PUENTE DE LA MUZA SOBRE EL RÍO CADAGUA
BALMASEDA-VIZCAYA
BI-624 PK 68
Viajar por la insigne N-611 siempre deparará sorpresas aunque en este caso,
es cierto que el puente cazado resulte un poco lejano. Desde el cubil de Alar
del Rey decidí -en unos pocos días de vacaciones lobunas- adentrarme por Las
Meridandes, Las Encartaciones y el Valle de Mena. Obviamente, en dirección N la
citada N-611 era el recurso y así lo hice: Transitar por ella hasta Reinosa
para rodear el inmenso Pantano del Ebro y circular por variadas vías como son
la CA-171 hasta la frontera con Castilla-León donde la carretera se matricula
como CL-630, seguir unos kilómetros por la nacionales N-623 y N-232, continuar
por la autonómica CL-629 que al entrar en Euskadi se transforma en BI-636 y
seguir por la BI-624 hasta el PK 68 donde se encuentra la villa de Balmaseda y
el viejo puente sobre el río Cadagua. Existe a la entrada del pueblo un viejo mojón del Plan Peña correspondiente a esta carretera y su PK 67.
Venir de Alar del Rey es como venir de Pisoraca (Herrera de Pisuerga)
siguiendo el mismo camino que utilizaban los pueblos autóctonos y que los
romanos adecentaron como calzada de segundo orden que comunicaba la villa
palentina de Herrera de Pisuerga con Juliobriga (Reinosa) y que acababa en el
mar, junto al puerto romano de Portus Blendium (Suances), itinerario bien
documentado arqueológicamente. Desde la citada Reinosa existía un camino
alternativo hacia el Mar Cantábrico que quería comunicar la Meseta castellana
(tierra de Vacceos) con los fértiles valles del norte burgalés y la actual
Vizcaya, por aquellas fechas ocupados por tribus cántabras más o menos romanizadas.
Esa ruta hasta Portus Amanum o Flaviobriga (Castro Urdiales) es muy semejante a
la que he enumerado a través de las actuales carreteras autonómicas y un núcleo
poblacional de tránsito y encrucijada de caminos era Balmaseda (Valmaseda en
castellano) en cuyas cercanías se encontraron dos testimonios romanos de
indudable origen, esto es, el término de Guijano, o Gijano, y el miliario de El
Berrón o de Santecilla además de otros puentecillos de factura imperial como el
de Las Oleas. Debió existir un puente militar en aquella calzada antes de que
se creara una villa o un pueblo pero lo cierto es que no quedan de él ni los
basamentos, al menos que se sepa. Apunto a que se trataría de un puente de
tablero horizontal apoyado en 6-8 arcos de medio punto con luces
aproximadamente de 5 metros (semejantes a los actuales de cabeceras) y mayor
longitud sobre cauce. Parece ser que se conforma un villorrio al amparo del
puente hacia el siglo X que va evolucionando hasta erigirse en villa fundándose
en 1.199, obviamente con algún puente de madera apoyado en viejas pilas de
piedra. Aunque no hay documentos, pudiera datarse el actual hacia el siglo
XII-XIII en un periodo románico que influye en la construcción de los vanos con
arcos de medio punto en el que los extremos marcan una horizontalidad patente y
en el centro se fabrica un arco mayor de la misma geometría.
Se trata de un puente desequilibrado en absoluto debido al forzamiento de
la propia muralla que delimitaba el pueblo y que se aprovechó para asentar el
control del puente con una torre militar con portón de entrada a la villa y
administración fiscal a través del pago de un pontazgo. La torre y sus
accesorios debieron de construirse a finales del siglo XIV con apoyo en un tajamar y
ampliando el perímetro del espolón correspondiente "aguas abajo" para
ofrecer mayor anchura ya que se trataba de la entrada al núcleo amurallado con
mayor afluencia de viajeros, tropas, carros y mercancías. También era punto de
comunicación obligado entre el barrio extramuros de Cristo con el de San
Lorenzo, donde se encontraba la antigua aljama con numerosos comercios e
industrias regentados por judíos.
No cabe duda de que se trata de una obra pontonera bella y que representa
-no sólo en su blasón- el monumento más emblemático de Balmaseda; se trata
también de uno de los poquísimos puentes antiguos que subsisten con su torreón
de defensa y control de peajes (en el Medievo eran muy frecuentes) y me viene a
la memoria los maravillosos puentes de Frías o Besalú que aún podemos
contemplar. Lo cierto es que en muchos de ellos los típicos torreones no
desaparecieron hace siglos, más bien, fueron desmontados en el siglo XX ya que
eran un obstáculo imposible para el paso de vehículos pesados y anchos, como
camiones o autocares, que tenían gálibos superiores a los vanos de los portones
de entrada de los puentes. Respecto a nuestro puente, al menos, existe un
testimonio escrito sobre su descripción y la exacción abusiva hacia los
transeúntes que lo cruzaban como quedó reflejado en unos apuntes del noble
viajero bohemio Jean Rosmithal (Barón de Rosmithal de Blatna) que narra en
1.465 algunas características del mismo como el torreón donde se hacía fuerte
la guardia de pontazgueros y la estructura básicamente de madera, salvo los
arquillos extremos de fábrica, luego debemos suponer que el vano central no le
impresionó porque sería de tablero de madera sobre pilas, como la mayoría de
los puentes deteriorados por riadas. La excesiva gabela que tuvo que pagar -y
de la que se queja- se supone que fue porque con él viajaba un séquito de 40
personas entre escoltas, ayudantes y sirvientes.
Respecto
al río Cadagua, señalar que nace en la Sierra Magdalena y que a lo largo de 70
kilómetros desciende por el Valle de Mena burgalés y riega Las Encartaciones
vizcaínas atravesando Balmaseda y otros pueblucos para terminar desaguando en
la ría de Bilbao, esto es, la unión del río Nervión y el Ibaizábal. Respecto a esta estructura cabe mencionar que además de Puente de La Muza, también se le conoce como Puente Viejo.
Características actuales de la obra:
De un viejo puente
sobre un calzada romana del que probablemente quede algo en cimentación,
pilotes o emparrillado, basas del espolón izquierdo y sillares desperdigados se
levantó una obra medieval con intervenciones variadas entre los siglos XI-XV resultando una estructura en la actualidad que podemos denominar como
tardo-románica en la que se acentúa una geometría horizontal quebrada y arcadas
semicirculares.
El tablero es de lomo
de asno aunque el vértice está desequilibrado con respecto a ambas pendientes.
La longitud total es de 68 metros aunque sobre cauce (distancia entre estribos)
es de 30 metros, correspondiendo al resto las rampas de acceso al propio
puente. El ancho del tablero es de 2,80 metros (más 0,52x2 cms. de pretiles)
siendo la calzada de adoquín grueso al estilo medieval. La sensación al
cruzarlo es de encajonamiento pues si bien es verdad que en la zona central los
pretiles no sobrepasan 1,10 metros de altura, en los largueros de cabeceras pueden
llegar a los 2 metros acompañados por muros de viviendas.
Sobre cauce tres
vanos, el central muy bello con forma de arco de medio punto y luz de 16,50
metros bien trabajado en boquilla con dovelas estrechas, aristadas aunque muy
erosionadas por el tiempo. La bóveda central es excelente con cantería regular,
bien asentada en sus hiladas, con despieces homogéneos o regulares y acoplada a
hueso aunque en alguna rehabilitación se han añadido llagados de mortero gris.
Los arquillos laterales tienen luces de 4,40 metros y son de la misma factura
aunque con rehabilitaciones recientes, ofreciendo vestigios de obra antigua en
riñones y zonas bajas de las bóvedas, probablemente también en impostas,
tapadas por los tajamares. Excelente seriación y horizontalidad de sillares en
bóvedas, peor en dovelaje de boquillas. Aguas arriba dispone de dos fuertes
tajamares en cuña con sillería de variado cubicaje, el izquierdo con sombrerete y el derecho ampliado en altura con mampuestos ordinarios que no guardan estilo con paramentos
del puente. Aguas abajo, un amplio espolón en cuña que ayuda al puente y a la torre y
en margen izquierdo un raro espolón cuadrangular en escalera fabricado en
mampostería pero que pudiera ocultar en las partes bajas lo que era el típico
contrafuerte de obra romana probablemente de sillería. Existen sillares con
marcas del cantero muy comunes en los cincelados de época medieval e incluso
tardo-romana.
Paramentos de sillar
regular hasta rasante bien labrado en piedra caliza muy gastada o deteriorada y con elevada
intrusión de eflorescencias por reacciones químicas de sales de cal y otros
componentes además de humedad y hongos. Sobre rasante y en amplio espectro, formidable
muralla en pretiles con distintas facturas aunque predomina la mampostería
grosera con mucho mortero y ripio. Coronando pretiles, albardillas de canto plano en toda su longitud.
El torreón,
posiblemente construido a finales del siglo XIV, se asienta -es prolongación- sobre
tajamares con una anchura máxima de 2,50 metros incluyendo arcos ojivales, portón y una bella rejería como cancela de entrada a la torre y a los pisos
superiores por medio de una escalera de caracol. En la zona alta, variadas
espiteras o saeteras, alerón y cubierta de teja. El conjunto de lienzos o muros en fábrica de mampostería ordinaria con mucho mortero. Inclusiones de ladrillo en una cara que taparían alguna balconada hacia la
villa. Parece ser que existía un escudo pintado en una de sus caras con las
armas de la localidad.
Es más que probable que alguna de las tantas riadas y avenidas a lo largo de los siglos haya causado daños en la estructura, especialmente entre los siglos XVI-XVII. Se conoce la presencia en Balmaseda de cuadrillas del famoso Taller de Limpias que actuaron en retablos e iglesias de la localidad y aunque se citan trabajos de ensambladores, doradores y escultores, estos talleres familiares eran sobre todo especialistas en cantería y probablemente acometerían en el puente trabajos de reparación. Observando viejas fotos de principio del siglo XX se puede colegir que se han hecho trabajos de reparación, consolidación y embellecimiento en los últimos años, especialmente en el torreón.
En general, su estado
de conservación en bueno aunque, como decía, requiere limpieza de piedra.
Actualmente sólo se permite el paso de transeúntes y bicicletas. Dispone de
indicaciones de tráfico en el casco urbano y existe una pequeña leyenda de su
historia en la margen derecha, junto al paseo y la fuente. Allí mismo se ha
hincado un término o quizás un miliario de rehabilitación de calzada con
caracteres latinos sin ninguna información para el visitante. Por demás,
señalar que este monumento se declaró BIC (Bien de Interés Cultural) el
17.07.1984.
Para saber más:
Las webs del Gobierno
de Euzkadi, del Ayuntamiento de Balmaseda, Diputación Foral de Vizcaya (texto
de José Angel Barrio Loza) o Harresi Kulturala Elkartea.
Publicaciones: Tabula
Imperii Romani, hoja K-30 Madrid (Caesaraugusta-Clunia) en CSIC, MOPTMA y Mº de
Cultura, 1.993. Historia de los Puentes en España, de Carlos Fernández Casado,
CSIC-Madrid, 2.008. También se le menciona en la Revista MOPU nº 345
julio-agosto-1987 monográfico Puentes de España. Fotos del puente en Wikipedia. 2 Fotos del puente en Wikipedia
Cómo llegar. Independientemente del camino ya descrito, lo rápido y usual es acceder a Balmaseda por la autovía A-8 y pasado el PK 137 tomar el desvío a Muskiz para seguir por la autonómica BI-3794 y después la BI-2701, bellísima carretera hacia el S que enlaza, por fin, con la BI-636 hasta la propia Balmaseda. Otra ruta muy interesante y con vestigios de la antigua calzada romana es la que parte de Castro Urdiales por la carretera CA-250 para seguir en el País Vasco por la BI-2701 y el Puerto de Las Muñecas hasta enlazar con la BI-630 poco antes de Balmaseda.
Cómo llegar. Independientemente del camino ya descrito, lo rápido y usual es acceder a Balmaseda por la autovía A-8 y pasado el PK 137 tomar el desvío a Muskiz para seguir por la autonómica BI-3794 y después la BI-2701, bellísima carretera hacia el S que enlaza, por fin, con la BI-636 hasta la propia Balmaseda. Otra ruta muy interesante y con vestigios de la antigua calzada romana es la que parte de Castro Urdiales por la carretera CA-250 para seguir en el País Vasco por la BI-2701 y el Puerto de Las Muñecas hasta enlazar con la BI-630 poco antes de Balmaseda.
Tanda de imágenes de fecha 16.08.2015
Vieja imagen del puente "Aguas arriba" de 1.950 aproximadamente.
Ilustración de Antonio Aragüez Vela para la Revista MOPU de julio-agosto de 1.987
Interesante imagen nocturna del puente. Fotografía tomada en 2.014 que se exhibe en el monográfico "Viajes. 52 Rutas por España. Año 2.015" que publica la revista Hola y donde podemos comprobar que entre los cientos de fotos que se exponen, apenas hay un par de ellas que aluden a puentes verdaderamente bellos, históricos y monumentales. El puente de La Muza es una de estas excepciones. Bienvenido sea.
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