejas traviesas de madera de roble y un refuerzo posterior a base de barras de acero longitudinales de sección angular y paralelas a los raíles que cubren todo el recorrido de la plataforma y se fijan con tornillería. La plataforma dispone de dos viales de inspección a base de chapas de acero galvanizado antideslizante en aparentemente buen estado que probablemente se fijan a los cordones inferiores con ménsulas o tornapuntas metálicos. Los protectores o barandillas son muy sencillos -al margen de los modelos oficiales ministeriales, más garbosos- a base de tres líneas longitudinales de angulares afirmados a montantes verticales y a algunos palastros verticales y oblicuos. La superficie parece bastante limpia pues apenas surca su longitud una tubería aparentemente bastante moderna que imagino llevará cableado eléctrico, fijada a los viales por medio de abrazaderas de acero galvanizado. Tampoco en su intradós se observa la incorporación de canaletas de ningún tipo. La viga se cierra en cabeceras con dos cancelas metálicas pintadas de verde que evitan el posible cruce de curiosos debido quizás, al posible riesgo por caídas al río.

Continuando con la estructura plena, comentar que además de la viga central hay que fijarse en las pilas o estribos interiores, verdadera obra de fábrica aunque algo modificada. Básicamente, se conforman como torres de sección variable que tendrán una fundación profunda hasta llegar a roca más o menos sólida aunque -al parecer- la construida en la ribera derecha parece que sufrió un deslizamiento que se reparó a base de hormigón armado. Pero lo cierto y pese a que ya estamos en una época en la que el citado hormigón armado prevalece en la pontonería de los años 20 del siglo XX, por alguna razón, se sigue utilizando de modo bastante general la fábrica de piedra en la ingeniería ferroviaria. Esta especie de torres de apoyo son singulares y estéticas. La de la derecha, más aparatosa y modificada sigue manteniendo grandes paños de sillería de arenisca de perfecta escuadría y disposición, muy adornada con listeles y relieves. Dispone de arcos ciegos, tanto en el frente hacia el cauce, quizás de hormigón y más modernos así como otros dos en los chaflanes o aletas de esta estructura. Gran parte de estos muros se han cubierto con una enlucido que ya se encuentra bastante degradado. Bajo la cabecera de la viga discurre una senda de tierra como paseo fluvial anejo. Tras este vano y para salvar un viejo camino agrario se precisa de la construcción de otro vano o paso inferior. Por lo que podemos observar se trata de un arco escarzano con bóveda de hormigón, quizás en masa, con las marcas de las cerchas de madera lo que nos hace pensar que se levantó in situ. El arco descansa en los muros interiores que siguen siendo de buena fábrica de sillería. También se refleja el buen trabajo de cantería en el muro de contención así como la aleta en vuelta, perfectos y adornados con albardillas en relieve que aportan un plus decorativo a la estructura. Aunque lo ignoro, imagino que este vano o paso inferior originariamente sería como el contrario, esto es, cubriéndose con una sencilla viga de alma llena, como se presente en el lado contrario.

Volviendo a la cabecera contraria, la de la orilla izquierda del río, nos fijaremos en la fortaleza de la pila-estribo intermedio de sección diría que poliédrica, semejando una torre firme. La degradación de la arenisca ha obligado a un completo enlucido de mortero con cemento debidamente marcado, simulando los sillares a través de incisiones que marcan un posible llagado. También dispone de una imposta en relieve y varios listeles hasta coronación. El estribo derecho, empotrado en los taludes semi-rocosos de areniscas y margas es semejante, a dos alturas, una de ellas para el pinto de la viga y dispone de relieves además de aletas en vuelta, aparentemente también de fábrica debidamente enlucida.

Entre estas dos últimas estructuras de apoyo se lanza una viga metálica, probablemente de acero, de las denominadas de alma llena. Es del tipo cajón cerrado a base de chapas afirmadas con angulares verticales y cosidas con un roblonado de menor calibre. En intradós se refuerza con unos arriostramientos de traviesas y otros perfiles que triangulan a lo largo de la longitud de la viga, fijados a los cordones de la propia estructura. En este tramo de viga sólo se dispone de un vial de inspección en lado aguas arriba muy semejante al descrito para la cubierta central, un único peto de seguridad y las traviesas de madera son más modernas. Puede que por este lado se pueda acceder a la cubierta ya que no parece que exista cancela que impida su cruce, pero lo ignoro. Este paso inferior obedece a la necesidad de mantener expedito el viejo camino de San Saturio por el que se accede al complejo monacal de aquel santo.

A mi modo de ver, este puente no deja de ser un vestigio de nuestra pobre y tardía revolución industrial que debería de conservarse con más atención y ponerlo en valor a nivel cultural y turístico. Creo que se encuentra abandonado y en una lenta degradación en todos los niveles. Tampoco existen paneles que nos informen sobre la construcción y vicisitudes por las que atravesó en su ya larga vida pues  se aproxima al siglo de existencia. Obviamente y al encontrarnos en Soria, deberemos de visitar con atención su viejo Puente Mayor.

Para saber más. Es determinante la web de Spanish Railway donde podemos curiosear tanto en el proyecto de la línea Santander-Mediterráneo así como en las anejas de Ontaneda-Calatayud, la de Torralba-Soria o la de  Soria-Castejón de Ebro ya que algunos de estos trayectos necesitaron de nuestro puente. La Wikipedia dispone de voz para este puente. También es interesante el contenido de la Wikipedia para el icónico aunque desaparecido “Viaducto de Golmayo”, proyecto muy anterior al de nuestro puente pero precursor de las estructuras metálicas ferroviarias. El interesante blog de Soria-Goig también presta atención a esta estructura y dispone de un buen texto de Joaquín Alcalde. RutasdelvinodeRiberadeDuero nos ofrece un buen catálogo pontonero de la zona aunque no trate esta obra. Sobre la mítica estación de Cidad-Dosante también se puede consultar la Wikipedia. Entre las webs de los amantes del ferrocarril destaco la que se titula Euroferroviarios, FCSM o Vialibre, aunque existen otras de interés. En redes, cabe mencionar también los textos del blog titulado “Diariodelahistoriasoriana” que tiene información de nuestro puente. Como se pretende diseñar una especie de ruta pedestre o vía verde que cubra el periplo original de esta línea ferroviaria, incorporo dos enlaces de la Administración que lo tratan, uno que se concreta en la sección Castellanos de Bureba-Cidad Dosante y otro más genérico de la vieja vía Santander-Mediterráneo. Sobre la ingeniería del hierro quiero destacar el amplio estudio de Roberto Serrano López titulado “Puentes metálicos de los siglos XIX y XX en las provincias de Burgos y Palencia” publicado en la revista E-RPH de diciembre de 2010 y del que se han citado diferentes párrafos en este artículo. Sobre el patrimonio lineal de la carretera nacional, que es la que nos llevará hasta Soria y sus puentes, ya escribí un par de artículos hace años para la revista Solo Camión que se publicaron en los números 280 y 281 de junio y julio del año 2013. También La Razón le dedicó tiempo en un artículo genérico sobre puentes de Castilla y León en su edición de fecha 21.01.2023. El blog de Jorge Plaza Bárcena es muy interesante para esta vieja línea ferroviaria. 

Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica. 


Interesante imagen de la construcción del puente. Se trata de la cercha de madera que unía los dos estribos intermedios y que soportaba el deslizamiento de secciones de la viga metálica o bien, el montaje y unión de los diez bastidores que componen la viga. Podríamos datarla en el año 1927/1928 y la expone la web de fcsm-es informándonos que proviene de un archivo de la Administración. 


Interesante imagen del puente, probablemente en uno de los ejercicios de pruebas de carga y resistencia de la estructura. La locomotora y el tender -desde atrás- empujan un par de vagones relativamente livianos. Fotografía de los archivos de AHP de Soria (Legado Carrascosa). Lleva fecha del año 1929 aunque para ser más exactos, hay autores que fijan la fecha de esta prueba el 28.08.1927. La exhibe la web de Spanish Railway


Otra toma semejante a la anterior e igual fecha y origen. En este caso cruza la estructura un pesado convoy de 2 locomotoras+tender y algunos vagones de pasajeros. La fotografía se exhibe en el interesante blog de Isabel Goig titulado "A pie por Soria". 


Fotografía del puente en una presunta inauguración cuya fecha ignoro. Puede ser posterior a las pruebas de resistencia -o quizás no-. Creo que el tramo ferroviario Soria-Calatayud entró en funcionamiento con fecha 21.10.1929, momento en el que se pudo recoger este testimonio. La toma se exhibe sin más datos en la web de Spanish Railway


Espectacular fotografía con el río Duero helado y una capa de nieve en superficie. Grandioso. Hay un salto cuantitativo en los años de la evolución del puente entre esta toma y las anteriores pero se ve que hay poco material en la red o he sido incapaz de cazar otras fotografías. De hecho, tampoco sé la fecha de ésta a la que le adjudico -por decir algo- el año 2010. La exhibe el blog 1bp.blogspot.com. 



Dos tomas que adjudico al año 2011 (tras la inauguración de la iluminación del puente) cuyo autor es Santiago Cabrerizo y se exhiben en el blog ya mencionado de Isabel Goig titulado "A pie por Soria". 







También forman parte de la estructura ferroviaria los pontones que hacen las veces de cabeceras y cubren el desnivel de la amplia vaguada que produce aquí el cauce del Duero. Son de una cantería excepcional, bien diseñados y construidos. En este caso, expongo el de la cabecera derecha (visión desde aguas arriba) en tomas de Google View de fecha julio de 2014.



Otras dos tomas de Google View desde aguas arriba donde se aprecia bien el tablero completo y otra de detalle de la cabecera derecha de la viga en fecha julio 2014.


Una buena toma de la estructura donde se aprecia parte del intradós. Parece que está tomada desde aguas arriba y en la orilla derecha del río. Es del año 2018 y se puede ver en la web de Durius Aquae.








También se atrevió a meterse por el Paseo de San Saturio el vehículo de Google View en fecha julio de 2019. De ahí saco estas tomas, no muy diferentes a las que pude obtener cuando lo visite más adelante, pero curiosas, al poder ampliar el objetivo a más de 180º, casi como un "ojo de pez" y además, con bastante resolución. Se trata de la estructura aneja a la viga central por su cabecera izquierda que no deja de ser un paso superior sobre un viejo camino. 

                                       




















































Tanda de fotografías del puente con fecha 13.12.2021 en secuencia consecutiva desde orilla derecha, tablero y orilla izquierda del río Duero. 

Toma del puente en fecha septiembre de 2022 cuyo autor es Robert Pi y que se muestra en Google Map.



Otra toma del puente que se exhibe en Google Map cuyo autor es Roberto Manrique y lleva fecha de diciembre de 2022.


Precioso nocturno con iluminación artificial en el puente. Obra de FatyAng para La Razón en su edición de fecha 21.01.2023.


Ejemplo de puente semejante al de Soria y en el río Duero. Se trata de la estructura a la que ya he aludido en este artículo. En vez de apoyo en estribos-pila intermedio lo hace directamente en la continuación en fábrica del propio puente. La toma debe ser del año 2015/2016 y se exhibe en el libro "Puentes singulares de Burgos". Quizás, en el pie de fotos, se debería indicar que la viga en celosía no es exactamente la que diseñó el ingeniero Seyring ya que -como en todos los casos- estas vigas de hierro se fueron sustituyendo desde los años 20 del siglo XX en adelante por otras de acero, como la de la foto.

PLANIMEDRÍA DE LAS VARIADAS LÍNEAS FERROVIARIAS QUE AFECTABAN A SORIA Y NUESTRO PUENTE. (Fuente: Spanish Railway)


Sector Cidad Dosante- Calatayud. Dibujo de Eduardo Lorenzo.


Plano zonal donde destaca la línea Torralba-Soria y su destino a Castejón. 


Viejo mapa zonal que levantó el militar Miguel Martínez de Septién en 1934 donde se aprecia el sector de la línea Valencia-Cidad Dosante terminado y en explotación,  el trazado en construcción de Soria-Castejón y en proyecto las variantes desde Trespaderne hacia Santander y Bilbao. 


Mapa bastante completo del sector de la línea entre Soria y Burgos. 



Otro mapa de gran detalle de los diferentes trayectos, construidos y en proyecto de la zona norte de la línea hasta Trespaderne. Dibujo de Eduardo Lorenzo. 





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